QUINTO LIBRO DE LA SAGA DE FANFICS ENEMY.
SINOPSIS EN EL INTERIOR PARA EVITAR MAYORES SPOILERS. ES INDISPENSABLE LEER LOS LIBROS ANTERIORES.
▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Q U I N T O L I B R O
X
C U A R T A
T E M P O R A D A
▬▬▬▬▬...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
╚══════════════════╝
— Bien, ¿cuánto tiempo ha pasado? —pregunta Stiles cuando nos adentramos en la clínica de Deaton, dirigiéndonos a la sala de consulta.
— Un par de semanas —respondo, apoyándome en la mesa de metal y relamo mis labios antes de continuar hablando—. Un día estaba y al otro, ¡puff! Desapareció.
— ¿Y no utilizaste tu método acosador del GPS en el teléfono? —interroga Payton, frunciendo su ceño.
Sabiendo que dirían eso, saco el teléfono del bolsillo de mi chaqueta y lo dejo caer sobre la superficie de la mesa, provocando que un ruido sordo haga eco entre las paredes de la clínica.
— Ahí está el GPS. Lo encontré en San Diego, muy cerca de la frontera —digo, señalando el aparato—. Todo en el loft está bien, la alarma está activada, no hay señales de intrusos, excepto por...
— ¿Por...? —insiste Lydia.
Intercambio una mirada con Scott y él saca el frasco de metal, abriéndolo. Mi hermano fue el primero en saber mi preocupación ante la desaparición de Derek y también fue quien me ayudó principalmente a examinar el loft minuciosamente.
— Encontramos estos en el loft —avisa.
Payton y Stiles se pelean por meter la mano primero en el frasco, de modo que tengo que quitárselo y dejar caer los casquillos del interior en la mesa para que dejen de actuar como niños.
— Le enviamos una foto a Deaton y dijo que es la firma de una familia de cazadores con base en México. Se llaman Los Calaveras.
Lydia frunce el ceño.
— ¿Por qué querrían a Derek?
Aprieto mis labios en una fina línea.
— No sería la primera vez que lo detienen. La vez pasada fue cuando llevó a Cora a Sudamérica y los detuvieron a él y a Peter. Deucalion le pagó a una mercenaria para que lo sacara de allí —explico, dejándoles saber detalles que ellos desconocían—. Tal vez decidieron que no habían terminado con él.
— ¿Crees que lo hayan matado? —pregunta Stiles.
— Probablemente no —me apresuro en decir—. Son cazadores y querrán información antes de matarlo.
Scott voltea para ver a Lydia.
— Por eso estás aquí —anuncia, ofreciéndole unos cuantos casquillos.
Lydia duda antes de agarraros en su puño sin tener otro remedio. Cierra los ojos, sintiendo la textura, dejando que sus sentidos de Banshee se apoderen de su cuerpo. Unos segundos después, deja caer los casquillos sobre la mesa, creando un ruido metálico que hace eco en el interior de mis oídos. Solo uno queda de pie.
