Seduciendo A Un Caballero |ADAPTADA| (LUTTEO)

|Capitulo 35|

NARRADOR OMNISCIENTE.

Y esa misma noche...

Matteo estaba en su casa. Era viernes por la noche y el estaba en su casa. Como lo había estado cada noche de las ultimas cinco semanas. Las cinco semanas mas largas de toda su vida.

Un golpe en la puerta principal llamo su atención. Supuso que seria Sol por la ultima vez que fue a ver, así que se levanto y fue a abrir no quería tener a Sol para con muletas a fuera de su casa.

Abrió la puerta, pero no se encontró con Sol.

-Hola... ¿Puedo pasar?

La sorpresa de Matteo fue evidente cuando vio a Gaston frente a su puerta, pero se recupero de inmediato y se hizo a un lado para que entrara.

Se hizo un silencio incomodo. Gaston se decidio a hablar para terminar pronto con el asunto.

-¿Tienes algún plan para esta noche, Matteo?

-No, no en particular-respondo con cautela.

-Bien, porque hay un lugar al que quizás deberías ir hoy.

-No, no lo creo.

-Eres mi hermano, Matteo y sabes que te deseo lo mejor para tu felicidad, ¿Verdad? - Matteo no contesto, esa era la mejor respuesta. Gaston se rió con ironía-Si, tal vez si yo estuviera en tu lugar tampoco habria contestado... Pero, aunque no lo creas si quiero que seas feliz, Matteo... Vine... Vine a decirte que me equivoque. Contigo... y con Luna... lo que hicieron no estuvo bien, quiero decir, no fue la mejor manera de llevarlo a cabo, pero fue lo mejor.

-¿No fue la mejor manera, pero fue lo mejor? No te entiendo.

-No fue correcto que anduvieras por ahí con ella en secreto. No se como es que ella lo permitió, pero creo que ha sido lo mejor que te pudo pasar a ti y a ella.

-¿Por que me dices esto?

-Para que los dos dejemos de ser un par de idiotas. Te vi el tiempo que estuviste con ella, te veía feliz... y después de que ya no la has visto y jamas te había visto así. Pense que solo era un capricho tuyo, pero me he dado cuenta de que no es así.

-¿Por que pensaste que era un capricho?

-Con Sol me tomo dos años saber que estábamos enamorados el uno del otro, pero tu, tu apenas la conocías hacia un mes y ya sonreías como idiota enamorado.

-Gracias-dijo Matteo con sarcasmo-No creo que a Sol le haya tomado tanto tiempo saber que te quiere.

-Asi como yo tampoco creo que Luna haya tardado tanto en darse cuenta de lo mismo.

-Eres un idiota, Gaston.

-Tu también eres un idiota, Matteo. Toma-Le tendió una hoja de periódico-Léela. Matteo tomo la hoja y la vio.

-Es la foto de Luna-dijo como si de verdad fuera necesaria la aclaración.

-Si, ahora sigue leyendo.

Termino de leer.

-Vaya, parece que Luna ha seguido su vida. Esta exposición llevaba tiempo planeandola.

Esa no era la respuesta que Gaston esperaba. Le dio un zape.

-Tu también has seguido tu vida, la diferencia es que ella se puso a hacer algo productivo mientras tu te lamentabas en lugar de mandarme al cuerno-Matteo volteo a mirarlo como si le hubiera salido una segunda cabeza-Matteo ¿Por que sigues aquí? Deberías ir a buscarla.

Matteo no necesito que le dijera un palabra mas y salio a toda prisa a buscar a Luna.

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-Estoy nerviosa.

Luna estaba sentada frente a un espejo viéndose. Le dolía el estomago. Las ultimas tres semanas habían sido de estrés absoluta, pero no podia decir que no las había disfrutado. Habia pintado cada minuto del día y siempre que pasa el pincel por el lienzo lo único que podia pensar era: Matteo.

Cuando se planteo la idea de hacer esta exposición, se imaginaba a Matteo a su lado. Vestido elegantemente de un traje que le quedara a la perfección, tranquilizándola, diciéndole que todo iba a salir perfecto. Siempre con esa sonrisa infinita.

Pero no, ella iba a estar ahí sola enfrentándose a toda esa gente.

-Tranquilízate, Lu. Solo son unas cuantas horas, 2 o 3. No tienes que estar presente durante la subasta si no quieres. 

-Si, ademas te ves guapísima - dijo una voz masculina desde la entrada-Vas a cautivar a todos los hombres.

-Simón-dijo Nina-No deberías estar abajo esperándonos.

-Si, pero tardan demasiado.

-Esta bien-dijo Luna-Vamonos ya.

Se puso de pie, se tambaleo y cayo sentándose de nuevo. Nina y Simón corrieron a su lado.

-¿Estas bien?

-Si, si. Son los nervios... me he parado muy deprisa.

-Tal vez solo debas quedarte en la galería una hora, solo un acto de presencia.

-Si, creo que mis nervios no soportarían mas tiempo.