Capítulo 8

212 44 8
                                    

Kael no entendía cómo, pero en cuanto la vio supo que era la persona indicada.

Ella lo ayudaría con su plan, además sería una buena seguidora, lo sentía.

Cuando Kael terminó de juntar los papeles que pudo alzó la mirada y se los dio a la chica.
—Gracias. —dijo, mientras juntaba los papeles que Kael le dio con los suyos.

—De nada—él le sonrió. —, ¿Cuál es tu nombre?

—Me llamo Margot—ella le tendió la mano en forma de saludo—, mucho gusto.

—Yo soy Kael—tomó su mano —, igualmente.

Era un saludo algo formal, ella le sonrió y luego empezó a reír.

—Debes pensar que soy algo torpe. —dijo Margot riendo.

—No—Kael negó con las manos—, nada que ver. A cualquiera le puede pasar.

—Disculpa, pero debo pasar a dejar esto e irme a la escuela. — se disculpó Margot.

—¿Quieres que te lleve? También voy para allá. —Kael señaló su moto.

Era un pueblo muy pequeño; sólo había una escuela, a Kael le pareció raro no haberla visto antes por ahí.

—Oh! —respondió Margot sorprendida —Si no es molestia.

—Para nada. —le sonrió Kael.

—Espérame unos diez minutos ¿si? Ya vuelvo. —Kael asintió y Margot entró al edificio.

Mientras esperaba, se puso a pensar sobre aquella extraña sensación que sintió al ver a Margot, sabía que era una persona confiable al igual que con Jason, aunque la sensación fue diferente, ya que lo conocía de años.

¿Y ahora?, pensó Kael.

—Debo de conocerla más, seguir su hilo para encontrar a su alma gemela y pedirle que publique lo que quiero en el periódico. —se dijo para sí mismo, decidido. —¿Podrá ella publicar en el periódico una columna?

Quizás no lo pensó muy bien, pero ya no había marcha atrás. Antes de dar más vueltas en su mente vio que Margot salía.

—Chico! —vino corriendo Margot hacia él. —Vamos.

Kael le sonrió y le puso su casco.

—¿Sabes? Si no fuera que estamos en la misma escuela sería raro que me suba a la moto de un desconocido. — dijo Margot.

—Ya sabes mi nombre —le recordó Kael. —, y yo el tuyo, así que no somos desconocidos.

—Tienes razón. —sonrió y se acomodó detrás de Kael para que este arrancara la moto.

Cuando empezó a ganar velocidad, Kael sintió como el pecho de Margot se presionaba cada vez más en su espalda y sus brazos lo rodeaban con fuerza. Lo cual ocasionó que él se ruborice.

Tranquilízate Kael, pensó para sí mismo.

Una vez en el estacionamiento de la escuela Kael esperó a que la chica baje para bajar él también, mientras ella se sacaba su casco se dio cuenta que él nunca habría hecho esto antes.

Acabas de traer en tu moto a una chica...muy bonita, que acabas de conocer hace unos minutos. Se sorprendió, esto de ser Cupido lo haría conocer más personas y de manera muy espontánea al parecer.

—Oye! —Margot agitaba su mano de un lado a otro frente a su cara.

Kael pareció volver a tierra luego de unos segundos.

Querida Celestina ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora