Salida.

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Khaley Harrison.

Estaba vistiendome cuando unos golpes tocaron la puerta de mi habitación.

—Soy yo, abre. –escucho decir a mi madre.

—Voy. –Le digo mientras termino de ponerme la blusa.

Abro la puerta y veo a mi madre entrar.

—Hija, tenemos mucho que no hablamos. –Me dice y cuando se percata de mi vestuario agrega; —¿Vas a salir?

Me alarmé inmediatamente.

—Si, yo... pensaba decirle, pero pensé que estabas dormida y iba a pasar por su habitación antes de...

—¿A dónde irás?—Dijo frunciendo el ceño.

—¿Recuerdas al hijo de los vecinos? —Asintió dudosa. Mi madre es muy desconfiada en cuando se trata de mi, siempre ha habido ese lazo de confianza entre nosotras, pero otras veces como esta, ese lazo era muy frágil.— Bueno, si sabrás que el estudia conmigo, nos asignaron un trabajo juntos y nos reuniremos en el parque central.

Mi madre sabe cuando estoy hablando mentira, no sé como, será algún poder sobrenatural, pero esta vez la dejo pasar, supongo, por que se trago la mentira.

—Esta bien.—Dijo finalmente;—Trata de no llegar tarde, tendremos visitas hoy, cariño.

Achine los ojos y la miré: —¿Quién?

Ella sonrió:— Es un amigo... te quería decir antes pero no pude.

—Mami... ¿Acaso ese amigo le gusta? —La miré con una sonrisa pícara:— Ohh.. por eso viniste esta mañana...

Ella estalló en carcajadas y salió de la habitación.

—Mejor date rápido, no querrás dejar al chico plantado en su primera cita.

Mi respiración se paralizó, mis ojos se abrieron enormes y me atragante con mi saliva. —¿Creíste que no te conozco Khaley? —Esto último lo dijo antes de yo escuchar como se cerraba la puerta de mi habitación.

Lo sabía. Ella siempre sabe todo. 

Terminé de arreglarme, cómoda, como me dijo Ethan.

Salí al porche de mi casa y lo vi recostado en su auto frente a mi casa. Me miró de arriba abajo, desde mis zapatillas negras hasta mis ojos. Yo hice lo mismo, iba bien vestido, casual, pero lindo. Llegué donde estaba él y me abrazó.

Le respondí el abrazo un poco nerviosa.

—Hola. –Dije.

—¿Así me saludas? –Lo miré y asentí:— exijo otro tipo de saludo.

Incliné un poco mi cabeza.

—¿Cómo?

Su ancha sonrisa no se hizo esperar y me besó rápidamente. Fue tan fugaz que apenas lo sentí, pero sabía que había pasado por que mis mejillas están tan calientes en este momento.

En un acto de nerviosismo, me solte de su abrazo y di unos pasos atrás.

Él se volteó para abrirme la puerta del copiloto. Entré y el dio la vuelta. Mi corazón parecía querer salir de su lugar. Ethan se aclaró la garganta y después de poner el coche en marcha dijo;— Te llevaré a un lugar que, tal vez te guste.

Lo miré muy curiosa, no pregunté, algo me decía que no lo diría. Para aliviar la tensión que yo misma estaba creando pregunté cosas, decidí sacarme de esta duda,  dejar la vergüenza y timidez, después de todo, ya nos hemos comido a besos.

—Ethan, –Hizo un sonido nasal para que continuara:– ¿Por qué te fijaste en mi?

Baje la mirada a mis rodillas, mi cabello tapa mi rostro, seguro esta rojo por la vergüenza.

—Khaley, tu me gustas de una manera que ya no puedo llamarle de gustar. –Todo, absolutamente todo desapareció en ese momento, solo escuchaba su voz haciendo eco en mi mente, ¿Siente él algo por mi?– Por eso te traje a este lugar, necesito que recuerdes.

No me había dado cuenta en que momento habíamos  aparcado, estábamos frente a un parque, en el fondo se podía visualizar un lago.

Miré a Ethan confundida, ¿A que se refería con recordar? Él bajo del auto y empezó a caminar. Yo hice lo mismo siguiendo sus pasos. Habían niños por todos lados, padres con su familia, y un montón de árboles, pero separados por jardineras. Llegamos a un lugar... este lugar.

Había una estatua enorme de piedra blanca bien tallada. Representa a un hombre en un caballo con una espada.  Yo conozco esta estatua. No podía ser la misma estatua... el mismo lugar, desesperada miré a mi alrededor, todos reían, todas esas familias felices. Si este era el mismo lugar seguro...

Corrí al borde del lago, donde estaba la baranda que me llegaba al pecho, si este era el lugar ¿Dónde está?  Busqué con mi mirada desesperada, recorrí con mi vista el lago una y otra vez.

El calor de un cuerpo poniéndose detrás de mi, me hizo estremecer. Puso su mano en mi cintura y me abrazó.

—El barco se lo llevaron hace años...

Cohibida.© (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora