Un vampiro

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Capítulo 7

(Narra Sara)

- Que eres?- repetí ansiosa

- Pues... Un vampiro

QUE? Estaba segura que había oído mal, ¿los vampiros no existen no? Aunque ahora que lo pienso, existe la magia y mi abuela me ha hablado de demonios y extrañas criaturas pero nunca de vampiros...

- ¿Como que un vampiro?- pregunté incrédula

- ¿Tienes déficit de atención? ¿Que no entiendes de esa palabra niña?

Será Imbécil?!?! Esta claro que no íbamos a caernos bien, se cree el rey del mundo o algo... Además me miraba con cara de enfado. Empezaba a exasperarme su actitud de ser todo poderoso. Yo podría darle caña. Por muy guapo que fuera, sus ojos verdes no causaban ningún efecto en mi, supongo que si hubiera sido una humana corriente estaría babeando pero ahora mismo solo estoy en shock y algo irritada por su actitud.

- Debería temerte. - dije en un susurro

- Deberías.- dijo sonriendo con cara de suficiencia

- Pues menos mal que no lo hago, el miedo bloquea a las personas. ¿Desde cuándo existen los vampiros?

- Vaya, te has tomado muy a la ligera la noticia, parece como si no me creyeras.- estaba un poco sorprendido y desconcertado

- Si lo hago - le puse los ojos en blanco, si supiera las cosas que he visto ya... Me gusta que le sorprenda mi actitud, "toma esa, yo también se irritarte y sorprenderte Dracula" pensó mi diosa interna.

- Bueno pues me alegro, no quisiera que gritaras como una loca histérica. Puedo decirte que existimos desde hace miles de años, sin ir más lejos, Jesús es un vampiro.

- ¿Que? ¿Qué Jesús?

Tenía la sensación que se estaba riendo de mi otra vez, si era así como quería jugar, de acuerdo, yo también sabré como molestarlo.

- El supuesto hijo de Dios. - Me miro con una sonrisa en la cara

- Bueno, lo que tu digas, me voy a mi habitación.

Fue ahí cuando reparé en la decoración de la casa, la verdad es que todo era precioso, de estilo rococó, con muebles antiguos y con techos altos, mi cara debía ser de "sorpresa y maravilla", menuda casaza, el vampiro puso sonrisa de suficiencia. Otra vez.

- Veo que te gusta la decoración. - Dijo con tono de superioridad

- Está bien...- Intenté parecer indiferente pero no funcionó.

- Que mal mientes pastelito - soltó una carcajada que me sobresaltó - y que conste que no dejaré que te vayas hasta que me digas porque intentaste suicidarte.

"Oh no.." No me gustaba que sacara ese tema y creo que se dio cuenta porque me puse tensa al momento, no pensaba contestarle

- ¿Y bien?, Contestame.

- No.

- ¿Que has dicho niña insolente?

- Ya me has oido.

Antes de que pudiera pestañear siquiera, mi cuerpo estaba en el aire con su mano rodeando mi cuello, me hacia daño y el aire no llegaba a mis pulmones, maldito vampiro chupasangre.

- Sueltame por favor- dije casi sin respiración

- Dilo.

Podía notar su poder a través de mi, podría canalizarlo y usar un hechizo para dejarlo seco pero dejaría al descubierto mi magia y mi instinto me decía que de momento eso podría ser peligroso. Se lo diría, tampoco es que sea un secreto... Además era eso o morir.

- Es..estoy s..sola..- Iba a desmayarme de un momento a otro pero me soltó

- Continúa.- susurro mientras tosía en el suelo

- Mis padres se han suicidado, mi abuela fue asesinada hace unos meses, no tengo amigos, y... - me callé antes de decir algo de lo que me arrepintiera. Lo mire desde el suelo tirada.

- y...?- Mierda, al parecer se había dado cuenta que diría algo más

- Y he tenido sueños... sueños en los que me suicidaba y eso me traía paz

- Claro y tu todo lo que sueñas lo haces no?

- No. - le respondí con un monosílabo, ya estaba cansada del juego de preguntas, no me gusta hablar de mi, por algo no tengo amigas, es obvio.

- está bien, vete a dormir, en unas horas amanecerá, cuando despiertes mañana ve a la cocina y come, es una orden, hoy no has comido.

- De acuerdo. - le dije después de fulminar lo con la mirada no me gustaban sus órdenes, no es mi dueño

- Otra cosa, mañana vendrá un amigo al anochecer, dúchate y vístete algo mejor que esa ropa sucia y rota

- Que me vista? Con que?

- En la habitación de al lado hay ropa de todas las épocas y creo recordar que hay algo de mujer.

- No quiero

- Pues procura querer. - me miró desafiante - Si no te hubieras escapado no habrías estropeado tu ropa, al fin y al cabo recogemos lo que sembramos señorita.

- Ahora te las das de padre?

Gruñó enfadado y desapareció de mi vista, mejor, no quería verlo y me moría de sueño, me encamine a la habitación y después de abrir varias puertas que daban a salones baños y un despacho llegué a la correcta. Me descalcé y tumbé en la cama, seguramente no tardaría en dormirme. justo antes de caer en sueños recordé algo que había dicho Lucka el día anterior al tumbarme en esta cama

"Duerme bien pequeña, porque a partir de ahora ya nada será fácil"

Y cuanta razón tenía, sólo ha pasado un día y ya se complican las cosas.

.

.

Me desperté totalmente descansada y con mi estomago rugiendo, necesitaba comer urgentemente asíque me levanté y fui a la cocina. No fue difícil de encontrar, sólo me faltaban tres puertas sin abrir de la casa, una era otra habitación otra un vestidor enorme y por último la cocina.

Después de desayunar me fui a duchar y con el cuerpo envuelto en una toalla entré en ese paraíso que guardaba mil prendas de ropa. Aunque todas parecían ser de hombre y de distintas épocas, como si fueran disfraces antiguos. En un extremo en dos estanterías encontré varios vestidos, pero había un pequeño problema, no eran de esta época y parecería una disfrazada con ellos.

Exasperada los examiné, uno era dorado con muchos detalles en una especie de corsét que se unía a una gran falda con cancán, este quedaba descartado, demasiado exuberante para la ocasión.

El siguiente era violeta y la verdad bastante bonito pero es una pena que odie el violeta asique lo descarté también.

Al coger el siguiente me enamoré completamente, era perfecto, seguía siendo de otra época pero me quedaría como un guante, sin mirar el resto lo cogí y fui a la habitación a ponérmelo. después de unos 10 minutos (me llevo todo ese tiempo anudarme la parte de arriba para que quedara entallado y perfecto) me acerque al tocador cepillé mi pelo y hice un molo sencillo con un relleno improvisado. Estaba perfecta. Sin maquillar pero decente.

Me apetecía salir al jardín pero hacia frío asique fui otra vez a la habitación de la ropa y busque algo con que abrigarme, junto ese montón de vestidos había varias capas de terciopelo, cogí la de color negro y salí al aire libre

El secreto de SaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora