5

6 1 0
                                    


La disco está llena. Casi no se puede caminar. Todos bailan al ritmo de una fantástica canción de rock. El humo no me deja respirar. Sandra y Luis se unen a la multitud. Sus movimientos son locos, frenéticos, descontrolados. Yo también bailo, es lo único que me hace olvidar mis penas. Hay un gran alboroto. Miro a mí alrededor mientras me muevo. Me da gracia ver a tanta gente saltando como verdaderos desquiciados.

Me fatigo un poco y me acerco al mini bar. Sandra ya me esperaba con una copa en la mano. La bebo sin pensarlo dos veces. Compruebo que es una sustancia de color oscuro, pero me gusta. Mi amiga me dice algo que apenas puedo descifrar debido al ruido:

- Luis me espera en el baño. Ya tu sabes....- me dice casi a gritos.

- Ok. Aquí los espero.- le respondo.

Me quedo sola, sentada, mirando a la multitud. Pido más tragos, y luego de unos minutos me siento mareada, aturdida. "Que tendría esa copita...", pienso. Como me empiezo a aburrir, me incorporo al baile. Ahora suena un heavy metal que rompe los tímpanos. Salto, me muevo, rio. Estoy como drogada y tengo la vista nublada. Comienzo a reírme a carcajadas, no sé por qué.

Unas manos firmes me toman de la cintura. No tengo ni idea de quién es, pero no me importa. Me dejo llevar. El me atrae hacia su cuerpo. Me gusta su olor, su cabello alocado se funde en mis manos. Lleva unas lindas pulseras negras, con letras rojas bordadas. Me gustan. De pronto me encuentro pegada a él, moviéndome como quien ha perdido su alma y no sabe dónde la dejó. Nos besamos locamente, él me toma de mis caderas, yo me muevo. Esto está mal, lo sé, pero no puedo parar, es una sensación incontenible. Me toma de la mano y me lleva por uno de los angostos pasillos de local. Luego llegamos a una pequeña habitación, decorada a los 70." Se parece mucho a mi cuarto", pienso. El joven me tumba a horcajadas en la cama, y se aproxima a mí con gesto seductor. Me desprendo de mis ropas con gran facilidad, el también. El me besa el cuello suavemente, nos reímos. Siento que algo se adentra en mi parte más íntima, después siento otra embestida. Me gusta, me gusta mucho y no quiero que acabe. Luego de un minuto todo termina, me quedo dormida.

AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora