Si tu quisieras (Ereri) -Terminada-

¡Ganbare Eren!

Siento que podría morir si no estoy a tu lado, te has vuelto una parte indispensable de mi vida.

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Y llegó el día; ayer estuve hablando con Petra de todo lo que trataría de hacer para ganarme la confianza del capitán, me levanté más temprano de lo usual debía de dar todos mis esfuerzos el día de hoy, así como mañana y pasado y el día que viene, no me daré por vencido con esto, haré que el capitán se enamore de mí.

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[Levi]

Me levanté con un amargo sabor de boca, ya han pasado 3 semanas desde que Erwin me dijo esas palabras tan secas y sin chiste, eh estado tratando de hablar con él pero me evita a toda costa, al parecer al puto homofobico se le hincharon los huevos para decirme el asco de persona que podría ser yo.

Con la misma rutina de siempre caminé hacia la cocina encontrándome con algo que sinceramente no me esperaba ni por la mierda, Eren estaba sentado en una silla tomando un vaso de agua, lo raro aquí era la hora. Este mocoso siempre se levanta a las 7:30 de la mañana —la hora en la que normalmente se levantan casi todos— pero ahora me sorprendió, mi costumbre es levantarme a las 6 en punto y él de seguro ni estaba aquí a esa hora.

—Oh... Capitán, buenos días...— Di un leve brinco en mi lugar, me tomó por sorpresa el que este volteara y se diera cuenta de que me encontraba aquí, mirándolo tan fijamente. Fingí que no me había asustado y contesté naturalmente. —Buenos días. Tan temprano por aquí... No me digas... ¿La cadete Sasha te ha pegado el hábito de comerse las provisiones por la mañana?—

Pude notar algo de molestia en su cara morena y a la vez... Diversión, se rió de lo que acababa de decir lo que hizo que frunciera un poco el entrecejo. —Estoy hablando enserio Jaeger, si hace falta una papa en la despensa te cortaré los huevos.— El mocoso pensaba que era una broma... Pues dio risitas con más diversión, después calló esas carcajadas, se levantó de la silla y se acercó a mí.

Me sorprendió bastante el muchacho que tenía frente a mí, estas semanas Eren creció unos centímetros más ya que... Está más malditamente alto que antes. —Capitán, hoy haré la limpieza en todo el lugar así que hoy no se moleste en poner a Petra-san ¿Está bien?— Mirándome con esas esmeraldas tan relucientes, nunca había apreciado a Eren de cerca, siempre lo apreciaba de lejos y muy pocas veces teníamos contacto cercano como el que teníamos en este momento.

—E... Está bién mocoso. Cuento contigo.— Susurré retrocediendo varios pasos atrás, llevando mi vista a la cocina, me atosigaba la confianza que tenía para acercarse a mi rostro con facilidad.

Aveces me jodía el que él fuese de esa manera, no respeta para nada MI espacio personal, como sea... Se marchó para así dejarme una vista más clara del comedor y cocina. —Valla... Nada mal, nada mal.— Por primera vez en mi vida me di el lujo de restregar mi cuerpo contra el piso, estaba reluciente y sin ninguna mancha de suciedad, me adentré a los recobijos de aquel lugar y efectivamente nada, ni una pizca de polvo por esas partes tan difíciles de limpiar. Sólo podía oler el intenso químico a lavanda que usaba para limpiar, parece que este mocoso comenzó a ponerse enérgico y la verdad... Me alegraba sólo un poco, pero lo hacía.

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Pasó la mañana y Levi terminaba su ultimo documento cuando dieron las 12 de la tarde, se dispondría a ayudarle al mocoso con sus quehaceres, se colocó los pañuelos que normalmente usaba para limpiar y caminó en busqueda de algo sucio, grata fue la sorpresa que se llevaron sus orbes grisáceos al verse reflejado en el reluciente piso del pasillo, Eren era rapido, pero no sabía que esa energía diera tanto... A sus 25 años no había visto un piso así de limpio —Bueno, cuando él limpiaba quedaba igual— pero de alguien más... Asustaba. —¡Bién! Le alegrará saber que todas y cada una de las habitaciones están limpias y ordenadas.—