Doce años desde Eurovision 2k18, las cosas no habían cambiado ni nada. Ahora ya eran adultos (aunque todos sepamos que no dejarán nunca de ser bebes). Amaia seguía enamorada de los aspersores de su jardín, pero ahora sobre todo, solía quedarse embobada mirando la estantería que había a un lado. La primera foto, en el escenario de OT cantando City of Stars, la siguiente, ella ganando el concurso, la siguiente en Eurovision, y la siguiente también, después unas cuantas con Aitana; entre ellas una del aniversario del festival. Y al final, la pareja en frente Schweppes cuando Alfred salió por primera vez a la calle después de esa etapa tan dura.
Amaia lo recordaba cómo si fuese ayer, y Alfred aún más. Los primeros días de recuperación estuvieron enfadados, Alfred no quería que le viese así, le daba vergüenza, y Amaia era tan cabezota que se metía en la sala a escondidas. Pero todo acabo cuando le dieron el alta. Alfred admitió que un poco de ayuda no vendría mal, y Amaia disfrutaba mucho estando todo el tiempo con él.
Le ayudaba al levantarse, al sentarse e incluso a andar. (Cualquier cosa que incluyese mover las piernas) Tuvieron un imprevisto después de tres años de salir del hospital, Alfred tuvo un ataque de ansiedad durante el que perdió la movilidad. Pero solo fue un susto y por suerte no tuvieron que volver a empezar. Cinco años después de salir del hospital y de sacar disco nuevo, la vida les dio lo que tanto se habían merecido. Les recompenso con algo que Amaia nunca hubiera creído con 19 años, que con 30, tendría la oportunidad de dar la vida.
Tuvieron una niña. Alfred nunca se había sentido tan feliz y Amaia nunca dijo gracias tantas veces.
Cuando nació no se lo podían creer.
Todos los triunfitos estaban allí, incluso algunos compañeros de Eurovision les felicitaron.
- Tiene tus ojos Amaia - Alfred.
- Y tu nariz - contestó Amaia.
Y esa era la última foto de la estantería, la de Alfred, Amaia y su hija, a la que por supuesto, llamaron Aitana.
Amaia se giró y observó su cama. Q ganas de seguir durmiendo. Se tumbo frente a su pareja quien justo se había despertado. Seguía enamorada de él, de sus paletas y de sus ojos, incluso de su pelo recién levantado y por supuesto de ese pijama de Goofy que seguían compartiendo.
Los dos miraron a Aitana Junior, quien ya tenía un año y dormía entre ellos.
Tenía los ojos de Amaia y la nariz de Alfred, si, pero tenía algo de Aitana también, la capacidad de mantener unidos a sus padres.Me ha encantado escribir esta historia, la siguiente que haga no creo que sea un fanfic, para cambiar, pero espero que os guste tanto como esta. Decidme en los comentarios si os ha gustado el final, a mi me parece que encaja perfectamente.
Muchísimas graciias por leerme de verdad, sois increíbles.💜
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Amaia, las luces aun brillan
FanfictionSigamos creando una nueva ciudad, Amaia y Alfred siguen demostrando que pueden con todo Portada de: @Sea_Lunna