ENEMY ASHES ▲ TEEN WOLF ➄

7. Sé una raposa

Me siento sobre la cama de Scott con lentitud, intentando procesar qué demonios le ha sucedido mientras él pronuncia palabras con rapidez.

En su explicación dijo que el Wendigo llamado Sean estaba intentando de matar a Liam, pero que, al intervenir, intentó de deshacerse de Scotty también. Liam cayó por el borde de la azotea y la única forma de agarrarlo antes de que terminara en un destino fatídico, era morderlo para retenerlo en su lugar. Entonces entró en pánico y no supo cómo manejar la situación.

Muerdo mi labio inferior y dejo salir el aire retenido en mis pulmones al mismo tiempo que froto mis manos. Estoy intentando de procesar el hecho de que Scott ha convertido a un adolescente en hombre lobo. Siento que no hay posibilidad de que muera por la mordida cuando su aspecto luce tan vivo, para nada como lo que Derek describió cuando me contó de Paige. El rechazo a la mordida surge tan pronto el alfa te muerde, a menos que sea como yo, una clase distinta de ser sobrenatural.

— Has mordido a un chico —murmuro finalmente.

— Sí —pronuncia Scott, su rostro contrayéndose en una mueca de incomodidad.

— Y lo secuestró —aporta Stiles.

Scott asiente.

— Sí.

— Y lo trajiste a tu casa —continúo.

— Me dio miedo —se defiende.

— Scott, ¿te das cuenta de que ahora soy cómplice y que puedo ir a la cárcel porque tengo dieciocho? —pregunto, casi al borde del pánico.

— ¡No fue mi intención! —exclama, mortificado y pasa una mano por su rostro—. Solo no supe qué hacer.

— Nosotros no terminaremos enterrando su cuerpo en el desierto, ¿no? —cuestiona Stiles.

Tengo ganas de golpearlo.

— Claro que no —me apresuro en decir—. Es un niño, chicos. Incluso es menor que Scotty cuando Peter lo mordió.

Se escuchan unos quejidos y lloriqueos de parte de Liam que provienen del baño.

— Esta es la razón por la que yo siempre ideo los planes —especifica Stiles, señalándolo con su dedo índice para expresar su histeria del momento. A ambos nos tomó por sorpresa que Scott mordiera a un niño—. Tus planes son malísimos.

— Lo sé. Por eso te llamé —le dice a Stilinski.

Cruzo mis brazos con indignación.

— ¿Y por qué no me llamaste a mí?

— Ya tienes bastante en tu plato, Scarlett. No quería preocuparte con mis problemas —murmura la respuesta, bajando la mirada hacia sus manos.

Suspiro, comprendiendo por qué quiso mantenerme alejada. Fue difícil poner mi vida en orden luego de lo ocurrido con el Nogitsune, en especial luego de la muerte de Allison; también de mi propia muerte temporal. Fueron meses llenos de pesadillas, ataques de ansiedad y pánico, sin contar que tuve que pasar por un toque de estrés postraumático. Desde entonces intentan lograr que yo tenga una vida más «normal», aunque todos sabemos que es imposible.