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El restaurante era precioso, no era muy grande y las mesas estaban un poco juntas, pero el ambiente era muy bueno.

Yo pedí una ensalada con rollitos de primavera, Ethan pidió macarrones a la carbonara y Sky lasaña. Nos pasamos el rato hablando y riendo.

Pedimos el postre y seguimos hablando. Al final salimos de ahí hacia las cuatro de la tarde:

-¿Tú con quién haces el trabajo de literatura, Ethan? -pregunté.

-Con Owen.

-¿Enserio? Debe de ser el único tío del campus con el que no lo has hecho -rió Sky.

-Eso depende de si sacamos buena nota -dijo con una sonrisa pícara.

-Lo siento, pero soy incapaz de entender qué tiene de divertido enrollarte cada día con una persona diferente.

-No es cada día. Además, te dan un cariño muy de golpe y muy fuerte que al final en una relación no te dan.

-Sí, pero qué más da eso si al final del día no tienes a nadie a quien contarle tus cosas y dormir abrazado.

-Eso es verdad, duermo mucho mejor desde que dormimos juntas -contestó Sky.

-Pero lo vuestro es diferente. Brooke te dijo desde el primer momento que quería ser algo más que un lío. A mí nunca me han dicho eso -por alguna razón, vino a mí mente el señor Fischtman. Me acordé de cómo se había comportado el día anterior con Ethan, y algo me dijo que ahí había algo más-. Ya hemos llegado -bajamos del coche y nos dirigimos a nuestra suite. Me di cuenta de que en la entrada estaba Dylan esperandonos.

-Dylan, -le saludé dándole un abrazo- ¿qué haces aquí?

-Quería asegurarme de que estabas bien, te fuiste muy pronto de la fiesta y estaba preocupado.

-Tranquilo, estoy bien, Sky me llevó a casa. Pasa, tomaremos algo.

-Enrealidad yo venía preguntaros si estabais ya preparados para ir a casa de Scarlett -los tres nos quedamos atónitos- ¿No os acordáis? Quedamos esta tarde para ir a su casa y utilizar su gimnasio.

-Mierda, es verdad. Voy a preparar la bolsa.

-Yo también -dijo Sky.

-Ahora vuelvo, si quieres puedes sentarte en el sofá mientras esperas.

-Gracias.

Me fui a mi habitación, puse ropa de deporte, ropa limpia, una toalla y el bañador ya que Scarlett dijo algo sobre una piscina en el sótano o algo así.

-¿Preparada? -me preguntó Sky.

-Sí, vamos -en el salón estaban los dos hablando.

-¿Estamos todos?

-Eso parece.

-Enrealidad, yo quería hablar con Brooke en privado -dijo Dylan.

-Os esperamos en el coche -contestó Sky.

-¿Qué pasa?

-Verás, he estado pensado en los mensajes que me enviaste antes de que viniera a San Francisco. Decías que te habías enamorado perdidamente de una persona. Que querías decirme de quién se trataba pero querías que fuese una sorpresa -yo asentí con la cabeza-. Bueno, pues quiero que sepas que yo siento lo mismo por ti -no me lo podía creer.

-¡¿Qué?!

-Lo sé, yo también me sorprendí cuando me lo contaste, pero...

-No no no, -le interrumpí- Dylan, esos mensajes no son sobre ti -me miró confuso- son sobre Skylar... Ella es mi novia -era la primera vez que lo decía en voz alta, y me encantaba-. Lo de la sorpresa es porque quería traerla en la comida de Navidad en Nueva York y presentarosla.

-Pero... yo creía que...

-Lo siento... -sonó el claxon del coche de Ethan- Deberíamos irnos ya -él solo asintió y se fue. Yo me senté atrás al lado de Sky y apoyé mi cabeza en su hombro. Siempre que me encontraba mal conseguía reconfortarme con solo apoyar mi cabeza en su hombro.

-¿Estas bien? -me susurró mientras me abrazaba con su brazo derecho. Yo negué con la cabeza, tenía ganas de llorar, acababa de romperle al que era como un hermano para mi.

-Luego te lo cuento -contesté con la voz rota. Ella asintió y me dió un beso en la cabeza mientras me acariciaba el hombro con el pulgar.

Dylan estaba sentado de copiloto y no apartaba la vista de la ventana. Pude ver el reflejo de su cara en el retrovisor, y vi como le caía una lágrima por su mejilla. Yo miré hacia arriba para evitar llorar, pero no lo conseguí. Me abracé a Sky y hundí mi cara en su pelo. Ella me abrazó más fuerte con los dos brazos, su mano derecha seguía acariciándome el hombro y con la izquierda me acariciaba la cabeza con el pulgar. Me volvió a dar un beso en la cabeza y luego apoyó su barbilla en ella:

-Tranquila, llora, estoy aquí contigo.

S K Y L A RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora