Elige tu propia aventura

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Tony Stark sabía de primera mano lo que era que la vida cambiara de un plumazo; un momento todo está bien, incluso mejor que bien, y al siguiente...

Por desgracia lo había experimentado en sus carnes en más de una ocasión, pero nada a aquel nivel, como era evidente. Había sufrido el dolor de muchas formas, pero jamás se había sentido tan aturdido... Tan perdido.

Tan solo dos días atrás Peter había venido a verles. A entrenar y a estudiar, en teoría. La realidad es que se había pasado media tarde jugando con Gladstone, después se tiró una hora de teléfono hablando con su novia, y tras atiborrarse de hamburguesas empapadas en kétchup y mostaza para cenar él y Pietro se habían enchufado al Fifa en la X-Box del salón.

Al final Tony y Steve se pusieron firmes y le obligaron a encerrarse en su habitación a estudiar, que ya iba siendo hora de que hiciera algo de provecho, y que si quería que ellos vieran que ya no era un niño y que estaba preparado para formar parte de los Vengadores, lo estaba demostrando pésimamente. Suspirando, Peter había dejado el mando de la consola, se había puesto de pie y se había sacudido el polvo imaginario de sus pantalones parsimoniosamente.

—Peter, te lo juro por Dios... —había comenzado Tony. Steve, siempre tan diplomático, suavizó el tono.

—Lo que Tony y yo queremos decir es que ya te has divertido bastante por hoy y ahora toca estudiar un poco, ¿de acuerdo?

Peter tosió en su mano, aunque la palabra «carrozas» fue lo suficientemente audible.

—Muy bien. FRIDAY, bloquea cualquier intento de acceso a Internet o teléfono de los aparatos de Peter hasta nueva orden —sentenció Tony.

—¿Qué? ¡No! ¡No es justo! —protestó Peter como era de esperar.

—Deja de comportarte como un crío, pues.

Peter infló los carrillos y al final dejó escapar el aire en señal de derrota.

—Me voy a estudiar —accedió por fin. Se despidió de Pietro, que había estado presenciando la escena divirtiéndose de lo lindo, y empezó a caminar hacia su habitación. Antes de salir del salón se giró y, con una sonrisa exagerada, añadió: —Buenas noches papá, buenas noches mamá.

Y con eso se había ido. Tony y Steve intercambiaron una mirada, ambos preguntándose lo mismo. ¿Quién es el papá y quién la mamá?, y entonces vieron a Pietro con su móvil y supieron que había tardado como dos segundos en cascárselo a Clint.

Se iban a estar riendo de ellos durante semanas.


Eso había sido únicamente dos noches atrás. Pensándolo ahora, ¿qué maldita importancia tenía que el chaval quisiera divertirse en vez de encerrarse en su habitación a estudiar? Deberían haber dejado que hiciera lo que quisiera.


La noche anterior también parecía surrealista si pensaba en ella. Steve y él habían hecho el amor, un encuentro tierno y sentido.

—Nunca dejaré de quererte —le había susurrado Steve, rodeándole con sus brazos, haciéndole sentir como siempre protegido, deseado, amado—. No hasta que exhale mi último aliento.

—Falta todavía mucho para eso, tesoro —le había contestado Tony, aferrándose a su cuello, respirando el aroma a intimidad, a sexo, a Steve—. Una eternidad por lo menos.

Porque eso era lo que le había prometido Steve, con las manos entrelazadas, los pies descalzos sobre la cálida arena, con todos sus amigos como testigos.

[Avengers Fic Stony]  Universos InfinitosWhere stories live. Discover now