Había vuelto a despertar de una noche lluviosa y tranquila, aquella noche había hecho mucho frio y por lo tanto tenía todas las cobijas encima de mi cuerpo para proteger el poco calor que quedaba. Jamás había sentido mi cama tan cómoda, me estiraba una y otra vez para poder despertarme bien pero aun estaba muy cansada por el día anterior. Había pasado ese día de un lado a otro comprando.
Tenía que levantarme, no me podía quedar todo el día acostada en la cama. Entonces abrí los ojos poco a poco para poder despertar tranquilamente de la noche. Me incorpore lentamente para no marearme pues siempre me pasaba que si me levantaba rápido sufría de terribles mareos que no se quitaban dentro de media hora.
Me pare tambaleándome por el sueño que tenia y como pude fui al baño a cepillarme los dientes y a bañarme. Ese día me sentía más calmada, ya estaba empezando a olvidar a Abel.
Cuando me salí de bañar fui a vestirme y a hacerme algo de comer, prendí la televisión para entretenerme un rato mientras comía, como siempre en las mañanas solamente podías ver los noticieros y no me dio más opción que ponerme a verlos.
Estaban diciendo que anoche había muerto una persona por razones desconocidas, y que lo mejor era que no saliéramos mucho de la casa a menos que atraparan al criminal. No me había preocupado por eso.
En ese momento sonó mi celular, era Ray. El había sido mi primer amigo desde que había venido a Londres, me trataba muy bien y era muy tierno. En veces salíamos al cine o simplemente a pasear pero yo no lo veía como algo más que un amigo.
En ese momento había olvidado que ayer le iba a enseñar a hacer unas operaciones y seguramente se había puesto triste porque no le abrí la puerta. Que estúpida.
-¿bueno?-dije cuando conteste el teléfono, esperaba que él no se hubiera enojado.
-hola hermosa-dijo a modo de saludo-¿Cómo amaneciste?
-bien ¿y tu?
-bien también, oye…
-perdóname por lo de ayer me acabo de acordar que ayer habíamos quedado pero tenía que salir y lo siento mucho-dije interrumpiéndole
-por mi no hay problema, sabes que puedo ir cuando sea-dijo un poco triste-pero hay una cosa que te quiero preguntar
-dime
-¿tienes novio?
Esa pregunta definitivamente no me la esperaba, ¿si tenía novio? El muy bien sabía que no tenia, jamás había tenido uno. ¿Por qué me preguntaba semejante tontería?
-sabes que no, ¿Por qué lo preguntas?-dije confundida
-ayer cuando fui a tu casa, abrió la puerta un muchacho y dijo que era tu novio-dijo con la voz quebrándose
-¿un muchacho?-dije con los ojos como platos-¿podrías describirlo por favor?
-era alto y blanco, no le vi tanto la cara
No me quería alterar pero en verdad tampoco quería saber quién era esa persona, seguramente era uno de esos muchachos que se metían al departamento a tirar la basura.
-seguramente era el muchacho de limpieza-dije tranquila- no te alteres Ray, si tuviera novio ya te lo habría dicho.
En ese momento había sonado el timbre de la puerta, alguien estaba tocando.
-discúlpame Ray, tengo que colgar pero te llamo en la tarde ¿sí?- dije distraída
-ok, bye-dijo y colgué.
Me pare como pude del sillón a la puerta y tome las llaves que estaban en la pequeña mesa de vidrio que había enseguida, me tome unos segundos en buscar la llave hasta que di con ella. Abrí la cerradura y cuando vi a la persona que me había brincado había echo que soltara un grito involuntario por el susto.
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Arrastrame a la oscuridad
VampireAngel es una niña de 16 años que detras de la muerte de sus padres a sus 5 años ella tiene que irse a vivir a Los Angeles, pero lo que ella no sabe es que el destino la volvera a mandar al lugar donde comenzo su amor por un muchacho llamado Abel y d...