Ella

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Capitulo 3 (narra Lucka)

La ventana del primer piso estaba abierta asique esa era la mejor opción para entrar, limpio, rápido y seguro.

La verdad es que era muy extraño que después de la muerte tan sospechosa de la anciana Maritsa fueran tan descuidados en esta casa. Ella había sido asaltada por un ladrón, o eso decía el informe policial.

Salte de un impulso y me agarre a la cornisa de la ventana, después de meter mi cuerpo por completo me di media vuelta y algo invadió todo mi ser perdiendo el control de mi cuerpo con tan mala suerte que tire un jarrón.

"Mierda" "¿que cojones me acaba de pasar?"

No tuve que parar a pensarlo mucho más tiempo, a mi nariz llego el olor más delicioso que había olido en toda mi existencia. Dulce. Poderoso. Inocente. Pero era demasiado fuerte, como si hubiera un muerto cerca. Algo así suele pasar cuando desangras un humano o lo abres en canal.

"Ándate atento Luc" pensé para mi, no descartaba la posibilidad de que hubiera "gato encerrado".

A pesar de mi criterio, me deje llevar, era como atraído sin control a una trampa, camine hacia una puerta medio abierta y allí estaba ella.

Ella. Demasiado joven. Demasiado perfecta. No podía creer lo que estaba viendo, la persona más bella que había visto en mi vida. Su piel blanca y su pelo rubio igualaban al de una ninfa, pero lo que de verdad me hipnotizaba eran sus ojos azules profundos, tanto, que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

La joven estaba sin camiseta y cubierta de sangre. Seguramente por los cortes que tenía en las muñecas. Era como una escena porno para vampiros, mi boca era lava líquida y mi entrepierna puro fuego.

"Como sigas mirándola vas a lamerla para después follartela"- susurró mi voz interior

Me acerqué a ella lentamente, sabía que tenía que medir mis pasos.

Cuando me puse a su altura pude ver el miedo en sus ojos casi sin vida. Miedo de mi. Es irónico, es ella la que se está matando. Una sonrisa se escapó de mis labios.

- Dios pequeña como me estas poniendo. - vale, ahora si que se asusto al escucharme. Era muy bonita... No quería que muriera.

"Mia" pensé, "¿Que? ¿Pero que te pasa amigo?, te preocupas por una simple humana? Además no es tuya, quizá ya sea de otro " Un gruñido salió de mi pecho. No me gustaba como sonaba eso.

De acuerdo, yo siempre sigo mis instintos y esta vez me dicen que la salve asique eso haré.

"Madre mia voy a necesitar mucha fuerza de voluntad para controlarme porque si sabe como huele...." Mi entrepierna empezaba a dolerme de la presión y temblaba de lo excitado que estaba.

- ¿Quieres que te salve?- le susurre al oído para que me escuchara.

- Sssi...- dijo malamente y en un susurro.

Me acerqué a sus muñecas y pase mi lengua por ellas con cuidado, varias veces, hasta que la herida se cerró. Hacia años que no me costaba tanto no incarle el diente a un humano. Cuando acabé con una repetí el proceso en la otra y al levantar mi mirada ella se desvaneció en mis brazos. Seguía teniendo pulsó asique me relaje un poco.

Lamí las partes de su cuerpo que estaban cubiertas de sangre. Esta claro que si algún día necesitaba recurrir a un momento erótico, sería este. Debería patentarlo como método de tortura.

Otra sonrisa escapo de mis labios. Sin duda esta chica me alegraría los dias un par de semanas. Cuando me aburra de ella será un placer embotellar su sabor.

La levanté del suelo y salí por la ventana que entré, con ella en brazos, tendría que posponer mi misión unos días.

Cuando llegamos a la mansión la deje en la cama de mi habitación, que estaba allí por pura estética. Cogí las esposas en una de las mesillas y se las puse en los tobillos atándola a la cama.

- Así mañana no harás travesuras pastelito.

Definitivamente es una diosa de mármol, después de dos horas quieto, observando su rostro sentí que pronto amanecería, cerré las cortinas para tapar la ventana y que la luz no la despertara y me acerque a ella.

- Duerme bien pequeña, porque a partir de ahora ya nada será fácil. - le di un beso en los labios y baje por las escaleras que había dentro de mi armario.

Ahí estaba mi refugio, sin sol, sin ruidos, sin olores. Relajante. Solitario. Práctico.

"Mañana será un día interesante por fin." Adiós a la monotonía.

El secreto de SaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora