Capitulo 21 ♥

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-¡¿_______?!
- ¿Papá?- inquirió confundida.
- ¡¡________!!
- ¿Mamá?
_________ tenía la vista un tanto nublada, no supo bien por qué, si por el placer que le proporcionaban los besos y las manos de Justin o por la impresión de escuchar esas dos voces tan familiares. Como fuese, la castaña sólo vio las formas difusas de un hombre aparentemente robusto y alto con una mujer menuda y bajita a su lado.
- ¡¡______!!- “Eso sonó demasiado familiar.” Pensó la joven. Súbitamente, su visión se aclaró permitiéndole ver a su rubio padre y castaña madre en todo su esplendor.
- ¡¡Papá!! ¡¡Mamá!!- de un empujón se quitó a su esposo de encima quién había permanecido ajeno a todo cuanto pasó.
- ¡¡¿Me puedes explicar qué es lo que estabas haciendo con este señor?!!- preguntó el señor Levine furioso.
- Pues…- comenzó la aludida mientras que el rubio miraba a los padres de su mujer sin entender ni pío.
- Vamos, Josh…los dos sabemos muy bien lo que nuestra hija hacía con su… ¿debería decir esposo?
- ¿Nuestra hija?- repitió el rubio sin poder creer lo que estaba ocurriendo. 
- ¿Ya lo saben?- preguntó la hija a sus procreadores, pues no tenía idea de que ellos ya sabían de su casamiento, había pensado en decírselo luego pero no se esperaba semejante visita…Por cierto, ¿qué hacían sus padres, en medio del semestre? ¿No era que no se podía algo así? Abrió la boca para sacarse la duda pero su marido fue más rápido. 
- ¿Ustedes son sus padres? ¿Qué hacen acá?
- Creo que es más importante saber por qué el marido de mi hija, al que nadie tuvo el detalle de presentármelo, estaba besándola en un lugar tan público como este. ¿Acaso no tienes respeto por tu esposa? 
- Querido, no seas tan estricto. Están recién casados es comprensible que estén un poco más acalorados que de costumbre y ni contar con que todavía son adolescentes.- terció la señora Levine.
- Eso no importa. Debería tener más respeto por mi inocente ____.- argumentó el señor mirando a su mujer con severidad.
- Bueno, tan inocente no es…
- ¡¡Mamá!!
- ¡¿Qué?! No estoy diciendo nada raro, tan sólo encontrarte así nos da una pauta de…
- Monic, no aclares que oscurece, por favor.
- Ok, ok… ¡Qué susceptibles son mi marido y mi hija! ¿No crees?- la señora de pelo castaño enmarañado, muy parecido al de ________, se dirigió al rubio que seguía en estado de shock. ¿Qué hacían sus suegros allí? Interrumpiéndoles justo cuando… ¡¿Podía tener más mala suerte?! 
- ¡Vaya! Veo que ya se han encontrado…- el director llegó en el momento preciso para aclarar todas las incertidumbres y destensar la situación.
- Hola, director, ¿cómo ha estado?
- Bien, gracias, Monic. ¿Usted y Josh?
- Bien, muy bien por suerte. Aunque mi marido todavía está un poco molesto por las buenas nuevas. ¿Se ha comido las galletas que le di ayer?
- Por supuesto, las de limón son mis preferidas.
- Eso me había dicho _______, así que cuando supe que nos vendría a visitar no titubeé en cocinarlas. ¿Han sido de su agrado?
- ¡Claro! Tiene un don culinario inigualable, señora.
- No, ¿qué dijimos ayer? Le pedí que me tuteara y llamara por mi nombre.
- Lo siento, fue un descuido, no se volverá a repetir. 
- Entonces, ¿ha leído el libro que le recomendé? 
- No, todavía no, pero ya lo he solicitado a la librería. “Mujercitas” tiene muy buenas críticas.
- Más bien, ya le decía yo que…
- ¡Mamá!- interrumpió la muchacha castaña.- ¿Dejarán alguna vez de hablar cosas sin sentido para explicarme qué es lo que está pasando?
- Tú no me has explicado nada, ¿por qué deberíamos hacerlo nosotros?- la aludida enrojeció y bajó la vista ante la reprimenda de su padre.
- No te permito, _________. ¿Te parece que esa es la forma de dirigirte a tu director?
- No, mamá. Perdone, profesor.
- No hay nada que perdonar.- la excusó el anciano.- Tenías razón, debimos decirte lo que está pasando antes de cualquier otra cosa.
- ¡Gracias!- exclamó Justin irritado.
- Cuide el tonito, señor.- lo regañó el señor Levine. El rubio frunció el seño.
- Bueno, mejor vayamos a un aula vacía para hablar con mayor privacidad porque en cualquier momento comenzarán a salir los alumnos del comedor.- Todos asintieron frente a las palabras del director y lo siguieron hasta una puerta cercana. En el camino, ________ fijó sus ojos en el piso por miedo a encontrarse con la mirada juzgadora de su padre, Justin caminó despreocupadamente al lado de su esposa con las manos en sus bolsillos y la barbilla en alto y Josh estudiaba de atrás a quién le había arrebatado el amor de su hija mientras que Monic contemplaba el andar de la Premio Anual con desapruebo, repitiéndose para dentro que una mujer debería cuidar mejor sus formas enfrente de su marido.
- Empecemos.- anunció el director al cerrar la puerta del aula una vez que todos habían tomado asiento en los pupitres.- La señorita Bieber…- el señor Levine frunció el seño ante la desconocida forma de llamar a su hija al igual que esta última. En cambio, la castaña adulta y el joven rubio sonrieron aunque por diferentes razones.-…tiene que saber que ayer visité a sus padres para informarles del casamiento que hoy se llevó a cabo, les expliqué también que ustedes se habían enamorado y que me pidieron que los casase, a lo que obviamente yo no pude negarme siendo ambos mayores de edad en el estado. 
- Y ¿por qué no me avisó de que les iría a contar?
- Porque…bueno, se me olvidó…con todos los preparativos del matrimonio y la emoción de las galletas de su madre…
- Eso no interesa. ¡Lo que interesa es por qué no nos has contado nada de este chico!- espetó Josh señalando groseramente al rubio quien entornó los ojos y se cruzó de brazos.
- Perdón, papá., realmente no fue mi intención hacerles a un lado de mi matrimonio. Es que…fue algo así como un impulso.
- Claro, querido...-terció Monic.-…bien al estilo Las Vegas.
- ¿Al estilo Las Vegas?- inquirió Justin desorientado.
- Si, sin preparativos.- explicó el profesor, por lo cual el joven volvió a fruncir el seño.
- De todas maneras tuvo que habernos avisado. ¡Somos sus padres, por el amor de Dios!
- Papá, perdóname ¿si? Les juro que no se volverá a repetir.- prometió la chica prendiéndose al cuello de su padre para apaciguar su mal humor y consiguiéndolo. 
- Más te valga que no se vuelva a repetir. Ya veo que te divorcias y nos vuelves a hacer algo como esto.
- Por supuesto que no, ellos se aman.- intervino el estratega y responsable de todo cuánto allí ocurría dando una disimulada colleja en el brazo del Premio Anual. Éste miró a su superior con desconcierto al tiempo que el anciano movía su cabeza en dirección a la familia que en ese momento se abrazaba con cariño.- Actúa, Justin.- instó en un susurro.
El chico sin saber muy bien qué hacer se puso de pie y caminó hasta su esposa. 
- Señor Levine, yo le doy mi palabra de que quiero a ________ con todo el alma.- la castaña desenterró su rostro del cuello de su padre para mirar a su marido asombrada hasta que vio la sonrisa satisfecha de su director y sintió como si un balde de agua fría le cayera en cima. “Claro que está actuando, estaba imaginando ****eces nomás.” Pensó sonriendo fingidamente a su novio.
- Está bien, no tengo más remedio que creerte y mientras que mi pequeña princesa sea feliz…
- Lo soy, papá.
- ¡¡Qué hermoso!! ¡Y todos felices nuevamente!!- exclamó la madre de la desposada.
- Bueno, ahora que está todo aclarado. Creo que ya va siendo hora que los alumnos asistan a sus clases. Mientras tanto, yo les daré un recorrido por los alrededores a los recién llegados.
- Sí, pero una cosa...- tanteó Justin.- ¿Cómo es posible que los padres vengan al colegio a mitad del semestre?
- Fácil, sólo tuve que darles un periso. Después de todo soy el director ¿no?- rió y nadie supo por qué razón pero aún así todos se despidieron (el rubio con una sencilla inclinación de cabeza) y después los dos adolescentes se retiraron para atender sus clases de siempre.

Es un placer de ser tu esclava.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora