Capítulo 7

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Al día siguiente por primera vez, Kael se levantó antes que su madre y su bisabuela, quería empezar el día con el pie derecho.

Bajó a la cocina y puso a preparar un poco de café, luego fue a la ducha y en diez minutos ya estaba sentado en la mesa de la cocina con las manos alrededor de la taza de café caliente.

El frío empezaba a sentirse mucho más, el invierno recién comenzaba, y para su propia sorpresa ya estaba despierto.

Kael normalmente en los inviernos solía levantarse más tarde aún, según su madre, el también hibernaba, en partes tenía razón ya que el frío le daba más sueño.

Dentro de la mente de Kael rondaban muchas cosas, cuando terminó su café, se sirvió otro y preparó unas tostadas para irse a su habitación de nuevo. Aún faltaban hora y media para ir a clases

Miraba su conversación con Ludmila, no sabía si hablarles a estas horas, igual le envió un "hola".

Tarde o temprano tiene que contestar, ¿no?

Cuando su madre se levantó, él ya estaba listo para ir a la escuela.

—¿Kael? Causarás un terremoto, no debes ir en contra de la naturaleza. —dijo su madre sorprendida. —¿Porque estas listo tan temprano?

—Muy graciosa mami. —se acercó a darle un beso en la frente. — Tengo cosas que hacer como cupido.

—Ahhhhh. —sonrió ella. —De acuerdo cariño, cuídate.

—Si mamá.

—Kael— gritó su madre. —, lleva abrigo.

Kael nunca fue friolento, de hecho, por alguna razón siempre tenía la temperatura corporal algo baja, pero de todos modos tomó su abrigo y salió de su casa, se subió a su moto y emprendió su marcha. Tenía algo que hacer antes de ir a clases.

*************

Al despertar vio que tenía un mensaje, era de Sophie.

Sophie: Gracias JJ, por querer comenzar de nuevo.

No sabía que responderle, pero ya pasaría por su casa para recogerla, ahora tenía que alistarse.

Cuando Jason ya estuvo listo, se despidió de su madre y fue a casa de Sophie, una cuadra antes de llegar siente que en un auto se detiene a su lado.

—Hey! ¡imbécil! — era el nuevo novio de Loren.

Jason trató de ignorarlo, pero sintió un pequeño golpe en la cabeza, al parecer el idiota no lo dejaría tranquilo hasta que volteara a verlo.

—¿Que mierda quieres? —si quería pelea la tendría, Jason ya se estaba enfureciendo.

—Que horrible gusto musical tienes, Loren no necesita estar mierda. — y dicho eso, por la ventana de su auto empezó a lanzar discos.

Aerosmith, BonJovi, Roxette, y otros terminaron en la acera. Jason los reconoció, algunos eran sus discos...otros, los que le había regalado a Loren.

Cuando el carro arrancó, Jason soltó un suspiro, tomó unos cuantos discos que parecían estar aún bien y los guardó. Al fin y al cabo, le gustaba esos discos, y no tenía dinero para unos nuevos.

Siguió caminando hasta llegar a casa de Sophie, tocó la puerta y fue su madre quien atendió.

—Buenos días, Jason. — se acercó a abrazarlo y darle un beso en cada mejilla. — Sophie! Jason ya vino.

A los segundos ella apareció por la puerta, con su mochila de un solo brazo y lista para irse.

Se despidió de su madre y empezó a caminar junto a Jason. Luego de su saludo de "buenos días" no sabia sobre que hablar, el silencio empezó a ser incómodo para Sophie hasta que Jason habló.

—¿Nerviosa? —preguntó él.

—¿Ah? —Jason le sonrió.

—Me refiero a si te sientes nerviosa—aclaró Jason. —, por tu primer día en otro Instituto.

—Oh— pensó Sophie su repuesta. —, no mucho, te tengo a ti como guía.

Sophie sonrió y le dio un pequeño golpe en el hombro a Jason.

Aunque Jason no tenía la mente aquí, pensaba en como el idiota novio de Loren supo que eran sus discos y en como los encontró.

Esos discos estaban en su habitación de ella, ¿acaso él ya había entrado ahí?, el sólo pensarlo hacia que el pecho le duela.

—¿Jason? — Sophie le sacudía la mano frente a la cara. —¿Te pasa algo?

—¿Ah? No. —dijo Jason rápidamente. —Sólo estoy algo cansado, no dormí por hacer tarea a última hora. —rio.

—No cambias JJ.—lo miró fijamente por un momento y luego le sonrió.

Quizás el señor Cupido tenga razón y no esté tan loco, pensaba Jason.

*************

Kael se encontraba afuera de la oficina del periódico de la ciudad, dejó su moto estacionada y se quedó cerca, tenía que hacerse conocido con alguien de ahí si quería que su plan saliera como lo había pensado.

Uno y otro, y luego otro entraba en el pequeño edificio de dos pisos, pero ninguna de esas personas parecía inspirarle confianza, algunos ya no tenían su hilo sólo llevaban su anillo rojo.

Era algo impaciente con esto, miró su móvil y no había nada bueno, Ludmila aún no contestaba y los memes de Facebook no le distraían. Siguió observando a la gente que entraba al edificio.

Hasta que vio que una chica de cabellos oscuros y lentes corría hacia el edificio con un montón de papeles en los brazos, sin querer la chica tropezó y todos los papeles se esparcieron en la acera.

Rápidamente la chica empezó a recoger los papeles mientras maldecía entre dientes, Kael se acercó para ayudarle.

Y entonces se dio cuenta que era ella, ella era la indicada.

Querida Celestina ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora