El día

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Su celular comenzó a sonar, Thomas miró la pantalla para saber quién le llama antes de contestar.

—Hola, Will —dijo.

—¡Thomas! Rosa y yo estábamos preocupados, ¿porque no has venido a la escuela?

—No es nada —se encogió de hombros aunque no verían aquel gesto —, solo no tenía ganas.

—¿Te veremos en el festival por la noche?

—No lo sé —suspiró —, la verdad es que no tengo ánimos.

—Anda, el festival solo es un vez al año —animó su amigo.

Thomas terminó por ceder ante la petición, claro, se prepararía para la reacción de sus amigos. Se sentía diferente, no quería aceptar la razón de ello, pero tampoco negaba que algo pasaba.

Tomó su conjunto especial para la festividad y se arregló como pudo. No le emocionaba mucho el festival, pero sí el espectáculo que tendría lugar esa misma noche. Sam también saldría con sus amigos para el festival, así que se despidieron de su abuela y partieron.

El pueblo estaba con mucho movimiento, había mucha gente en las calles y las lámparas del festival iluminaban bastante bien. Cuando fue el momento, se despidió de su hermano para ir a su punto de encuentro. Y ahí estaban, Will sentado junto a Rosa, quien traía un kimono y su cabello recogido de manera muy bonita. Ambos se encontraban en aquellas sillas y mesa que construyó Dylan (claro, en el cuerpo de Thomas) junto con Will, según las notas era porque Rosa se quejaba constantemente de que el café enlatado de una máquina expendedora no era café en realidad; por ello Dylan decidió mínimo darle un aire con una mesa y sillas de madera, además de una sombrilla.

—Hola, chicos —dijo Thomas con una pequeña sonrisa en sus labios.

Sus amigos apenas alcanzaron a responder porque quedaron impresionados.

—T-tu cabello —dijo Will.

—¿Se ve mal? —preguntó.

Ahora su cabello dejaba ver su rebeldía natural, no puede peinarlo mucho porque sus mechones no tenían el suficiente largo para poder aplacarlos. Le gustaba el cambio, pero quizá no le sentaba bien.

—No, no es eso —refutó Will de inmediato —, solo no lo esperábamos.

Sus amigos se levantaron y comenzaron a caminar al dichoso festival, Thomas iba tan distraído que no se daba cuenta de que sus amigos se mantenían a cierta distancia atrás de él, discutiendo a susurros porqué Thomas cortó su cabello.

Miró el cielo como si fuera lo más bonito, había tantas estrellas que no podría contarlas ni aunque lo intentara. Le emocionaba que muy pronto la vista mejoraría, pero parte de él le gustaría compartir con alguien más ese momento, alguien que no fuera Will, Rosa, Sam o su abuela.

Thomas quería que Dylan estuviera ahí con él.

Pero seguro estaba con Kaya.

—¡Miren! —exclamó Thomas saliendo del camino para avanzar a una zona repleta de césped fresco y verde —Lo veo.

Ahí estaba. El cometa cruzaba el cielo nocturno dando un espectáculo de luces, Thomas no podía apartar la mirada del astro. Tenía ganas de levantar la mano y ponerse de puntitas para alcanzar las estrellas. En ese momento, él solo tenía la noción del cometa.

Solo eso.

Your name (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora