Los siguientes meses pasaron plácidamente (para ellos, al menos; eso no quería decir ni mucho menos que les faltara el trabajo).
Phil había sido una incorporación muy bienvenida, y su asociación marchaba como la seda. Tal y como habían esperado, la idea del registro para personas con poderes había quedado olvidada, al menos por el momento, y el buen trabajo parecía que ya estaba dando sus frutos. La imagen de los Vengadores nunca había sido tan favorable, ni siquiera después de la batalla de Nueva York.
Además, les alegraba poder decir que cada vez tenían más aliados. Por un lado, estaban Scott y Hope. A Tony le caía mal Scott por principios, o eso quería aparentar, al menos, pero todos sabían que era pura fachada y que Tony le estaba en deuda por haberles echado una mano cuando pasó lo de Zeke. Eso sí, estaba un poco celoso de no haber sido él quien inventara primero los trajes alucinantes que llevaban tanto Scott como Hope, que les conferían el poder de manipular su tamaño a su antojo. Verles hacerse microscópicos era una pasada, pero la primera vez que presenciaron a Ant-man convertirse en gigante casi se les cae la mandíbula al suelo... Lo cual era mucho decir, teniendo en cuenta lo acostumbrados que estaban a cosas de lo más extraordinarias.
El padre de Hope, Hank Pym, que había sido un antiguo socio de Howard Stark, no estaba muy contento con la colaboración de los chicos con Los Vengadores. No había acabado a buenas con el padre de Tony y consideraba que los Stark no eran de fiar.
Tony se propuso ayudar a Pym en la única misión que nunca había logrado completar con éxito: encontrar a su esposa Janet, perdida en el reino cuántico desde hacía décadas. Aun a sabiendas de que lo más probable fuera que no estuviera viva, qué menos que resolver el misterio para que Hank pudiera, por lo menos, dejarlo atrás definitivamente.
Pym era una de las mentes más brillantes del planeta, pero él por sí solo nunca había dado con la solución. Y ¿qué era mejor que un cerebro brillante? Pues cinco. Tony reclutó para la causa a Bruce y a FitzSimmons y entre todos trabajaron sin descanso.
A Steve se le escapaban los detalles de todos los experimentos que llevaron a cabo (la ciencia no era lo suyo), solo sabía que había sido peligroso y que Scott y Hope habían arriesgado sus vidas para llegar hasta el lugar en el que se encontraba Janet van Dyne.
¿El resultado? Ahora contaban entre sus filas con dos Avispas, madre e hija. Hank Pym no volvió a decir una mala palabra sobre la familia Stark.
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Steve y Tony estaban disfrutando plenamente de sus primeros meses de matrimonio. Steve no entendía a esa gente que aseguraba que casarse mata el amor y la pasión: él estaba más enamorado que nunca, y dudaba que ese dulce burbujeo que sentía cada vez que Tony le tocaba o incluso le sonreía fuera a desaparecer pronto.
Se embadurnó las manos de loción y las aplicó sobre la espalda desnuda de Tony, quien gimió con apreciación ante el contacto. Sonriendo, Steve aplicó la presión justa con sus manos y sus pulgares sobre los nudos de la espalda y hombros de su hombre, eliminando los restos de tensión acumulada después de demasiadas horas de trabajo.
La primera vez que Steve se había ofrecido a darle un masaje, no mucho después de haberse ido a vivir juntos, Tony había aceptado entusiasmado. ¡Un masaje por Capitán América! Era una fantasía hecha realidad, le dijo.
Así que, con mucha ilusión, Steve se puso manos a la obra, pensando que no debía ser demasiado difícil, solo apretar aquí y allá de forma relajante, como había visto hacer en las películas. No podía haber estado más equivocado: aquella noche Tony terminó aullando de dolor porque Steve no supo aplicar bien su fuerza de supersoldado. Lógicamente Tony le prohibió terminantemente volver a intentarlo. Le había costado mucho convencerle de que le diera otra oportunidad, prometiéndole que se había aplicado a conciencia para aprender bien el proceso y asegurándole que no volvería a lastimarle. Todavía con desconfianza Tony le dejó intentarlo de nuevo. Afortunadamente la segunda vez fue bastante mejor, y ahora Steve ya le había cogido totalmente el tranquillo e incluso era el propio Tony el que le pedía que se lo hiciera cuando se notaba la espalda cargada.
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[Avengers Fic Stony] Universos Infinitos
FanficSecuela de Algo Para Recordar/Incondicional y Pedacitos de Ti. Steve y Tony disfrutan de su vida como casados mientras su familia sigue aumentando. ¿Qué enemigo empañará su felicidad y amenazará con destruir el mundo esta vez?