Capítulo 9

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   - Debemos llamar a un médico, lleva así una semana, quizás esté en coma y no durmiendo, no entiendo como te puedes creer lo que unos jóvenes te dijeron. - Esa era la voz de mi tío.

- Dijeron que iba a estar así una semana, mañana si no ha despertado llamaré a un médico. - Mi tía, ellos estaban en mi cuarto, yo me acababa de despertar, pero al escucharlos fingí estar todavía durmiendo, ¿he estado durmiendo una semana?¿Enserio? Decidí levantarme, ellos me miraron, sorprendidos, en ese momento mi barriga sonó.

- Iré a preparar algo para todos. - Dijo mi tío y se fue.

- ¿Te duele algo?

- No.

- Vaya, todo lo que dijeron los chicos se esta cumpliendo, solo falta que tu tengas un hambre voraz y que comas por muchos animales juntos, esa parte fue muuuy rara.

- Hambre tengo pero no creo que sea para tanto.

- Baja cuando quieras. - Se iba a marchar pero se volvió. - Se me olvidaba, uno de los chicos me dijo que pasados siete días, es decir hoy, vendría para explicarte algunas cosas, yo se que al quedarte huérfana se hace muchas tonterías y que no se escucha a nadie, eres mayor de edad, puedes hacer lo que quieras, pero, por favor, piensa las cosas antes de hacerlas, ¿vale?

- Sí, entendido.

  Me quedé sola, pero estuve sola unos diez minutos, tenía mucha hambre, lo que  preparó fue cuatro sándwiches de jamón, había una jarra de agua, de postre había fruta, no había nadie en la cocina, empecé a comer, cuando quise acordar, me había comido los cuatro sándwiches, toda el agua de la jarra, tres manzanas, dos peras y seis fresas. Cuando me dí la vuelta, mi tío, mi tía y mi primo me miraban con la boca abierta.

- Era un sándwich para cada uno, ¿verdad? - Pregunté.

- Pues sí, pero, tranquila, ya haré más, ¿me puedes explicar como coño, y perdona la palabra, te has comido todo eso? - Dijo mi tía, muy sorprendida.

- Ni yo misma lo se, como para explicártelo a ti. 

- Muy bien...- Llamarón a la puerta, les dije que iba yo, cuando abrí me encontré con Aaron.

- Hola, bella durmiente, aunque a ti no te han despertado con un beso, pero bueno.

- Pensaba que el que se creía ser el chico que deja a todas las chicas las bragas mojadas era el otro, no tu, pero veo que...- Con un movimiento rápido me tapo la boca con una mano suya.

- Madre mía como estas, te ha sentado mal dormir tanto, lo único que he hecho a sido un comentario para hacerte reír no para que te pusieras así, he venido para llevarte a las personas, bueno, seres, que te lo van a explicar todo, absolutamente todo, ¿vale? - Asentí con la cabeza.

- Bien, me alegro.


         El viaje fue volando, al principio me negué, pues la gente nos iba a ver, pero el me dijo que íbamos a ser invisibles para el ojo humano. Fue un  recorrido yendo para arriba, cuando estuvimos sobrevolando las nubes, apareció un edificio super grande, el material no lo había visto nunca, Aaron me dijo que era material celestial, ahora estamos dentro, en una sala con una mesa rectangular, las sillas que están en los dos extremos son sillas que son más cómodas, una era blanca, la otra era negra, yo estaba sentada en el medio y Aaron estaba al lado de la silla blanca. Alguien entró.

- Hola, Aaron, María. - Era el chico que sabía mi nombre y yo él suyo no, se acercó a mí, me cogió la mano y me la beso. - El otro día pase por alto decirte como me llamo, Shadow. - Dicho esto se sentó en una silla que estaba al lado de la silla negra, notaba una tensión enorme, Aaron y Shadow se miraban con odio, sin previo aviso, apareció un humo blanco, se dirigió para la silla blanca, después un humo negro, se dirigió para silla negra, ¿eran, acaso, Dios y Satán?

- Sí, exactamente somos lo que estás pensando. - Dijo el humo negro, Satán. - Somos tus padres, fuiste creada para dos cosas, destruir el mundo o salvarlo, yo te he dado poderes para que te sea más fácil, algunos poderes ya han aparecido, algunos son parte de Dios, pero otros van a salir ahora, por ello, un día si y otro no aprenderás los poderes que tienes gracias a mi, te enseñará Shadow, los días que no estés con Shadow estarás con Aaron, que te enseñará los poderes que te dio Dios, es decir, será Shadow, Aaron, Shadow, así siempre.

. Vale, lo que no entiendo es ¿por qué yo?

- Porque te creamos para está finalidad. - Dijo Satán.

- Si me creasteis, ¿por qué me dejasteis que matará a mi madre?

- Todo lo que has vivido lo has vivido porque has tenido que vivirlo sino, no lo hubieras vivido, tu no mataste a tu madre, la matamos nosotros porque tenías que saber lo que era el dolor físico y psicológico, para aguantar mejor el dolor, sino hubieras muerto cuando te transformaste en todos los animales e insectos, tu no eres la primera que hemos probado esto, eres la segunda, el primero era un chico, pasó por lo mismo que tú, pero murió, ¿sabes por qué murió? - Me pregunto Dios.

- No.

- Murió porque, al ser hombre, su cuerpo no estaba preparado para todo ese dolor, la mujer sí, tiene más resistencia, ¿sabes por qué?

- Porque somo las que tienen los bebés.

- Exacto, escúchame bien, vas a estar aprendiendo a controlar todos tus poderes durante dos años, cuando cumplas veinte años decidirás que hacer, salvar el mundo, o destruirlo y hacer otro junto a Satán y sus hijos, durante estos dos años no podrás decir o hacer algo que se vea bueno o malo, tienes que ser neutral, nosotros nos podemos dar cuenta lo que quieres hacer de las dos opciones y quitarte una parte de tus poderes y para cuando tomes tu decisión necesitarás TODOS los poderes. - Me dijo Dios, asentí.

- Vas a tener enemigos, unos seres que no quieren cambiar el mundo, les gusta así y cuando naciste se enteraron, sino llega a ser por uno de estos chicos, tu estuvieses ya muerta, ahora podrás defenderte, pero esto te lo explicaran después Aaron y Shadow.- Dijo Satán.

- Adiós, María, siempre serás bienvenida aquí.

- Vale, adiós...Padres.


             Era demasiada información, pero creo haberme enterado de todo, definitivamente yo era La Elegida, me parece que yo no sirvo para esto, pero ahora que se que yo no maté a mi madre me siento más libre, bueno, más no, pues nunca me he sentido libre, siento que el peso que llevaba en mi espalda desde que nací se ha ido, no puedo estar más feliz ahora mismo, me arrepiento de lo que le dije a mi tía el día de mi cumpleaños...Y de lo que hice después en mi cuarto, ahora, lo que deseo, es que todas las cicatrices de mi espalda se borren, aunque se que eso es imposible.


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YA OS DIJE QUE QUIZÁ FUERAN TRES CAPÍTULOS ESTÁ SEMANA.



                                                               OS QUIERO.




La Elegida. PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora