❄ Три ❄

2.8K 283 30
                                    

Tn dio un último giro y se detuvo, junto con la música.

– Bien. Toma un descanso y luego sigues.

– Entendido –asintió.

Tn se acercó a su bolso y tomó su botella de agua, de la cual bebió.

– Lo hiciste bien –dijo alguien.

Ella giró, viendo a Yuri recargado en el marco de la puerta, con las manos en los bolsillos y una sonrisa en el rostro.

– ¿Yuri? –sonrió.– ¿Qué haces aquí? Yakov te matará por no estar entrenando.

– Tch. Está demasiado ocupado con Viktor y el Katsudon, así que quise venir a verte, ¿Vamos a almorzar?

– Claro, déjame avisarle a Lilia.

Tn salió del salón, en busca de su profesora, al encontrarla pidió el permiso para salir y, en cuanto lo obtuvo, regresó al salón anterior. Yuri la esperaba, con su abrigo en la mano.

– ¿Y bien?

– Dijo que sí –sonrió.

– Perfecto –le entregó el abrigo.– Vamos.

– Sip.

Ella tomó el abrigo y se lo colocó, tomó su teléfono y salió junto al rubio del lugar. Fueron a almorzar a un sitio cerca, y luego del postre salieron, caminando un poco por las cercanías.

– ¿Cuándo te vas? –preguntó él.

– Mañana. El avión sale a las 11 de la mañana.

– Hm. Ya veo.

– ¿Irás a despedirme?

– Claro que sí. Debo hacerlo, soy tu novio después de todo, ¿No?

– Eso suena a que estás obligado.

– Bromeo –rió.– Iré a despedirte tonta –la besó. Ella rió.

– Te amo, gatito –lo abrazó por el cuello.– ¿Vas a extrañarme?

– Estaré 13 días sin ti –la sujetó de la cintura.– Será raro no verte tomándote fotos con mi teléfono, jugando con Potya o patinando.

– Voy a hacerte mucha falta –rió.

– Tú vas a extrañarme más.

– Me harás falta, sí...Pero sé que tú me extrañarás más, porque no puedes vivir sin mí.

– Eres una egocéntrica –se burló. Ella rió.

– Tonto.

Yuri rió y abrazó a su novia por la cintura, besándola; ella correspondió, sonriendo.

[Miércoles]

Aquel día, Tn se levantó como todas las mañanas y, tras desayunar, subió a su cuarto a terminar de preparar sus cosas para el viaje. A las 10:15 am, ella se cambió de ropa, peinó su cabello y se abrigó. Su padre entró a su cuarto, para tomar su equipaje y bajarlo para llevarlo al auto. La castaña tomó su bolso y teléfono y bajó, saliendo de casa junto a su madre y subiendo al vehículo, en el cual ya las esperaba su padre.
En el aeropuerto se reunieron con Lilia, quien esperaba sentada en uno de los asientos del lugar, leyendo un libro.

– Lilia –sonrió.– Buenos días.

– Buenos días –saludó la mujer, cerrando su libro.

Lilia se levantó, comenzando a hablar con los padres de Tn, mientras esta revisaba sus redes sociales. Alguien llegó y la tomó por detrás, haciéndola pegar un pequeño chillido ante la sorpresa; giró la cabeza rápidamente, relajándose al ver a su novio.

– ¡Yuri! Me asustaste –rió.

– Lo siento –rió.

Ella rió de nuevo y se giró, abrazándolo por el cuello.

– Sabía que ibas a venir a despedirme.

– Te lo prometí, ¿No? –rió.– ¿A qué hora dijiste que sale tu avión?

– Uh... –miró la hora en su teléfono, y luego al rubio.– En media hora.

– Ya veo –pensó un momento.– ¿Vamos por un café?

– Claro –miró a sus padres.

– Adelante hija, ve.

– No tarden mucho.

– Sí.

Tn y Yuri se separaron y tomaron sus manos, dirigiéndose hacia la cafetería del aeropuerto; allí, el rubio compró dos cafés y luego volvieron con los padres de la fémina. Allí, además de la pareja y la entrenadora, también estaban Viktor y Yuuri.

– Vitya, Yuuri –sonrió Tn.

– Tn –sonrió.– Vinimos a despedirte también, y a desearte suerte.

– Estamos seguros de que ganarás –animó el japonés.

– Gracias, a ambos.

– Si a Yakov no le molesta, seguramente iremos a verte.

– ¿De verdad? –preguntó con entusiasmo. El albino asintió.– ¡Gracias!

Viktor rió. Por los altavoces se oyó la voz de una mujer anunciando la llegada del vuelo; todos se dirigieron a la puerta de abordaje. Tn abrazó a Viktor y Yuuri, luego a su padre y luego a su madre.

– Te veré en unos días.

– ¿De verdad irás?

– Claro hija, no me lo perdería –besó su frente.– De paso, grabaré todo para tu padre –rió.

– Te esperaré entonces, madre.

Tn se separó de su madre y miró a Yuri, este sonrió y ella se arrojó a sus brazos.

– Voy a extrañarte, gatito.

– Tranquila, son sólo 13 días. Cuando vuelvas, veremos unas películas con Potya comiendo helado.

– Hecho –rió.

Ambos se miraron, Yuri la besó y luego se separaron. Tn tomó su equipaje y se dirigió a la puerta de abordaje junto a Lilia. Tras el check in y demás, las dos subieron al avión.

Снег ❄ Yuri PlisetskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora