9 - No me gusta jugar.

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Durante mi vida escolar las cosas habían sido bastante normales, con mis amigas de siempre y esas cosas. En el instituto las cosas cambiaron, mis notas bajaron exageradamente y mis amistades cambiaron por completo, pero en resumen siempre he sido la mitica chica de clase callada la cual siempre esta con sus amigas de iempre y le hablas exclusivamente para pedirle los apuntes y para saber si sabe lo que entra en el examen.

Con esto quiero decir que siempre he estado acostumbrada a que la gente no note mi presencia de primeras, pero no me importaba. La verdad, a mi tampoco me gustaba que la gente de fijara en mi, no es que no me relacionara, de echo no tenia problema en hacer amistades nuevas pero me gustaba mas mi zona de confort.

Pero ahora notaba una sensacion de vacio... Me faltaba algo o alguien, no se. Me sentía sola.

Y no entendía el por que.

Esa tarde no podía quedarme en casa, necesitaba sacar esta sensación de soledad. Y salí de mi casa sin un rumbo mas o menos fijo, aun que en el camino fije mi destino en la casa de Angela.

Subí a su habitación y allí estaba ella sentada en el escritorio haciendo alguna tarea.

- Me ha abierto tu madre, pero si estas ocup....

- Callate y sientate, idiota. - Me corto mientras me enseñaba una sonrisa.

Sin poder esperar le conte lo del mensaje de Adam y mi torpe respuesta.

- Igual quiere volver a quedar contigo. - Vacilo en su respuesta.
Siento que últimamente todo el mundo me habla como con miedo de mis reaciones.

- Pf... Si seguramente... - Puse los ojos en blanco y deje escapar un  suspiro. - Después de echarme un polvo, si quieres volver a quedar creo que esta claro para que.

- ¿ Y tu? ¿Quieres volver a verlo?

- Pues si, me río un montón con el y me lo paso genial, pero después de lo que paso, puede ser raro... y no quiero que piense que podemos quedar para follar simplemente cuando le venga en gana.

- Ale... Siempre te he sido sincera, y si quieres mi consejo, ni le contestes, no te va a llevar a nada. - Me miro seria. - Y tu lo sabes, pero como presiento que si que le vas a hablar solo te diré que no te dejes utilizar.

Esa ultima frase de Angela estaba cargada de sinceridad, pero yo no iba a dejar que eso me pasara. Soy fuerte, puedo pensar mucho las cosas, pero soy una chica fuerte.

Y entonces, me llamo. El nombre de Adam se mostraba en la pantalla.

- Hola, Ale.

- ¿Hola?

- Estas desaparecida eh.

- Bueno, desaparecida para ti. -Sonó demasiado seria y rígida pero no sabia como interpretar esto. Llevaban casi una semana sin hablar.

- ¿Solo para mi? Pues vaya amiga tengo...

Uoh.... No lo negaré, eso dolió. ¿Que es eso que se veía a lo lejos? ¿Puede ser la "Friendzone"?

- Ya ves... Soy horrible como amiga, no valgo la pena asi que...

- ¿Por que parece que me evitas? - Me acuso.

Bravo, genio que te parece quizá por que... ¿Si que te estoy evitando?

- Adam, no entiendo esta llamada, ni el mensaje de ayer, no entiendo que pretendes. - Mejor ser sinceras y soltarlo todo.

- ¿Y que es lo que no entiendes? Dios... Somos amigos, nos lo pasamos bien, que hayamos echado un polvo un día no quiere decir que tengamos que ser esas parejas que dicen romper de buenas y luego ni se saludan.

- ¿O sea que pretendes que todo siga igual? - Joder, estaba hablando en serio.

- Te lo dije, te dije que no podía tener una relación.

- Y lo comprendo... ¿ Pero que se supone que ahora va a seguir todo normal ?

- No se que mas quieres, o que mas te imaginabas que habria. - A Adam se le empezaba a notar la voz tensa. - Eres mi amiga Ale ya esta, hemos echado un polvo, superalo. ¿O el problema es que quieres mas?

Colgué y tire el teléfono a la cama.
Lo peor era que el tenia razón.

Quería verlo, necesitaba verlo, pero sabia que no estaría bien. ¿Que? ¿Volver a acostarme con el por que lo echo de menos es caer muy bajo? Dios... No se ni como estoy pensando estas cosas.

Sinceramente, pensaba que follariamos y ahí quedaría todo, desconocidos y punto. Pero no, el quería seguir hablando conmigo, la herida estaba abierta y el se estaba encargando de abrirla mucho mas.

En mi casa, me puse a ver un capitulo de mi serie favorita con un bol de chuches en mis piernas. Esto me haría dejar de pensar en tonterías. El capitulo comenzó y los dragones atravesaban la pantalla junto a una mujer de cabello blanco y... Llaman al timbre.

La Ley de Murphy. En fin.

Eran las 9 de la tarde y mi madre estaba en casa de su nuevo novio y mi hermano... ¿En casa de su amigo? Puede ser.

Ogg, solo espero de verdad que no sea la vecina que se queja por todo, por que igual descargo en ella mi mal humor.

Pero todo lo contrario, la pequeña vieja molesta no estaba, un cuerpo increible se levantaba delante de mis ojos.

Adam.

"Amigos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora