El Lich [Finn x Tu] Hora de Aventura

Cap. 26

NARRA _______:

Un día entero más, solo un día para esperar a que sea de noche. Ojalá al imbécil humano no se le ocurra tener una excursión nocturna. Eso llegaría al colmo de mi paciencia.

-_________.

Respira hondo.

-_________.

Tú puedes ignorarlo.

-¿_________?

Intenta visualizar tu objetivo, si lo cumples su voz no te volverá a fastidiar el resto de tu vida.

-¡¿_________?! ¡No me estas ignorando! ¡¿verdad?! ¡__________! ¡Necesito oír tu voz! ¡Por lo menos déjame ver el par de esmeraldas que llevas por ojos mirándome! -chilló- Vaya, soy todo un poeta, debes adorarme. -añadió con repentina soberbia mientras alzaba una ceja.

Si no fuera porque había estado agitándome de un lado a otro podría sobrellevar esto con mayor facilidad.

-_________, _________, _________...

- ¡¿DÓNDE ESTA JAKE CUANDO DEBERIA SER UTIL?! -grite- ¡¿DÓNDE ESTA B-MO?! ¡¿POR QUÉ SIEMPRE QUEDAMOS TU Y YO SOLOS EN LA MALDITA CASA?!

- ¿Nerviosa? -pregunto acercando su rostro al mío con una confiada sonrisa.

- ¿Nerviosa...? -repetí confundida.

-Ah, olvídalo. Jake salió al mercado y B-MO quería acompañarlo para que comprara sus dulces favoritos. -se digno a responder, tomando otra vez una postura decente.

- ¿El robot puede comer?

-Nop.

-Ah... vaya.

Hubo un segundo de silencio algo incomodo después de eso. Él se acercó a mí, nos encontrábamos sentados en el sofá. Simulo bostezar y extender los brazos para pasar uno alrededor mío, después de hacerlo apoyo su cabeza sobre mi hombro y me miro con una sonrisa.

Intente ignorarlo, siempre que le presto atención las cosas empeoran. Pero sus ojos... DETESTO QUE ME LOS PONGA ENCIMA.

- ¿Qué acaso tú no tienes cosas que hacer? ¿Cómo matar un dragón primitivamente? ¿La Dulce Princesa no te da trabajo? -pregunte molesta.

-Prácticamente ella estableció que mi trabajo desde ahora en adelante seria cuidar de ti. Ya sabes, protegerte y esas cosas, Princesa.

-Claro.

-Así que... -comenzó a decir llevando su mano contraria sobre la mía- en pocas palabras, mi deber es estar al tanto de ti cada segundo, de cada minuto, de cada día... sin dejarte ni un segundo sola. Siempre... protegiéndote...

-Logras asquearme. -declare levantándome dispuesta a irme de ahí.

El parecido espantarse, de inmediato sujeto mi mano para que me detuviera.

- ¡Perdón! -se disculpó, yo me mantuve quieta pero no me gire a verlo- Yo... realmente lo siento, _______. Es que tu... tu verdaderamente me gustas y yo... Ah, si de por si ya me comportaba extraño antes al escuchar cualquier cosa sobre algún otro ser humano además de mí, ahora tu estas aquí y...

- ¿Y?

- ¡No lo sé! Lo siento, sé que soy estúpido a veces. Y aunque siempre diga que soy bueno con las chicas tu eres muy rara.

- ¡Tú eres el raro aquí! -estalle apartándome de el- ¡Ningún imbécil se atrevería a acercarse a una persona como yo! ¡¿Pero qué haces tú?! ¡Completamente lo contrario! -le reprimí.