A mis veintidós años ya había conocido las sensaciones de amor y desamor, entendía el significado del placer, el romance, pero sentía que ese sentimiento no era para mí. Porque en aquel tiempo estaba envuelta en una relación, siendo la amante de un hombre casado, diez años mayor que yo, un hombre apuesto, por quien simplemente me había enamorado a mis dieciocho años, antes salíamos como buenos amigos, él decía que me amaba, pero si fuera cierto no se hubiera casado ¿Verdad? fui su amante a partir de mis diecinueve años, bueno aun lo sigo siendo, pero a pesar de eso quería tener a alguien más que pudiera dedicarme más tiempo sin necesidad de excluirlo de mi vida.
Con esa idea accedí a una página en internet para conocer personas. Así un día coincidí en el chat con un hombre con quien empecé a tener largas conversaciones, grande fue mi sorpresa cuando vi que era mi amigo, Trunks. Me puse a observar sus fotos y cabe de admitir que se ha hecho un hombre atractivo y alguien realmente agradable. Él tiene catorce años más que yo, vivía en el país vecino, teníamos aproximadamente 45 km de distancia.
Un día me decidí a visitarlo y se lo propuse porque de su parte parecía no haber intención de proponérmelo. Entonces fui hasta su ciudad para almorzar juntos. Era la primera vez que lo veía, después de mucho tiempo, pero sentía que sólo me reencontraba con el mismo chico de hace años, alguien que ya conocía. Conversamos y reímos mucho, me encanto saber que él tenía el mismo concepto que yo sobre el amor, que ese sentimiento no era para nosotros, tampoco las relaciones formales. Sentí que era perfecto, un hombre independiente con quien podría tener una aventura y seguir con mi otra relación. Extraño, lo sé.
Pasaron los días y nos volvíamos más amigos, nos veíamos los domingos para almorzar. En una ocasión quedamos en encontrarnos, pero no sucedió porque tuvimos una pequeña discusión por una tontería. Di por sentado que se acababa todo porque yo soy una persona orgullosa y el aún más, incluso me dijo que mejor dejábamos las cosas como estaban. Pero me sorprendió cuando rompió su orgullo, volvió a escribirme y me dijo "quiero verte mañana Pan, por favor". Ese día que nos vimos, al final de nuestro encuentro no resistí y lo besé por primera vez.
Desde ahí nos volvimos más unidos y fue extraño para ambos que no teníamos sexo. Pasó un buen tiempo hasta que sucedió, incluso antes de eso yo deje de ver a mi amante, Uub. Y el también dejo a la persona con quien salía, Mai. Extraño.
Bueno, también fue más extraño porque se suponía que iríamos a tener una aventura, pero parecíamos dos adolescentes enamorados, caminando de la mano juntos, dándonos besos y abrazos en público, enviándonos tiernos mensajes, siempre pendientes el uno del otro.
Me incluyó en su vida, se preocupaba por mí, me cuidaba, me trataba como si fuese la mujer más hermosa del mundo, me hacía sentir especial y hacía que yo estuviese sonriente todo el tiempo, todos los fines de semana los pasaba en su casa. Había mucha confianza entre nosotros, me había contado sobre su vida, sus relaciones, y siempre me recalcó que como él era conmigo no lo fue con nadie, las cosas que hacía no eran normales en él, por ello se sentía sorprendido de cómo pude conseguir eso.
Me aseguró que siempre estuvo con varias mujeres al mismo tiempo, pero eso fue antes, ahora él sólo quiere estar conmigo. Todo eso me asustó porque me di cuenta de que él me quería, me lo hacía sentir, lo veía en sus ojos. Recuerdo cuando suspiraba y decía "que tienes que me encantas mujer" cuando me penetraba lentamente, haciéndome el amor.
También me decía inocentemente "Te quiero... pero sólo un poquito". A veces reía con esas expresiones.
Volví a enamorarme y esta vez era correspondida.
Una mañana al levantarme, le miro a los ojos, arregló sus cabello "Te quiero... pero sólo un poquito" me dice y yo le respondo suavemente "Te quiero... más que un poquito". Sonrió al escucharme. Nuestros sentimientos eran correspondidos.
Me hizo el amor después de eso.