Llegué a Madrid y busqué un taxi después de pasar por todos los controles del aeropuerto. El taxista era un español bastante candente, mi entrepierna cobró vida y por un instante me imaginé que se sentiría tenerlo sobre mí o debajo mío sudando de placer los dos. Alejé ese pensamiento al ver mi reflejo en el retrovisor, mis pupilas dilatadas y esa cara de perversión que asusta hasta al más confiado.
-Disculpe, podría recomendarme un buen lugar para hospedarme?- pregunté al sexy taxista.
-Bueno, eso depende, cuánto está dispuesta a pagar por el alojamiento?-me preguntó muy serio. Jamás el acento español me había sonado tan caliente.
-Por eso no hay problema, guapo.- le digo recordando los millones que heredé de mi familia y que mantenía muy seguros en el banco de mi ciudad natal. Le guiño el ojo y veo cómo se sonroja un poco... Creo que le subieron varios grados de temperatura, sobre todo en la zona púbica. Está exitado, la forma en cómo aprieta el volante lo delata, está muy tenso y trata de controlar sus impulsos.
No te controles, pienso mientras imagino lo que podríamos hacer en el tan cómodo asiento trasero del auto.
-Bueno, en ese caso... Hay un hotel de primera categoría, un cinco estrellas cerca del centro, tiene hasta su propio gimnasio y spa.- dice con un tono orgulloso. Eso sería perfecto... Un spa, cuánto hace que quiero ir a uno!
- Sería genial!- le digo. Me lleva hasta ese hotel. Es simplemente perfecto. Un hall espacioso, una cafetería, un comedor, el ascensor y las escaleras. Genial!
Pido una habitación. Cargo todo a mi tarjeta y me dan la llave. Se aproxima un joven de pelo entre castaño y rubio de ojos grises. Me saluda, toma mis bolsos y valijas, me lleva a mi habitación.
- Espero que todo sea de su agrado señorita, si no necesita nada más me retiro- dice mientras inspecciono la habitación.
- No,muchas gracias. Voy a descansar ahora, el vuelo fue largo.- digo y le doy una propina... Aunque espero que pronto me dé una él a mí. Pienso mientras se me forma una enorme sonrisa en la cara.
Busco en mis valijas y sacó la ropa que voy a usar. Una microtanga de hilo dental bien pequeña que apenas me tapa adelante y deja mis nalgas al aire, un liguero y un brasier todo en rojo sangre, las medias de seda también rojas y un babydoll negro de tul transparente. Mi shampoo y jabón de vainilla, me encanta ese aroma. Entro al baño y no puedo creer lo que veo. Una ducha de puerta corrediza de vidrio y un enorme jacuzzi con hidromasajes para dos personas. Creo que más en la noche llamaré para pedir algo a mi habitación y con suerte el bello ojos grises vendrá, así lo convenzo de pasar un rato íntimo en ese jacuzzi.
Tomo una ducha, cuando me aseguro de que todo mi cuerpo huele a vainilla, salgo del agua y me seco. Me pongo la ropa y me acuesto unas horas.
Cuando me despierto miro mi celular, son las 3 a.m. genial, pienso, me perdí la hora de la cena, aunque pensándolo bien... Pido que me traigan algo rápido a la habitación. Tomo el teléfono de la mesita de noche descuelgo y sin marcar nada me atienden de recepción. Le pido un tostado y una cerveza. Quince minutos después golpean la puerta. Abro como voy vestida y una morena aparece adelante mío me mira con cara de aburrimiento.
- Aquí traigo lo que pidió señorita. Debo avisarle que por políticas del hotel, de noche los cuartos son atendidos por trabajadores del mismo sexo que el ocupante del cuarto- dice y al finalizar me recorre el cuerpo con deseo.
- No hay problemas morena, que sepas que me da igual. Aunque si te apetece en veinte minutos puedes venir a buscar las cosas y podemos llegar a entendernos- Digo guiñandole el ojo. La chica se pone totalmente roja, asiente y se va sin decir más nada.
Voy a la mesa que hay en la sala de la habitación y me siento a comer mientras me tomo mi lata. Termino en diez minutos. Me lavo los dientes, cepillo mi pelo y lo ato. Creo que esta noche tendré suerte con cierta morena de ojos negros. Espero en la cama mientras contesto algunos mensajes que cayeron mientras dormía.
Siento unos golpes algo torpes en la puerta. La abro y ahí está la morena, la tomo del brazo, cierro la puerta y la acorralo contra la pared mientras le doy un beso con lengua y mordidas incluidas, que ella sigue gustosa. Empiezo a sacarle el uniforme. Mientras no rompemos el beso, al contrario se hace cada vez más intenso. Acarició sus pechos libres de ropa, estimulando sus pezones. Una vez que están firmes, los llevo a mi boca primero uno y luego el otro, intermitentemente, hasta hacerla llegar al orgasmo con solo estimular sus pechos.
- Eres muy buena en esto- dice con la voz cortada por la falta de aire.
- Es cosa de práctica hermosa- y le dedicó una sonrisa traviesa.
- Ahora es mi turno- dice mientras saca mi ropa y empieza a lamer mi cuello. Me saca todo y quedamos las dos desnudas, empieza a pellizcar y retorcer mis pezones hasta dejarlos duros. Después me acaricia el cuerpo desde los pechos hasta la cadera. Se agacha y queda a la altura de mi vagina, la besa para luego tomar mis pliegues y abrirlos. Sopla sobre mi sexo y después empieza a usar su lengua en mí. Me penetra y lame. Cuando llego al clímax me dice:- deliciosa, sabía que tendrías el mismo sabor en toda tu piel.- La tomo de la mano y la llevo a la cama, se acuesta y abre sus piernas, me acuesto sobre ella haciendo que nuestros sexos se choquen y comenzamos a danzar al compás de los gemidos y jadeos. Me bajo de ella y las dos estamos jadeantes pero aún no terminamos, ambas tenemos nuestros sexos hinchados y rogando la liberación. Voy a mi valija chica y sacó el lubricante. Ella me mira con curiosidad.
- Te han hecho fifting alguna vez?- pregunto.
- No- Dice totalmente sonrojada.
- Entonces prepárate para gozar como nunca lo haz hecho.- le digo mientras me unto lubricante en la mano. La hago acostarse y le vuelco un poco de lubricante en la vagina, empiezo suave con un dedo, ella se apoya en los codos para ver lo que le hago. Metí un segundo dedo y empiezo a entrar y salir de ella. Meto el tercer dedo y sigo con el mete saca. Unos minutos así y está dilatada para un cuarto dedo. Empieza a gemir cada vez más alto. Cuando noto que está más dilatada saco los dedos y le acaricio el clítoris, cuando ya está hinchado a más no poder meto mi mano completa de una sola vez y empiezo a entrar y salir de ella. Gime, jadea y grita mientras se agarra a las sábanas como si su vida dependiera de ello. Cuando llega al orgasmo lo hace tan fuerte que parece que se orinó en la cama. Se pone roja al darse cuenta de lo que pasó.
- Yo, yo, yo... No sé qué me pasó, creo que mojé toda la cama- Dice sin mirarme, muerta de vergüenza.
Tomo su cara y la beso con mucha pasión.
- Lo que te pasó es normal. Tuviste un orgasmo. Nunca te había pasado?- ella niega con la cabeza.- bueno, ahora tienes que devolverme la atención.-
- No sé lo que me has hecho, quiero decir nunca me lo habían hecho ni sé cómo hacerlo.- Dice avergonzada.
- No importa bonita, con que me hagas terminar vale!- le digo entre divertida y pervertida.
Me acuesto en una parte de la cama que está seca y ella usa su maravillosa lengua en mi sexo mientras me penetra con tres dedos. Se siente como si estuviera en el paraíso. Minutos más tarde estallo de placer. La beso sintiendo mi sabor en ella. Busco ropa limpia para cambiarme.
- Bueno, linda, creo que tienes que llevarte esa bandeja abajo, pero primero dúchate que apestas a sexo y te pueden castigar.-
Se baña y sale de la habitación con la bandeja. Entro a la ducha y cuando salgo... Vaya! Las seis a.m. creo que ya no voy a poder acostarme. Salgo a la calle y me pongo a pasear. Poco a poco la cuidad cobra vida.
Llego a una plaza y me siento en el banco que está en la sombra, hoy es un día de sol. Estoy pensando mi próximo destino. Todavía no me desido. Ya pensaré en algún lugar.
Miro la hora, ya es hora de almorzar. Vuelvo al hotel, hoy voy al comedor. Hay bufet libre. Tomo un plato y me sirvo algo de proteínas y vegetales, un poco de pasta también para reponer energías.
Cuando termino de comer me voy a la habitación a dormir.
Ya casi pasó una semana desde que llegué a Madrid, la morena y yo conseguimos pretextos todas las noches para que venga a mi habitación. Pero hoy dijo que como mañana me voy, quiere hacerme una despedida muy especial. Llamé al servicio pidiendo dos latas de cerveza, a los cinco minutos vino la morena con tres latas grandes. La miré intrigada.
- Es para tu sorpresa.- Dice con picardía. Suenan unos golpes suaves en la puerta- yo abro- dice -sorpresa!!- Exclama. Cuando abre ahí está el hermoso chico de ojos grises del primer día.
Yo miro sin entender para dónde va la sorpresa, hasta que los dos me miran con mucha lujuria y perversión.
Cierran la puerta. Mientras la morena literalmente come mi boca, el chico empieza a desnudarse, cuando termina nos desnuda.
Primero nos agarra de las manos haciendo que rompamos el beso, nos lleva a la cama y mientras me chupa la vagina penetra con los dedos a la morena hasta hacernos llegar a las dos juntas. Después entre las dos le devolvemos la atención a él. Yo le chupo el maravilloso pene y la morena se encarga de los testículos. Cambiamos de lugar hasta saciarlo de nuestras bocas. Se acuesta en la cama, se pone un preservativo y mientras yo lo monto, la morena se sienta sobre su cara para recibir atención de la más que dispuesta lengua del ojitos grises. Nosotras empezamos a besarnos sin dar tregua. Cambiamos de posición y ahora yo recibí su lengua. Un rato más y nos hace poner a cuatro patas una al lado de la otra. Me penetra primero y golpea mis nalgas dejandolas rojas. Después a mi morena caliente pero a ella no le gusta que la azoten así que recibo por las dos. Después me penetra analmente bien profundo haciéndome gemir fuerte mientras la morena se encarga de masagearle los testículos. Y mientras jadeo le doy atención oral a la morena que grita sin parar. Cuando el chico está por llegar al orgasmo sale de mí y se saca el preservativo para que pueda tomarlo con mi boca. Chupo y paso la lengua por toda su longitud hasta que me quiere apartar. Yo sabiendo lo que va a pasar acelero mis movimientos hasta que termina en mi boca. No dejó que nada se escape. Con su semen en la boca agarró a la morena de la nuca y la beso compartiendo el elixir de nuestra cogida de hoy. Ella lo recibe gustosa y ambas lo tragamos. La morena y el chico se duchan y se van. Me ducho y me voy a la cama, cuando Miro la mesa, las latas ya están calientes y no las tomamos. Me voy a la cama, bien satisfecha, ya son las cinco de la mañana. En unas horas me voy a mi nuevo destino París...
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Una ninfómana recorriendo el mundo
RomanceSólo soy una chica común... Pero no soy una chica más, mis parejas sólo son uno más. Recorre conmigo el mundo y vivamos cada una de mis aventuras. Descubramos juntos el sado, el tantra y algunas otras cosas que pasen por la mente de mis futuras víct...