Sr. Bunny [토끼] • KookMin.

Cap 26 ♦ Maraton (5/6)

Narra Jimin:

Salí del restaurante más que contento. Me había llamado Jungkook... me había llamado y me había dicho que me quería.

Estoy emocionado y siento escalofríos por todo mi cuerpo. No sé por que me siento así cuando pienso en él, no es la primera vez. Siento que todo parece extraño, diferente y me siento protegido por alguna rara razón.

Estaba caminando hasta la salida del centro comercial cuando me detuve de golpe, recordando que él me había pedido que le llamara una vez que haya terminado de cenar.

Así que saqué mi celular y le envié un mensaje, que para mi, es un ofrecimiento mejor que la llamada; aunque ahora que lo pienso una llamada en mejor porque puedo escuchar de nuevo su voz.
De todas formas se lo escribí y le envié también una selca que me tomé dentro del restaurante.

"Te ves hermoso Jimin..."

Recibí casi de inmediato. No pude evitar sonrojarme y sonreír aún más.

Sin poder creer que alguien me quería, miré a todas partes, como si quisiera compartir de mi emoción con alguien más. Pero no vi a nadie concluyente. El centro comercial ya estaba casi vacío, había por lo mucho unas nueve personas a mi alrededor. Miro la hora de mi celular y observó que faltaban diez para las diez exactas de la noche.

Caminé hasta las puertas con sensores de movimiento y la noche me recibió. El aire frío como cualquier temporada de invierno, y el silencio sombrío y aterrador.
Miré el estacionamiento, vacío y oscuro. Me pasé los siguientes minutos analizando mi situación y en cuanta vergüenza pasaría si corriera con todas mis fuerzas hasta la parada del autobús.

Uno, no seria tanta por que no hay gante en la calle. Dos, si corro, es muy posible que la bolsa de los fideos que pedí se me caigan. Tres, me ahorro todo lo anterior y pido un taxi. Sería mas caro, pero ahora es lo mejor que se me ocurre para no tener tanto miedo.
Dios, soy tan miedoso.

─Hey bonito... ¿estas solo?

Una voz áspera y gruesa me sobresaltó a mis espaldas. Más razón para tener miedo.

Eran dos hombres detrás de mí. Algo musculosos y ahora que me doy cuenta con sombreros de playa y lentes de sol, ¿que demonios...?

─Danos todo lo que tengas, si no quieres salir herido. ─dijo el otro, el de lentes oscuros.

Yo solo lo miré, solté la bolsa por inercia y cuando sentí mis piernas responderme después de que quede paralizado, salí corriendo. No literalmente porque corrí realmente rápido, tenía mucho miedo y mi corazón latía desenfrenado. Hasta que caigo al duro y frío cemento y siento como me toman del cuello con fuerza y me levantan como si fuera un costal de papas.
Con falta de aire y los ojos casi cerrados soy sostenido en el cristal de alguna tienda. No siento el piso bajo mis pies y mis cortos brazos apenas si rasguñan el codo del gran tipo con una sonrisa socarrona en los labios.

El otro se acerca y me mira de arriba a abajo con una sonrisa.

─Te dije que me dieras todo lo que tengas... no que corrieras. ─después de reírse cortadamente, con una risa tan tonta de hecho, hace que el que me agarra me baje pero no me suelta. ─Dame todo. ─pide de nuevo, ordena.

─Vete al diablo. ─digo y despues logro escupirle en la cara.

Sonrió orgulloso por atinarle debajo del ojo. El imbécil se ríe, se toca la mejilla y se limpia en su camisa de playa. Para después, darme un fuerte golpe bajo la costilla. Me retuerzo de dolor pero no consigo moverme mucho.
En menos de un minuto ya tengo a ambos buscando en todas partes de mi ropa mi billetera o alguna cosa con la que puedan conseguir dinero.
Encuentran mi billetera y el tipo de lentes la abre y al revisar y ver que no hay nada más que mis credenciales de la universidad me la avienta a la cara.