Pensamientos de una bulimica

Primer dia de escuela

Pasados los años, mis abuelos decidieron ponerme en una escuela, una no muy cara para que no excediera su presupuesto, pero tampoco una comunitaria para que no me sintiera mal. Entré a la misma con una edad de 12 años.

Debo decir que los primeros días de escuela fueron atemorizantes. Todos mis compañeros, sin excepción me hacían burlas. "La chancha" "La fea" "la Rarita" fueron algunos de sus insultos.

-¡Eh, Rarita! -grito Sean Aluski, un chico muy popular proveniente de Ucrania.

-¿qué es lo que quieres Sean?

¿Te atreves a decir mi nombre? -me acorralo a la pared y me tomo de la blusa que traía puesta- para ti, cerdita, es Sr. Aluski.

Sentía como las lágrimas comenzaban a caer desde mis ojos, humedeciendo todo lo que se encontrara en su camino. No me había dolido el hecho de que tuviera que decirle Sr, si no que me hubiera llamado "Cerdita" en frente de todo el colegio.
Luego de unos minutos de sostenerme por la camisa, me soltó, se río y luego me miro amenazante.

-¿entendiste, vulgarcita?

Esta vez quise responderle, así fuera el fin de mi existencia.

-Si, lo entendí pequeño abusador -le grite en el rostro-

Ni si quiera yo podía dar crédito a mi osadía, pero dentro de todo me sentía fuerte, una luchadora.
Sean se río y esta vez, con todas las miradas puestas en el, me golpeo, me golpeo tan fuerte que me dejo el ojo en tinta. Pero hubo una persona que se interpuso:

-¡Suéltala, engreído! -grito Vanessa desesperada-

Yo, la más rara, la nueva, la fea, estaba siendo defendida por la chicha más popular del colegio ¿cómo era aquello posible? ¿Un sueño, quizás? La chicha, rubia y alta, bastante desesperada no se quitaba de en medio y Sean comenzaba a exasperarse.

-No es asuntó tuyo, rubiesita, así que quítate de en medio o te haré lo mismo que le hice a tu protegida -dijo Aluski mirándome a mi-

- Pues hazlo, no te tengo miedo, nadie debería tenerle miedo a un estúpido -remarco esa última palabra-

Esta vez yo estaba confundida, no me esperaba que eso sucediera, nunca pensé que el chico más popular fuera a discutir con la más popular, después de todo estaban en la misma categoría ¿no es así?

-Te dije que te alejarás de aquí o llamare a el director, y te prometo que le hará caso a una chica como yo sobre un chico como tu...

Mientras tanto yo seguía botada en el piso sin moverme, el acto de valentía que estaba sucediendo me tenía inmovilizada, hasta que Sean se fue y Vanessa me ayudo a levantarme extendiendo su mano con mucha simpatía, una de la cual ya era necesaria a esas alturas del día.

-ven, -extendió su mano hacia mi- no te preocupes, es sólo un tarado más...

Tome su mano dudando en un principio, pero sólo obtuve por respuesta una sonrisa cálida. De verdad estaba sucediendo, yo estaba siendo ayudada por ella. Me levanté rápido sacudiendo mis ropajes llenos de tierra y volviendo a peinarme, cosa que hizo reír a algunos.

-No te preocupes, estoy bien...

-¿Estas segura? Si yo no hubiera llegado te hubieran comido viva.

-una risa ahogada salió de mi garganta- de todos modos ya estará en YouTube.

-Cariño, si de mi dependiera, Sean estaría en YouTube por ser vencido gracias a una chica. -rió-

Ese día comenzó nuestra amistad, fue difícil no atender a las burlas hacia mi de que ella no quería ni verme, pero cuando estaba con ella, el mundo desaparecía, parecíamos hermanas, pero siempre hubo un trato especial en nosotras, algo de lo que se enteraran más adelante.
Supe al día siguiente que yo era su mejor amiga, me costaba asimilar el que fuéramos un dueto: la Nerd y la Barbie, me costaba mucho y sobre todo me dolía el concepto de belleza que tenía nuestras sociedad.