- ¿Qué tipo de ayuda?- preguntó el rubio con aprensión.- ¿Qué quiere que hagamos?
- Que se comprometan en matrimonio.
Un golpe seco siguió a aquel estamento puesto que el trasero del rubio que había estado apoyado en el borde de la camilla todo ese tiempo resbaló de alguna manera ocasionando que el chico cayera despatarrado al suelo.
-¿Estás bien?- se preocupo, pero no obtuvo respuesta pues al parecer, a causa de los aturdidos oídos de a Justin, él no estaba escuchándolo.
_______, por su parte, ni siquiera se percató del pequeño accidente, pues sólo se limitaba a mirar a su director con los ojos desorbitados sin dejar de preguntarse la misma interrogación que escapó de su boca.
- ¿Está bromeando?
- ¿Me crees capaz de bromear con algo semejante?
- Sí.- afirmó la chica con seguridad.
El aludido se tomó unos segundos para considerar esa acusación.- Bueno, sí, tal vez…pero no, no es broma.
Recién entonces fue cuando la castaña reaccionó con todo el peso caído sobre sus hombros y tomó asiento en una silla cercana valiéndose de la ayuda como soporte de la mesita dispuesta al lado.
- ¡¡¿Usted está loco?!!- inquirió desconcertado y bastante desesperado el rubio que ya se había puesto de pie con dificultad.
- No, según tengo entendido solamente soy un poco extravagante pero creo que mi salud mental está más que bien. Muchas gracias por preguntar.
- ¡¡Usted nos está vacilando!!
- No, Justin, no les estoy vacilando, ni les tomo por tontos ni nada que ahora esté pasando por tu cabeza. Les estoy pidiendo un favor.
- ¡¡Usted está muy equivocado si piensa que vamos a aceptar algo así!!- gritó el chico.
- Vamos, tampoco es que le estoy pidiendo algo descabellado, han hecho cosas más difíciles para la Escuela. Además, he sido testigo de que ustedes no se llevan tan mal últimamente.- Ni falta hacía su sonrisa pícara para entender de qué hablaba el anciano.
- Mire, si piensa que yo me casaré con una mujer únicamente porque estuve a punto de foll…- Sin embargo, el rubio no pudo concluir su frase porque tuvo que zambullirse para evitar que un cuchillo terminara clavado entre una de sus cejas y la otra. Se dio vuelta para notar que el utensilio se había insertado en la almohada de su camilla y luego miró a la desquiciada que había apuntado hacia él.
- ¡¡¿Qué te pasa, demente?!!- vociferó
- ¡¡¡Aprende a cerrar tu bocaza, Justin!!! Tú y yo no estuvimos a punto de hacer nada.- los ojos marrones centelleaban furia y los instintos asesinos se hacían más que evidentes.
- No le crea, Profesor, está mintiendo.- alegó el aludido.
- ¡¿Qué dices, *beep*?!- _______ se adelantó hacia su colega y éste lo mismo hacia ella, ambos mirándose con odio.
- Bueno, bueno…creo que esto se está desvirtuando- terció el adulto- Por favor, sepárense un poquito.- solicitó viendo que ya estaban a pocos centímetros uno del otro.- ¡Ahora!- Finalmente, la voz autoritaria del director se alzó por la enfermería logrando su cometido: ______ y Justin saltaron alejándose.- Mejor así… No importa qué estuvieron o no a punto de hacer, sólo quiero pedirles este favor y presentarles mis justificados argumentos para que acepten.