Capítulo 5

887 61 2
                                    


─ ¿Jimin?

Alce mi rostro y sonreí al ver el rostro de Jennie.

─ No me digas me veo fatal.

─ Ya lo dijiste tú, ¿Peleaste otra vez con Tara?─ se sentó a mi lado.

─ ¿Se nota demasiado? ─ sonreí al ver que asentía.

─ ¿Necesitas un poco de cerveza?─ negué ─ ¿Quieres contarme que sucedió?

─ Hace unos días apareció un amigo de Tara de la infancia, Hoy al salir del instituto me encontré a Nicolás solo por que Tara estaba ocupada Hablando con el.

─ Jimin tu eres un exelente padre, pero estas seguro que sólo te enojaste por que Nico estaba solo ─ me miro fijamente.

─ No me produce celos el.

─ Te conozco Jimin te produce celos, pero no lo quieres creer ─ sonrió ─ pero concuerdo que no debió dejar solo a Nicolás.

─ En fin no sé pudo evitar la discusión.

─ Lo entiendo, pero ahora lo que debes hacer es tranquilizarte, respirar, pensar ─ se incorporó.

─ Lo intento pero mi mente está completamente en blanco.

─ Entonces sólo relájate, ya sabrás que hacer y como actuar ¿Bien? ─ asentí ─ bien, debo seguir con mi trabajo pero cualquier cosa ya tienes mi número.

Sonreí. Jennie fue y es la persona que más me apoya en estos momentos la verdad que se lo agradecía bastante.

Sólo me dediqué a vaciar las tazas de café.

(...)

No sabía si hacía lo correcto en ir hacia la casa, o si debería haberme quedado junto a los chicos en su departamento, no lo sabía.

─ Llegaste ─ voltee hacia el sofá una vez que cerré la puerta.

No le respondí, sólo asentí con mi cabeza.

─ ¿Haz comido algo? ─ se acercó hacia mi ─ puedo prepararte algo si así quieres.

Me alejé unos centímetros y negué.

─ Necesito dormir un poco.

Gruñí sin decir ninguna palabra más subí las escaleras hacia la habitación.

Las horas pasaban y aún mi cuerpo giraba y daba vueltas por toda la cama, gruñí para mis adentros y baje las escaleras hasta la sala.

Tara aún estaba allí, recostada en el sillón, pensé que dormía pero al notar su mirada sobre mi note todo lo contrario.

─ Creí que estabas durmiendo.

No respondí y mi camine hacia la cocina.

─ ¿Tienes hambre? Puedo ...─ mi vista no conecto con la de ella pero no deje que siguiera.

─ Puedo sólo.

No sé por qué actuaba así en este momento no se si es enojo, si son celos, solo sabía que mi cabeza era un lío y no me agradaba.

─ ¿Aún estás enfadado conmigo?

Cerré mis ojos al sentir sus manos suavemente acariciar mi espalda para abrazarme.

TODO CAMBIÓ JM [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora