D I E Z

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Cinco meses ya.

¿Acaso no piensas despertar, Damián? ¿O es que estás jugando a la bella durmiente?

Hoy cumpliríamos cuatro años de novios. ¿No es increíble?

He estado aquí por cinco meses. Y no pensaba moverme hasta que estuvieras bien. Cada día te extrañaba más que el anterior. Aún recuerdo el día que te conocí. Cuando ambos estábamos en penúltimo año de secundaria. Recuerdo que estábamos en la biblioteca y sin querer uno de mis libros cayó sobre ti.

Lo juro, fue sin querer.

Frunciste el ceño, acariciaste tu nuca y recogiste el libro. Miraste hacia arriba, tus ojos mieles se conectaron con los míos y sentí todo un zoológico dentro de mi barriga. Te sonreí, y bajé las escaleras. Me devolviste la sonrisa y me tendiste el libro cuando estuve frente a ti.

—Lo siento.—Te había dicho.— Fue un accidente.

—Descuida.—Respondiste.—Si los libros caen del cielo por chicas bonitas como tú, entonces dejaría que me cayera la biblioteca entera.

Reí y tomé el libro de tu mano. Nos quedamos en silencio, hasta que hablé.— Soy Alyssa.

Extendiste tu mano y tomaste la mía.— Bonito nombre. Soy Damián.

—Gracias, —Escuché a la bibliotecaria llamarme. —Es hora de que me vaya, Damián. Fue bueno conocerte, lamento el golpe.

Me sonreiste.— Igualmente, Alyssa. Y yo no lamento para nada el golpe.

Reí, antes de alejarme.

Alyssa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora