T R E S

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Mi vista se hizo pesada, hasta que vi alarmada una gran luz dirigirse hacia nosotros. Grité tu nombre y tu rápidamente tomaste el control, pero al parecer fue tarde. Me aferré con fuerza a tu espalda. Estaba asustada, y tú tenso. Teníamos miedo, y por un breve segundo creo que pensamos que sería nuestro fin.

La velocidad de la moto no estaba a nuestro favor, intentaste frenar pero no pareció funcionar, así fue como salimos de la carretera, caímos de la moto y rodamos por la tierra. Mi cabeza sin casco rebotó contra el suelo por la caída.

Ni siquiera me dio tiempo de maldecir porque no me había abrochado el casco. Me quedé un momento paralizada, y cerré los ojos. Tal vez tratando de acostumbrarme al dolor; que lo único que hacia era expandirse como plaga por todo mi cuerpo. Tal vez pensarían que soy una exagerada al decir que creí escuchar uno de mis huesos romperse.

Aún recuerdo cuánto me dolió.

Alyssa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora