No me gusta escribir en primera persona. La verdad es que nunca he entendido por qué, pero es algo que no sale de mí hacerlo. No me gusta identificarme con lo que escribo, aunque al fin y al cabo estén basados en experiencias propias. No sé si me explico:
No quiero ser más consciente todavía de lo triste y jodida que he llegado a estar en ocasiones. Prefiero hacer que lo sufras tú. Uso la segunda persona y adiós. Me estoy dando cuenta de que soy una egoísta. Pero, ¿y qué? O en tercera persona y nos imaginamos todos juntos a ese anónimo que describo, sin nombre ni apariencia, sólo con una soledad que llena su alma vacía. Joder, esto es deprimente.
No sé por qué estos pensamientos atestan mi cabeza y por qué me gusta que lo hagan. Preferiría escribir sobre la felicidad y el arcoiris. ¿Por qué no puedo? Ah, hay veces en las que ni cosas tristes puedo escribir. Y por qué. Por qué.
A veces pienso que ya no sirvo para esto. Porque me siento llena de vitalidad para empezar una nueva historia pero, al abrir un documento de word, no me sale nada. Pero nada de nada. O tecleo una frase y no sé cómo continuar. Esos momentos son los peores.
Yo sé que me encanta escribir y que me siento genial cuando lo hago pero si me gusta algo en lo que no soy buena...
No quiero seguir escribiendo esto. Es demasiado triste. No me gusta. Dejadme.
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De cuando...
Short StoryBienvenido a mi vida, está un poco desordenada, espero que no te importe.