S K Y L A R

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Nada más entrar en el supermercado, cogimos un carro y empezamos a comprar. Yo iba eligiendo los productos que necesitábamos mientras Skylar no paraba de quejarse:

-Ahora que lo pienso, necesitamos gel de ducha -decía para mi misma.

-Tengo hambre.

-Algún que otro producto de limpieza no nos vendría mal.

-Tengo hambre.

-¡Anda mira! Los aguacates están de oferta.

-Tengo hambre.

-¡Y las patatas también!

-Tengo hambre.

-¡PIZZA GRATIS! -bromeé para molestarla.

-¡¿DÓNDE?! -yo me empecé a reír- Eres una muy mala persona. No, enserio, te odio -yo no podía parar de reírme.

-No te enfades, -ella se fue con el carro hacia el final del pasillo- Skylar... ¡Venga Sky! -fui corriendo hacia ella.

-¿Sky? -preguntó ella en voz alta- Nunca nadie me había llamado así, me gusta -dijo sonriendo.

Seguimos haciendo la compra, mientras Skylar comía una bolsa de patatas chips campesinas.

···

Al volver a la suite, no había nadie, tan solo una nota:

-"Cómo estabais tardando mucho en hacer la compra, nos hemos ido a comer a un restaurante"

-Ves, tendríamos que haber ido a comer por ahí -se quejó.

-Todavía estás a tiempo de irte a un restaurante y dejarme a mi toda sola con todo este montón de comida.

-¡Bueno, vale! Me quedaré aquí contigo -yo sonreí.

-Eres muy dramática, ¿lo sabías? -dije mientras guardaba la compra.

-¡No soy dramática! Tengo hambre, es diferente.

Entre las dos, cocinamos unos deliciosos macarrones con queso, los cuales fueron devorados por Skylar, en cuanto los tuvo delante.

-¿Están ricos?

-Demasiado. ¿Dónde has aprendido a cocinar así?

-Me lo enseñó mi madre, antes de trabajar en la universidad, trabajaba en una cafetería de Nueva York, para pagarse los estudios. A veces, cuando había muchas bajas de personal, le tocaba cocinar.

-Vaya. No sabía eso de tu madre.

-Pues ahora sí.