Segunda Noche

1 0 0
                                    

Jamás se me había echo tan largo y agotador un día de trabajo, por ensima de todo, sabía que al llegar a casa Red me estaría esperando, tener que vivir con el era molesto y engorroso, ya estaba harto de sus burlas... No sabía que hacer.
Ya casi podía verlo, sentado frente a la puerta diciendo " Tardaste mucho, me aburro y tengo hambre, más te vale alimentarme" valla recibimiento, volver a casa era molesto. Me sorprendió mucho que al llegar a mi departamento Red no estuviera "me libre de el... Soy libre!" fue lo primero que pensé, cerré con llave la puerta, deje mi abrigo en el sofá y me senté cómodamente, "que tranquilidad" pensé. Pero no, oí el ruido de la ventana abriéndose, entre a mi cuarto rápidamente y ahí estaba él, entrando pacíficamente.
-Oh, ya llegaste.... Ya esta la comida?
-Que no piensas en otra cosa?!
-Preferirías que estuviera pensando en ti?
-Q...qué?!-me sonroje al escucharlo- E...Estas loco! ¿Porque querría yo eso? Valla estupidez!
-Enserio? Si es taaaan estúpido ¿ porque pones esa carita?

Se me acercó y me tomó por el mentón, estaba tan cerca de mi que nuestros labios casi se tocaban.
-Su...sueltame!!!- trate de apartarlo pero me tomó de las muñecas y me sujeto contra el muro-
-Crees que tienes el derecho a apartarme? Yo salvé tu vida, perfectamente pude haberte matado, así que más te vale comportarte conmigo, que te quede claro, tú eres mío ahora.

Se acercó a mi cuello y me mordió, deje escapar un gemido de dolor al cual respondió "E sido muy rudo? Debo tratarte con más suavidad? Haré que ese gemidito de dolor, se convierta en placer..."
No sabía que hacer, estaba aturdido, mi mente estaba en blanco, tenía miedo "pa...para...." le supliqué pero me ignoró totalmente, uso mi bufanda para sujetar mis muñecas, estaba ajustado, me dolía pero no me escuchaba, levantó suavemente mi camisa y acarició mi pecho " estoy deseando probarte, de seguro estas delicioso". Se inclinó para besarme y aparte el rostro, entonces se concentró en mi cuello otra ves, pero ahora lamía suavemente las marcas de la mordida, traté de no emitir sonido alguno, pero me era casi imposible, Red bajo su mano poco a poco hasta llegar a mi entrepierna, mi cuerpo temblaba, estaba asustado, sus manos parecían conocer cada uno de los puntos más sensibles de mi cuerpo, "deja de resistirte" me dijo, "te haré sentir muy bien...ya lo verás.."
-N...No...deja...de jugar conmigo...-mi voz se entrecortaba, ya casi no podía más, entonces se me escapó un gemido, al cual Red me contestó con una sonrisa- Ya no más....detente...
-Ni lo sueñes encanto, no voy a soltarte así como así...
-Que me dejes!!!-le di una patada en la mandíbula con toda la fuerza que tenia-.
-Que rayos! Eres un salvaje Aohane!!!
-Salvaje yo?! ¿Que hay de ti? ¡¿Acaso estas en celo?!
-Eh... ¿Quieres averiguarlo?
-Jódete!!! ¡Quien va a querer averiguarlo!
-Que cruel.... De todas maneras lo disfrutabas, no puedes negar ese gemidito.
-N...no me jodas!- trate de vestirme lo más rápido posible, pero apenas podía usar mis brazos- Hey tú! Quitame esto!!
-Quien...yo?- puso una carita de inocente como si fuera un angelito-.
-No te hagas el idiota! Quitamelo!!- forcejee para quitarme la atadura de las manos, pero no podia-.
- No te quito nada- sonrió como si nada pretendiendo irse de la habitación-.
-Bien, pero te quedarás sin cenar.

Esas palabras parecían tener mucho efecto en el se volteó de golpe y me miró sorprendido.
-No harías eso....¿Verdad?
-Pues claro que si!!! O te parece que pueda cocinar así?
-Esta bien....tu ganas...-me desató y se fue con las orejas bajas- Más te vale que sea algo bueno o tu serás mi cena!
-Ya veremos.

Será que cada día de mi vida este condenado a ser así por siempre? Realmente mi suerte no mejora...
-Maldito gato pervertido....
-Te escuché! Es tu culpa por ser tan adorable Aohane.
-Es mi culpa por haberte aceptado....
-Oh! Tienes mucha razón!! Que tus padres nunca te dijeron que no hablaras con desconocidos?!
-Ya callate! Solo me das problemas, ve a echarte donde no me estorbes!
-Como quieras....

redDonde viven las historias. Descúbrelo ahora