ANGEL
-¿Qué haces aquí?-le mire fulminándole con mi mirada
-necesito explicarte lo que paso la ultima vez-dijo Abel
-no te preocupes Abel, no tienes nada que explicar-dije al momento que le cerraba la puerta en la cara
Me recargue en la puerta y vi a Tiffany en el sillón sentada esperando por mí, había olvidado que ella estaba ahí. Sentí las lagrimas correr por mis mejillas, una parte de mi estaba muy feliz de haberlo vuelto a ver pero la otra parte de mi solamente sentía que jugaba conmigo.
Volví a sentir que toco la puerta para que le abriera pero no hice nada, me quede ahí parada sin más que hacer o decir, en ese momento mire a Tiffany, ella me veía con tristeza.
-¿puedes irte por favor Tiffany? Necesito estar sola…
Ella me miro un poco extrañada y asintió con la cabeza, tomo sus cosas y le abrí la puerta para que saliera, seguramente estaría Abel recargado en el pasillo esperando para que le abriera pero no.
Me senté ahí en el suelo en la puerta, llorando y esperando porque alguien acudiera en mi auxilio pero sabía que nadie iría. Aun no podía evitar sentirme un poco alegre por haberlo visto de nuevo y si él estaba aquí era porque en verdad le importaba, al darme cuenta de eso sonreí y me seque las lagrimas. Fui al espejo para verme, tenía un poco de maquillaje corrido, me limpie y me volví a pintar como estaba antes de que llorara.
Dude unos segundos en abrir la perilla, porque eso significaba volver a caer en sus brazos, volver a verlo, volver al pasado…pero siempre hay que admitir que él es parte de mi vida y siempre lo fue.
Abrí la puerta decidida y convencida de lo que pasaría si las cosas no iban bien.
Cuando abrí la puerta no vi a nadie pero salí al corredor y vi que enseguida de mi puerta estaba Tiffany y Abel sentados. Ella estaba sonriéndole mientras que Abel ni siquiera la miraba. Sentí un poco de celos al ver a mi mejor amiga sonreírle a Abel.
Cuando ambos se percataron de mi presencia Abel sonrió mientras que Tiffany borraba la sonrisa que le tenía.
-¿quieres pasar?-le dije a Abel
El no contesto pero se levanto y se dirigió dentro de mi departamento. Mientras que Tiffany se acercaba a mí con una sonrisa traviesa, lo cual me hiso querer darle un golpe ahí mismo.
-creo que necesitamos conocernos mejor, el será mi futuro novio-dijo entre risas
Al momento que iba a entrar le puse la mano para que no pasara y ella me miro algo confundida por mi reacción. No iba a dejar que ella se metiera con Abel. En todo caso el venia a verme a mí y no a ella.
-necesito estar con él a solas-le dije secamente
Esta había hecho una expresión muy ridícula ofendida y se fue caminando lo más rápido que pudo. Sentí un poco de pena por ella, era mi amiga pero cuando yo pedía algo de privacidad la demás gente tenía que entender que no era tan fácil estar con alguien que no has visto en mucho tiempo y aparte que alguien más este en esa misma habitación interrumpiéndote.
Cerré la puerta detrás de mí y vi que el se había sentado muy cómodo en el sillón. Se veía mejor que nunca, pensaba en todas las cosas que pasamos juntos, y sobre todo en el último día que habíamos pasado juntos. No sentía tanta felicidad desde aquel momento.
El había volteado a verme, su mirada me ponía la piel de gallina y hacia que me pusiera nerviosa, esa mirada gris que tanto amo estaba ante mis ojos.
Fui a sentarme en el sillón y no dije nada por un momento al igual que el. Solo nos mirábamos.
-te extrañe mucho-dijo para romper el silencio
-¿Qué te hace pensar que todo estará bien?-dije algo furiosa
Al haber dicho eso el me miro retándome con la mirada y se paro dirigiéndose en mi dirección, me puse más que nerviosa pero guarde la calma para no volver a caer en sus trucos.
Estábamos a centímetros de nuestros labios y yo aun mantenía la calma y las ganas de besarle pero el aun seguía con su mirada retadora poniéndome a prueba estando tan cerca.
-porque jamás me negarías un beso-dijo
Cerré los ojos para volver a sentir aunque sea un momento más sus labios con los míos pero fue todo lo contrario, había vuelto al lugar donde estaba sentado, quería asegurarse de que yo aun estaba enamorada de él.
-haz lo que tengas que hacer, sigo esperando- dije un poco desesperada
El me miro un poco feliz por lo que había dicho y se paso las manos por su cabello tratando de buscar las palabras adecuadas. Asi habia seguido unos segundos mas hasta que por fin empezó a hablar.
-lo que viste con Violeta, no significa nada Angel-susurro-como ya te habia contado la historia de mi familia ella era la supuesta futura reina de mi secta pero mi madre jamás la aprobó asi como yo, quiero que por favor me perdones
Lo que me dijo me había dejado sin palabras pero estaba bien porque me demostraba que le interesaba que yo supiera que todo lo que pasaba estaba malinterpretado.
-te busque por semanas y semanas después de que te fuiste, fui a miles de lugares hasta que encontré tu rastro y pude encontrarte aquí-continuo diciendo
Entonces recordé el sueño que había tenido la última noche con Abel, como Leo le decía que tenía 12años para escoger a su futura esposa y desgraciadamente ese tiempo esta yendo a su fin y cuando llegara el final de ese tiempo no habría nada más que olvidarlo pues yo sabía que él jamás le escogería como su esposa.
-se acaba tu tiempo Abel-dije con la mirada baja
-¿Qué acabas de decir?- dijo con sus ojos buscando una explicación a lo que le había dicho
-los 12 años están por acabar y cuando acaben serás esposo de Violeta- dije con las pequeñas lagrimas que querían salir de mis ojos y entonces el sabia que me refería a que posiblemente no nos volveríamos a ver si no suceda algo antes de que se cumplieran los 12 años-¿Por qué no me explicaste que tenias cierto tiempo para casarte?¿no quieres convertirme en tu esposa?
El se quedo callado con los ojos clavados al suelo. Su silencio se hacía cada vez más largo y eso me dolía mas que cualquier cosa, saber que él no estaba dispuesto a amarme para siempre o que tal vez el se aburriría de mi.
-es porque no soportaría verte convertida en lo que yo soy-dijo finalmente mirándome a los ojos-a mi me hubiera encantado conocerte cuando aún estaba vivo, vivir como personas normales- se había parado una vez más delante de mi- hubiera estado casado contigo por siempre
Entonces recordé la primera vez que le había visto, como todo era perfecto y nadie nos interrumpía.
Aquellas palabras habían llegado a mas que ser simples palabras, esas mirabas que me dedicaba me dejaban sin aliento y con mi cuerpo temblando, aun no sabía qué decisión tomar o siquiera que pensar de todo esto.
Fue mi gran amor de niña pequeña pero cuando llego el día en que tendría que fingir no saber de el cuando en verdad sabia más de él que de mí, no sabía si perdonarlo o no y entonces comprendí que me suplicaba al menos una oportunidad para dejar todo en el pasado.
-quédate conmigo-dijo finalmente
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Arrastrame a la oscuridad
VampireAngel es una niña de 16 años que detras de la muerte de sus padres a sus 5 años ella tiene que irse a vivir a Los Angeles, pero lo que ella no sabe es que el destino la volvera a mandar al lugar donde comenzo su amor por un muchacho llamado Abel y d...