- Primera parte
- ¡¡¡Donson, afuera!!!
- ¡¿Y ahora qué te pasa, Bieber?!
- ¡¡Baja ya mismo de esa escoba y deja el maldito estadio!!
- Estamos entrenando, ¿acaso estás ciego o qué?
- No, ****a, no estoy ciego. Sólo que nos toca entrenar a nosotros. - el rubio se paró en el medio de la cancha escoltando a sus compañeros. Hartos de los gritos abusivos del rubio, bajaron de sus posiciones de vuelo para enfrentarse a su equipo rival.
- ¿Qué **** te pasa, Bieber? Nosotros hemos reservado el campo para hoy así que ya pueden ir yendo a otro lugar. - Pues será que yo soy Premio Anual y no me he enterado de que ustedes hayan reservado nada.
- ¡¡Se lo hemos dicho a ________!!- exclamó Jaden.
- Me vale poco, comadreja. ¡¡Salgan de aquí!!
- ¿Qué te pasa, Bieber? ¿Acaso te olvidas te que hoy a la mañana les has pedido perdón a mi hermano y a mi novio?
- Mira, rubia…- comenzó el aludido pero se vio interrumpido por un escandalizado Ryan Butler.
- ¡¡¿Te has disculpado con estos dos?!! Justtin volteó para enfrentar a su equipo en donde las miradas asesinas se veían reforzadas por un atisbo de horror. Frunció el ceño y volvió a mirar a sus enemigos.
- Oye, rubia, sé que eres muy bonita y todo- Mike se adelantó con los puños apretados pero su novia lo retuvo con sus mejillas totalmente coloradas.- Sí, Donson, por supuesto que tu…chica es preciosa pero no te preocupes que es Tevez y a mí los pobretones nunca me gustaron ¿ok?- Entonces fue el turno del pelirrojo para adelantarse con la idea de defender al honor de su apellido, pero Zack lo detubo.- Además, si les pedí perdón fue porque en un arrebato de lástima extrema consentí hacerles saber lo mucho que siento que tú, cara-rajada, seas el ególatra empedernido que se cree que el mundo gira a su alrededor con un patético intento de jugar el rol de humilde; y que tú, comadreja, seas la basura insignificante que eres pues me da mucha pena pensar una familia como la tuya se manche con la estupidez que rebozas.- Para ese entonces los compañeros de su casa se agarraban las costillas tratando de que éstas no se zafaran a causa de tanta risa mientras que los otros sostenían a los injuriados haciendo esfuerzos sobrehumanos para que no se desatara una riña en medio del estadio.
- ¡¡Bieber!!- resonó la voz de una castaña que se incorporaba a la escena corriendo desde las gradas.- ¿Se puede saber qué estás haciendo?
- ¡Fácil! Estoy echando a tus amiguitos del campo para poder entrenar tranquilos.
- ¡¡Nosotros llegamos primeros!!- argumentó Jaden furioso.
- Lo sé, no te preocupes. Yo misma les he dado el permiso ¿recuerdas?
- ¿Cómo pretendes que recuerde algo con esa cabecita que tiene?
- Bieber, me estoy cansando de tus insultos.- advirtió Mike.
- No me digas… ¿qué piensas hacer? ¿Llamar al director? - Sabes muy bien que puedo contigo yo solito y en menos de dos minutos estarías muerto en el piso. - No lo creo.
- ¡¡Basta!!- intercedió ________ metiéndose entre medio de los dos chicos que ya estaban demasiado cerca uno del otro. - Bieber, teníamos un trato- Los ojos de la Premio Anual centellearon con rabia al mirar fijamente a su colega mientras extendía los brazos para servirle de escudo a su amigo ojiverde.
- Tú lo has dicho: TENÍAMOS, ¡¡pasado!! ¿Crees que puedes jugar conmigo de esa forma? Pues te lo aclaro por si no lo sabes: NO, NO PUEDES.
- ¿De qué trato hablan?- inquirió el castaño ya más calmado.
- Nada, Mike, nada…
- ¡¡NO!! Estoy harto de tantos secretos entre ustedes dos. ¡¡Quiero saber!!
- ¡¡¡No te metas, cara-rajada!!!
- Vuelve a llamar a Mike así y…
- ¿Y qué? ¿Qué me harás, comadreja? ¿Qué me harás para defender a tu noviecito?
- Bieber…-advirtió la castaña nuevamente.
- ¡¡Ya váyanse, ****as!!
- ¡¡Queremos entrenar!!- gritó Chaz.
- ¡¡Sí!! Desaparezcan. Para ese entonces, los miembros de ambos grupos ya estaban tan enfrentados unos con otros que no quedaba un solo puño sin ser apretado ni un solo rostro sin ser contorsionado en una mueca de ira. Por su parte, la castaña se debatía interiormente, pues no sabía qué hacer, si golpear a su colega o si ponerle un fin definitivo a ese caldero de fatal rivalidad que se cocinaba entre ambos grupos, pero esto último no supo cómo hacerlo así que se decidió por lo primero.
- ¡¡¿Qué *beep* haces, ******?!!- gritó Vannesa al ver a su Justin en el piso gracias a la piña que le había propiciado la _______.
- ¡¡Estás muerta!!- amenazó Nott con su voz trémula. Con eso, todos los compañeros de su casa se pusieron enfrente de la amenazada para defenderla. Justin se levantó rápidamente, rechazando la ayuda de unos cuantos jugadores del equipo que se habían adelantado para ofrecerle su mano. Una vez de pie miró a ________ con severidad y hubiera seguido insultando y maldiciendo si no fuera porque la expresión de aquellos ojos marrones le comprimió el pecho de una manera impensada. Prefirió dirigirse a sus compañeros.
- Vamos.
- ¡¿Qué?! ¿Estás loco? Ahora menos que nunca…
- Nott, no te pedí tu opinión, dije que nos vamos y eso haremos. El chico parecía dispuesto a replicar pero la súbita presencia de la Profesora de Gym se lo impidió.
- ¿Qué pasa aquí?- los ojos de la profesora viajaron desde los chicos bajo su tutoría pero se detuvieron ante una boca roja e hinchada.-¿Qué le ha pasado ahí, Bieber? El aludido miró a la causa de aquella pregunta y vio cómo un movimiento de la garganta de la chica indicaba que ésta estaba tragando saliva, obviamente nerviosa por ser descubierta.
- Nada, profesora. No me ha pasado nada.
- ¿Piensa que yo puedo creerle aquello?
- No sé, espero que sí. La señora gruñó antes de volver a hablar irritada.
- ¡Vaya a la enfermería a que le desinflamen ese moretón! El rubio acató rápidamente, no podía esperar para desaparecer de la vista de sus compañeros, que estaban igual de incrédulos que los malditos amigos de el, todos mirándole sin entender por qué no había delatado a su colega. Durante el camino a la enfermería él se hizo la misma pregunta: ¿Por qué no pudo acusar a _______? Sólo sabía que algo… eso mismo que antes de que apareciera la vieja fastidiosa le hubo comprimido el pecho luego le había hecho mentir. Pero insospechadamente, esa vez había mentido para bien o, al menos, para el bien de cierta persona que en ese momento estaba siendo carcomida por la culpa y que dirigía sus pasos hacia la enfermeria para ofrecer sus disculpas.
