D O S

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Lo escucho reír. Sus hombros ya no estaban tensos, alcanzo a ver una sonrisa de medio lado.

Sonrisa que él sabe que me encanta.

Le devolví la sonrisa, siendo consciente de lo mucho que lo amo.

Sonrío. Miro hacia arriba, hacia las estrellas, para intentar no dormirme. El alcohol está haciendo su efecto secundario; sueño. No podía dormir, no quería cerrar los ojos, tenía que mantenerlo despierto. 

La autopista estaba casi vacía, pues claro, eran pasadas las tres de la mañana. Algunos autos se deslizaban a nuestro lado, pero parecían más puntos de colores en una gran obra de arte.

Parpadeo, en un intentando (algo inútil, cabe destacar) de concentrarme. Solo un poco más y llegaríamos a casa.

Pero eso no pasó.

No pudimos llegar a casa.

Alyssa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora