Segunda oportunidad

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Dylan tardó un rato en calmarse, pero lo hizo y se vistió rápidamente con el uniforme, sin embargo, se sorprendió de que ahora el cabello de Thomas estuviera más corto, aunque le ahorraría tiempo porque no tendría que peinarse. Por otro lado, tampoco encontraba la pulsera de Thomas, no tiene ganas de buscarla porque tampoco quiere hurgar en las cosas del rubio, sin mencionar que cada segundo era muy valioso y debe ocuparlo bien.

Fue al comedor, donde la televisión estaba encendida y una mujer daba información de que el cometa hoy estaría en su perigeo, en su punto más cercano a la Tierra, en el punto que podría verse mejor.

—Se acerca —murmuró haciendo una mueca.

—Thomas —dijo la anciana mientras llegaba con una tetera en las manos.

—Abuela —volteó y se relajó al verla, también estaba viva.

Sin embargo, la mujer pareció examinarlo detenidamente unos instantes.

—Tú no eres Thomas, ¿verdad?

Parpadeó sorprendido, demasiado sorprendido.

—¿Ya lo sabías...? —preguntó, ella lucía muy tranquila, tanto que asustaba un poco.

—No, pero su comportamiento me trajo recuerdos —respondió mientras se sentaba y servía el contenido de la tetera en dos tazas, Dylan lo tomó como una invitación a sentarse —. De joven yo también tuve sueños raros, también tu madre. Pero ahora ya no recuerdo con quién cambiaba, los recuerdos se fueron desvaneciendo.

—¿Desvaneciendo...? —Dylan no quería ni pensar en olvidar por completo a Thomas, así que se prometió que buscaría la manera de no sólo salvar al rubio, sino de recordarlo y encontrarlo.

—Valora la experiencia, los sueños desaparecerán gradualmente —finalizó la anciana.

Dylan decidió que la abuela de Thomas podría ser una buena aliada, así que le contaría lo del cometa.

—Abuela, ¿qué pasaría si todos los sueños de Thomas tuvieran que ver con hoy? —la anciana solamente lo miró —Escucha bien. Hoy por la noche, durante el festival, el cometa caerá en Itomori, muchos morirán.

Frunció el ceño confundida y sólo dijo una cosa.

—¿Eh?

Nunca esperó que la abuela de Thomas le diría que nadie iba a creerle tal cosa, pero Dylan no iba a rendirse de ninguna manera, estaba decidido a salvar a Thomas

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Nunca esperó que la abuela de Thomas le diría que nadie iba a creerle tal cosa, pero Dylan no iba a rendirse de ninguna manera, estaba decidido a salvar a Thomas. Corrió hasta la escuela, en su mochila llevaba lo de siempre además de dinero que le dió su abuela por si acaso.

Una vez ahí, Rosa y Will lo miraban atónitos.

—T-tu cabello —dijo Will.

—Ah, eso. ¿Se veía mejor antes? —respondió sin darle mucha importancia en realidad.

—No es eso —agregó Rosa rápidamente.

—No importa. Ahora necesito su ayuda. Depende de nosotros o todos moriremos.

Quizá la última parte la dijo muy alto porque todos sus compañeros del salón lo miraron atónitos. Tal vez la abuela tenía algo de razón, lo creían un loco seguramente.

Decidió llevar esa plática a un lugar más tranquilo. A Rosa, que estaba más alterada, la mandó a comprar bocadillos con algo del dinero. Mientras él y Will empezarían a planear la manera de evacuar. En un mapa Dylan delimitó las zonas que serían arrasadas por el cometa y la zona segura. Investigaron una manera de acceder a las alarmas del pueblo y a las bocinas para dar el aviso de evacuación. También planearon una excusa para que las alarmas sonaran y les hicieran caso. El padre de Will también trabaja en el gobierno y actualmente están en una construcción para la cual usan explosivos, ya que Will aprendió a usarlos, iban a colocarlos en la estación de luz para causar una explosión. La excusa perfecta. Cuando las alarmas sonaran, desde la escuela en la estación de radio, que tienen para un taller (al que asiste su amiga), Rosa diría un mensaje diciendo una lista de los distritos que debían evacuar. Claro que la idea no dejó muy... tranquila a Rosa.

—¿Eh? ¿¡Bombas!? —dijo alterada.

—Vamos, estaremos bien y tú estarás en la estación de radio desde la escuela —señala Dylan en el mapa —, dirás el mensaje tantas veces como puedas.

Ella se volvió a quejar por supuesto.

—Esto es ilegal —añadió en tono nervioso.

—Pero es necesario —dijo Dylan.

—Bueno, después de todo esto es solo una teoría, ¿no? —Rosa comió un poco de un pastelito que trajo.

—¿Eh...? —Dylan rascó su nuca sin saber cómo decirles que en realidad iba en serio.

—Las teorías se basan en hechos —dijo Will mientras les mostraba en su laptop una página en internet —. ¿Saben cómo se formó el lago de Itomori? Es un cráter.

Dylan recordó la imagen del cometa partiéndose en el techo del altar a Musubi.

—¡Bien dicho, Will! —dijo Dylan antes de chocar los cinco con el otro chico.

Sin embargo, aún faltaba una parte del plan para que fuera exitoso.

—Yo me encargaré de los explosivos —Will retomó el tema —. Rosa del aviso. Thomas irá con su padre.

—Como su hijo lo convenceré de que siga con la evacuación —añadió Dylan.

—Porque si no es una orden del Ayuntamiento, nadie nos hará caso —finalizó Will.

Era un plan lo más perfecto posible, ahora solo debían llevarlo acabo, por ello Dylan fue a ver al Alcalde.

Your name (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora