Cap. 18

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-B... bueno. -volvió a hablar Mentita- Te guiare a tu habitación y...

- ¡EJEM! ¿"Te guiare"? ¿Qué es esa forma tan poco respetuosa de hablarme? -pregunto la chica burlesca. El mayordomo miro a otra parte con fastidio.

-Uff... La guiare a su habitación, ________ y...

-¿_______? Creo que ahora soy una "Princesa" si no me equivoco, abalada por su majestad Bonnie. Princesa Humana según se, pero dime Princesa _______, con eso estoy bien, no tenemos por qué ser formales. -después de eso soltó una corta risa.

-Disculpe mi... descortesía Princesa _______, permítame por favor guiarla a... su habitación. -añadió el chico inclinando la cabeza ante ella.

-Perfecto. -asintió la chica.

El comenzó a caminar erguido y correcto, con las manos en sus espaldas y la mirada al frente.

Mientras tanto _______ miraba los alrededores del castillo admirada, no concebía como todo podía estar hecho de algo comestible y que esto supiera tan bien. Quería comerse el castillo entero y a sus habitantes.

Enfoco su atención en el muchacho frente a ella y se le hizo agua la boca de solo recordar su sabor.

-Muy bien, es aquí. -dijo el deteniéndose frente a una puerta- La habitación de la Princesa es la de la derecha.

-Oh bien... ¿y donde dormirá Finn?

- ¿Finn? Finn no dormirá aquí.

- ¿Eh? ¿Por qué no?

-Se suponía que vendrías tu a hospedarte en el castillo y solo te quedarías la semana anterior con él.

-Un momento... ¡pensé que...! Es decir, sabía que me quedaría a vivir aquí, pero ¿quiere decir que Finn ya no...? ¡Hey! ¡Lo necesito cerca para asesinarlo!

- ¡Baja la voz! -susurro cubriéndole la boca a la chica.

Después miro a todos lados algo preocupado y la introdujo a la habitación cerrando la puerta a sus espaldas.

- ¡Ten cuidado con lo que dices! No creo que quieras que todo el mundo se entere de tus malvados planes.

-Uy, uy, ¿tanto odias a Finn que le deseas la muerte? -pregunto ella entonces.

- ¿Qué? Yo no odio a Finn.

-Pues no veo que intentes evitar su muerte, y, al contrario, me estas ayudando con ello.

-No te estoy ayudando, el punto aquí es que Finn no estará aquí y estará protegido de... lo que sea que quieras hacer con él.

-Matarlo, sí. Mmm... bueno, entonces tendré que escapar por la noche. ¡Si! Eso hare.

-La seguridad aquí es bastante ¿sabes? Te descubrirán y lo único que harás será levantar sospechas. -advirtió el cruzándose de brazos.

- ¡Y es por eso que vas a ayudarme! -exclamo ella con una sonrisa.

- ¡Yo no te...!

-Ah-ah-ah, recuerda que ahora trabajas para mi y tienes que hacer todo lo que te pida.

-Pero... Ah... Soy de lo peor... -murmuro decaído llevándose una mano al rostro.

-Oye... estoy... ¿cómo decirlo...? Siento algo en mi pecho.

-Aquí vamos de nuevo. -se quejó el.

- ¿Crees que este enferma? Los cuerpos humanos son demasiado sensibles a todo, ugh, lo odio.

-No lo creo, seguramente es solo otro sentimiento que aun no entiendes, pero si así estas más tranquila, revisare.

El mayordomo se dirigió a un pequeño botiquín que se encontraba dentro de un armario al fondo de la habitación y saco de ahí un estetoscopio.

Se acerco de nuevo a ella con el aparato puesto.

-Siéntate. -le dijo a _______.

- ¿Eh? ¿Por qué? ¿Qué es eso?

-Solo voy a... ¿quisieras sentarte por favor?

-Uff... -ella obedeció a regañadientes y se sentó al borde de la cama.

El muchacho coloco el aparato sobre su pecho y escucho.

-No noto nada fuera de lo normal, así que ¿quisieras describir que es exactamente lo que "sientes"? -le pregunto con seriedad sentándose a su lado y guardando de nuevo el instrumento.

-Ah... pues algo así como...

- ¿Tiene algo que ver con Finn? -añadió el con un poco de fastidio.

-Pues cuando lo vi salir por la puerta del castillo pensé que había sentido algo, pero intenté ignorarlo, sin embargo, ahora que me dices que él no dormirá aquí, la sensación aumento extrañamente y... ¿Qué es?

-Lo extrañas... ¡LO EXTRAÑAS _______! ¡UGH! ¡Extrañas a Finn! ¿Entiendes?

-Woow. ¿Cuál es tu problema?

- ¿Eh? Ash... Solo... estoy delirando, ignórame.

-Es difícil ignorarte si gritas como un animal.

-Si... lo siento, no debí gritarte. Creo que... si no necesitas nada más, tengo que irme. -dijo levantándose- Puedes pedirme cualquier cosa que necesites y yo estaré a tu servicio.

-Oh, si necesito una cosa más. -afirmo ella.

-Dime.

-Quiero probarte de nuevo. No sabes que ganas tengo sentir tu maldito sabor otra vez.

El rostro del chico se tiño de vergüenza y cerró los ojos, bastante nervioso.

-Yo... yo puedo traer cualquier alimento que usted desee, s-solo tiene que pedírmelo...

-Ya te lo pedí, te quiero a ti.

Al escuchar esas palabras un escalofrió recorrió su cuerpo, miro de reojo la puerta, estaba tan cerca de escapar sano y salvo...

- ¿Hola? -lo llamo ella.

-Si... si... Lo siento. -dio un paso hacia ella con el corazón palpitando a mil por hora.

Ella aplaudió bastante alegre y después enfoco su completa atención en el chico. Él no podía evitar sentir miedo ante esos demoniacos ojos que lo miraban tal y como un predador mira a su presa.

Solo sintió el cálido aliento de la chica posado en su cuello y luego sus dientes encajarse directamente en su piel. Su lengua se deslizaba por donde se le daba la maldita gana.

Tuvo que permitirle hacer lo que quisiera hasta que quedo satisfecha.

El Lich [Finn x Tu] Hora de AventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora