Arrastrame a la oscuridad

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CAPITULO 1: MI NUEVA VIDA

El viaje de los Ángeles a la ciudad de Seattle había sido muy largo podía sentir el frio erizando mi piel, la gente iba y venía, con caras inexpresivas, algunos con rostros alegres de volver a ver a sus familiares…pero yo no tenía alguno, solo la amiga de mi infancia que había dejado en Los Ángeles, queriendo dejarla en el olvido pues me dolía recordar nuestra despedida.

Pensaba una y otra vez en ese momento…

-te vas a ir?-dijo Miranda al momento que su voz se rompió

No quería verla a los ojos, sabía que las lágrimas no dudarían en salir al encuentro de mi amiga, deje que el silencio nos gobernara por unos minutos hasta que me arme de valor a decirle que lamentablemente así iba a ser.

-si…pero no quiero que te pongas triste ok? Sabes que siempre serás mi mejor amiga, hablare contigo al menos una vez a la semana- dije con tristeza al momento que las lagrimas salían, se veía tan desprotegida y frágil ante la noticia, sus ojos avellanas fueron al encuentro de los míos y me abrazo fuertemente. No la deje soltarse en ningún momento.

-cuando te vas?

-mañana

No quería seguir recordando el dolor de mi amiga, me hacia mal, ahora me sentía más que sola en el mundo.

Al recordar que tenía que marcharme del aeropuerto pedí un taxi para que me llevara a la inhabitable casa que me había dejado mi padre. Mis padres se habían divorciado cuando yo tenía 5 años, lamentablemente a los 2 meses le habían diagnosticado a mi mama un resfriado muy poco común donde muy poca gente sobrevivía a este. Mientras mi mama estaba en el hospital mi padre se había quedado en la casa a cuidarme pero no falto mucho cuando un día salió a comprar comida y llamaron a la casa a decir que había muerto en un choque. Estaba sola en mi casa. No había nadie para cuidarme, ni para decirme que me tranquilizara.

Cuando mi mama se entero la noticia le había llegado como balas al pecho dejándola semanas después morir de la tristeza, el hecho de que se hubieran divorciado no hacia mínima la idea de que ella lo amaba como a nadie.

Gracias al hecho que mis padres eran ricos no me hacía falta nada, mi sirvienta, nana, siempre estuvo cuidándome, regañándome, corrigiéndome, dándome felicidad y amor.

En el paseo del aeropuerto a la casa pude observar la ciudad con cuidado, era un día nublado donde las nubes oscuras amenazaban con apagar cada intento de luz. Las casas eran hermosas y muy bien cuidadas, la mayoría de los lugares tenia arboles invadiendo el espacio libre, haciendo más acogedor cualquier lugar.

Por fin habíamos entrado a un fraccionamiento muy exclusivo donde se encontraba la casa de mi padre. El señor de seguridad había pedido amablemente mi nombre.

-Angel Smith- dije con mi tono inglés- hija de John Smith

Al momento de decir eso el señor sonrió con gusto y con la mano nos indico que pasáramos. El fraccionamiento tenía parques verdes y juegos. Al final de la calle estaba la casa donde viví hace mucho tiempo, la casa donde una vez fue mi hogar y donde volvería a recordar ese dolor que inundo y dejo marca en mi pecho.

Al llegar a la casa me baje del taxi y le pedí al señor si podía bajar mis maletas mientras yo iba a abrir la puerta. Saque la llave de mi bolsa color carmín y teniendo el miedo de que la tristeza me inundiera la introduje en la cerradura, di vueltas a la llave cuando la puerta se abrió pude ver los sillones tapados con sabanas, todo estaba cubierto por esas sabanas blancas. Al dar un paso al frente todo lo que había pasado me vino como un tornado en la cabeza, lo recordé todo una vez más, en mi mente me vi como corrí hacia las escaleras cuando había colgado el teléfono después de la noticia que cambio mi vida.

Arrastrame a la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora