Amaia se despertó, como cada día, mirando hacia la ventana por la que se veían los edificios de Madrid. Que obsesión tenía por no bajar las persianas.
Se levantó de la cama y fue hasta el vestidor, se miro en el espejo, le encantaba como le quedaba ese pijama de goofy. Se puso unos pantalones vaqueros anchos y una camiseta de rayas, cogio un donut de la cocina y, tras echarles una última mirada a los aspersones de su jardín personal, salió de casa.
Caminó por las calles de Madrid embobada, mientras se sacaba fotos con algunos fans, pensando en que aquel mismo día, en el mayo de cinco años atrás, había vivido una de las mejores experiencias de su vida.
Tan absorta estaba en sus pensamientos que se dio contra la puerta del edificio a donde iba.
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Amaia, las luces aun brillan
FanfictionSigamos creando una nueva ciudad, Amaia y Alfred siguen demostrando que pueden con todo Portada de: @Sea_Lunna