6. Sin boca

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Scott ayuda a Liam a bajar del auto mientras entramos al hospital, deteniéndonos en el mostrador principal para llenar el papeleo pertinente

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Scott ayuda a Liam a bajar del auto mientras entramos al hospital, deteniéndonos en el mostrador principal para llenar el papeleo pertinente. Durante el camino donde le explicábamos a Liam que la mamá de Scott trabaja aquí, él nos confesó que su padrastro también, de modo que no sé si es bueno o malo, pero tenemos más o menos un pequeño plan de acción.

Es Melissa quien nos recibe al principio, y Scott sonríe con inocencia, intentando ocultar el hecho de que ha herido a Liam durante las pruebas de lacrosse.

— Hola, mamá —dice mi hermano en un tono apenado.

Melissa nos dedica una mirada acusadora.

— ¿Qué sucedió? —pregunta, poniendo sus brazos en jarras mientras camina hacia nosotros.

— Un accidente de lacrosse —respondo, encogiendo mis hombros.

Asiente, mirándonos de forma sospechosa y se marcha unos segundos para buscar una silla de ruedas. Luego de que Liam pone su trasero en ella, le dedica una sonrisa reconfortante.

— No te preocupes, Liam. Te cuidaremos bien —le dice con cariño y en ese tono maternal que suele utilizar con nosotros cuando no nos está regañando.

Procede a llevárselo y me quedo con Scott, sabiendo que está bastante preocupado y sintiéndose culpable por lo sucedido.

— Scotty, no ha sido tu culpa lo de Liam —digo con honestidad—. Los accidentes ocurren y no hay nada que se pueda hacer para prevenirlos. Todos saben que el lacrosse es un deporte violento y que a menudo los chicos salen heridos.

Baja la mirada y niega con la cabeza. Un suspiro sale de sus labios sin poder evitarlo. Luce ligeramente derrotado por el sentimiento de culpa que lo rodea.

— No lo sé —murmura.

— Scott, si hubieras utilizado tu fuerza lobuna, el elfo no estaría cojeando, sino arrastrándose de vuelta a la otra parte de su cuerpo —aseguro, intentando animarlo un poco.

— Si yo no hubiera estado tan preocupado por ser capitán, tampoco hubiera salido herido.

Ruedo mis ojos.

— Escúchame bien, Scott Gregorio, el hecho de que quieras algo para ti mismo una vez cada mil años tampoco te convierte en alguien malo. Está bien desear algo. Ya le das demasiado a este infierno de pueblo como para tener un poco de felicidad para ti. Es lo que nos hace humanos.

Acaricio su mejilla un poco y luego le revuelco el cabello antes de darle un beso en el costado de la cabeza, despidiéndome.

— ¿Cenamos juntos hoy?

Asiento.

— Claro. Llámame cuando salgas y pidas la comida. Tengo que ayudar a Payton con Malia antes de que decidan matarse en mi casa —le aviso, moviendo mi mano en un gesto antes de marcharme del hospital.

ENEMY ASHES ▲ TEEN WOLF   ➄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora