Capitulo 2

527 6 2
                                        

Ese policía la tenía tan larga, como conseguía llegar hasta mi estómago y yo me retorcia de placer y dolor.

Fue una noche con un antiguo compañero, su mujer estaba de viaje. No solo fue un antiguo compañero, era al que por fin pude cogermelo después de tantos años. Es el tio que mas grande la tenia en todo el instituto y lo intenté una vez con el, pero creo que no le gusté. El problema es que ahora si le gusto y aunque yo sigo con la ilusión de joven de follarme al que hasta ahora es el que más grande la tiene, no quiero ser algo suyo.

Días después noto unos dolores muy fuertes en la vagina, literalmente fuertes. Me tiré al suelo porque el dolor me indebilitaba las piernas. Alguien llegó, creo que era un paramédico que me rasgo la camisa y entonces ví una enorme, gorda barriga y me di cuenta en que la situación era que estaba dando a luz, ¡joder! ¡cómo puede ser que no me he dando cuenta en nueve meses de que estoy embarazada!
Cuando el niño salió nos dimos cuenta, las personas que estabamos, que el niño nació deforme, el paramédico me preguntó si mi marido tenía el miembro mas grande que la media española, yo dije que sí, a lo que me contestó que si hemos tenido relaciones en los últimos meses de embarazo su cosita habia chocado varias veces con la cabeza del niño. Yo estaba flipando mucho.

La realidad que estaba viviendo en ese momento era un poco paralela.
Caí en que los embarazos son nueve meses y no hace más de pocas semanas que estoy con Miguel, el de la polla larga. E intentando recorda nueve meses atrás quién podia ser el padre de este niño, me maree y desmayé.

Estaba viendo una puta luz y de esa luz salieron como cuatro brujos con el niño en brazos preguntandome si se lo podían llevar y hacer de él uno de los mayores maestros magos del mundo. Yo se los dí regalado, no por el hecho de ser el niño discapacitado, sino porque simplemente yo no quería hijos, y menos sin saber que lo habia tenido. Desperté del desmayo, apareció Miguel en mi cama, no le conté nada del niño.

Siguiendo en esa versión paralela estabamos en un río yo seguía con dolores; esta vez en los riñones.

Escuché que me mandaron un mensaje, me desperté. Era un puto sueño y encima me habia bajado la regla, por eso los dolores vaginales y de riñones tan reales que creia que el sueño era de verdad.

Eran las una menos cuarto cuando me levanté del sueño, decidí escribirlo y ya quedarme en la cama, esperando a que algún vecino del antiguo capítulo aparezca para contaros otra historia.

Almas Vacías Donde viven las historias. Descúbrelo ahora