ENEMY ASHES ▲ TEEN WOLF ➄

8. Festejando la luna llena

Pensar en Kira intentando coquetear con un chico de primer año es algo que quiero ver porque es inimaginable. La chica Yukimura apenas puede hablar con Scott sin ponerse toda roja y sin tartamudear nerviosamente, de modo que no me culpo si se me hace un poco difícil de creer que pueda lograr engañar a Liam. No obstante, no me lo perdería por nada del mundo.

Su expresión angustiada mientras nos ocultamos detrás de una pared para darle consejos, me parece excesivamente graciosa. Es hilarante. Parece que en cualquier momento se desmayará de los nervios.

— Levanta el pecho —le ordena Payton—, hombros rectos y sonríe un poco.

Kira empuja una sonrisa en su rostro y parece que va a salir a apuñalar niños.

— Oh, Dios —murmuro, riendo a carcajadas. Mis hombros se sacuden y tengo que apoyarme en la pared para recuperar el aliento—. ¡Lo vas a espantar!

— Kira, sonríe un poco menos.

— Lo siento —se disculpa, bajando su mirada apenada.

— Vamos, Kira, tú puedes —la animo, recuperándome del frenético ataque de risa.

— ¿Por qué no lo hacen ustedes? Tienen más experiencia que yo.

Elevo mis cejas.

— Cariño, me van los tipos mayores, no los niños de guardería —le dejo saber—. Además, él me vio en casa de Scott.

— Y yo no tengo ningún interés por coquetear. Esto será una buena experiencia para ti, Kira.

Nuestra amiga suspira, pero asiente, aceptándolo. Le ofrecemos un par de consejos más y nos marchamos para reunirnos con el resto de la manada, estando en un lugar estratégico mientras esperamos a que el timbre suene. Sabemos que el nuevo hombre lobo se encuentra en este pasillo tomando clase. De modo que es perfecta la posición.

Cuando el chirrido llega a mis oídos, vemos a Liam salir de clase con sus amigos y Kira comienza a bajar las escaleras con el aire de coquetería que Payton y yo le hemos dicho. Todo va perfecto hasta que da un paso en falso y la vemos caer en cámara lenta al suelo, cayendo sobre su estómago, completamente boca abajo sobre el piso.

Liam prácticamente corre a su lado para ayudarla. Yo apenas puedo aguantar mi carcajada. Es inevitable no reír cuando alguien se cae de ese modo frente a tus narices.

— ¡No te rías! —me regaña Scott, aunque puedo ver que también quiere carcajearse.

— ¿Estás bien? —le pregunta Liam con preocupación.

— Sí, sí —habla Kira, arreglando su cabello, recordando de repente el plan de llevar a Liam a la casa del lago perteneciente a la difunta abuela de Lydia—. Oye, ¿Quieres ir a una fiesta hoy? —pregunta y le da una sonrisa de comercial, luciendo como una modelo.