—Mi amor, no importa si hoy es un día con un hermoso cielo azul y un radiante sol, o con unas nubes grises con delicadas gotas de lluvia. Pero quiero que todo el día me acompañes...
—¿Quieres que te ayude con las cuentas, verdad?— Respondo, ante tanto parloteo de mi esposo.
— Si no es mucha molestia.