Para Siempre j.b

Pensastes que era un tiburón?

Esto no estaba saliendo como ella esperaba.
En la noche, decidió que tenía que sacarse la melancolía aunque sea un poco, busco uno de sus trajes de baño y bajó a la piscina, la temperatura estaba agradable. Había aprendido a nadar, ya que se había casi ahogado en su propia piscina. Se paró en el borde, levantó sus manos y las juntos encima de su cabeza , tomó impulso y se tiró al agua, no sabe cuánto tiempo duró solo era consciente de que sus brazo empezaban a doler, se detuvo al sentir un golpe en el agua que no lo había producido ella.
Eran Alan.
El nadó hacia ella...-¿Qué haces aquí? Le preguntó el
-Bañándome, le respondió ella como si fuese más que obvio.
El rascó su pelo..-Fue una pregunta tonta...
-Supongo que sí. Le respondió al tiempo que se zambullía y volvía a la superficie...-¿Hacemos carrera? Le preguntó.
El asintió riendo, así pasaron unas horas hasta que ella empezó a ver sus dedos arrugarse, salió de la piscina, no obstante se sentó en el borde de la misma, con las piernas dentro del agua.
Alan seguía bañándose a lo lejos, al cabo de unos minutos, su mente avanzó haca otro lugar alejado de la realidad, por más que quería olvidarlo, no podía. La actitud de Justin la había herido, no se imaginaba un matrimonio así. El parecía algunas veces apreciar más su trabajo que a ella misma, el pensamiento le partió el corazón. Luego de unos segundos, no escuchó a Alan, todo estaba tranquilo, no le dio tiempo pensar cuando sintió que algo le había tomado el pie.... Su reacción fue inmediata, al sacar le pie de la piscina sintió que la jalaban hacia abajo y ella cayó al agua.... Gritó, hasta que vio a Alan subir a la superficie, riéndose..-¡Estás loco! ¡Idiota! empezó a gritarle al tiempo que trataba de golpearlo, pero él era más hábil y no se dejaba golpear, ella se movió y lo golpeó... él tomó sus manos entre las suyas...-¡Cálmate! Le gritó...-¿Qué? ¿pensaste que era un tiburón? Le preguntó al tiempo que se echaba a reír-No fue gracioso, le respondió ella mientras se zafaba de su agarre.

-Anda admítelo pensaste que fue un tiburón.
Ella puso cara de tristeza..-Sí, eso fue lo que pensé.
Alan estalló a carcajadas, ella terminó riéndose, aun con el corazón acelerado del susto.
Sintió pasos, levantó la vista y vio a Justin observándola enojado...-¿Que se supone que estás haciendo? Le preguntó alterado
-me estoy bañando
Alan rió. -Sal de ahí que tenemos que hablar.
Ella lo obedeció, rodando los ojos avanzó detrás de él mojando todo a su paso, subió con cuidado las escaleras para no caerse.
Justin esperó hasta que ella cerrara la puerta, se empezó a quitar su saco, luego la corbata,-¿Me puedes decir que te está pasando? Le preguntó expectante.
Ella no entendía que había hecho mal...-Solo me estas bañando. Respondió cansada de la situación
-Hoy llegue a una reunión importante tarde, porque tuve que buscarte, y eso no es todo, vengo aquí y te encuentro medio desnuda, con Alan metida en una piscina. ¿Qué te pasa? ¿Ya no te conformas conmigo solo?
_____ sintió su cara arder, iba a llorar.. Sus palabras la estaban destruyéndola...-¿Sabes qué? Yo no tengo la culpa de los problemas que pases en tu trabajo, no voy aceptar que me estés gritando cuando te dé la gana y tratándome mal. Esto se acabó..... Yo no puedo seguir contigo. Ya no te preocupes, que más problemas no te voy a dar, le dijo, al tiempo que buscaba una maleta, y la colocaba en la cama, empezó a vaciar el armario.
Justin se paró en seco...-_____, espera.
-No, no voy a esperar. Si quieres gritarle a alguien ve y cómprate a un perro, dijo mientras terminaba de vaciar.
-Estas bromeando ¿no?
-Si, lo estoy haciendo, respondió enojada, sus lágrimas empezaron a salir, no sabía si era por el enojo o de tristeza de que todo terminaría así.
Él le tocó la espalda,-_____ por favor, amor, espera.
Ella ya tenía la gran parte de todas sus cosas, cerró la maleta..-No te vayas así, es de noche.
-No me iré ahora, no puedo conducir a estas horas, le respondió sacando la maleta de su habitación y caminando hacia otra...-Pero no voy a dormir contigo hoy, nunca más. Le dijo mientras azotaba la puerta en sus narices. Dejó la maleta en un lado, y se tumbó en la cama boca abajo, puso una almohada encima de su cabeza y gritó, lo más fuerte que pudo, se quedó tranquila unos minutos solo escuchaba el sonido de sus sollozos.
-Bebé, por favor, le rogaba él.