09: La verdad

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Desde el primer segundo en que salí del hospital y gas avanzar un paso de calles hacia la casa de gobierno comenzaron a acostarme con las cámaras y las esferas de vigilancia transmitían en vivo mi andar por las calles.

-Periodistas de Ostema y el mundo, hay cosas más importantes que pueden estar sucediendo en este momento. -Dije observando una de las esferas.

Pude ver inmediatamente mi rostro y oír mis palabras siendo transmitidas en los ventanales de toda la ciudad. Creo que después de todo me convertí en una figura de interés público alrededor de todo el mundo.

Pequeños drones con mini cámaras pertenecientes a periodistas también siguen mi andar, de no ser porque viajan a la misma velocidad que mi vehículo ya habría arrollado unos cuantos.

Es más que obvio, jamás encontraré a Gisselle con tantas cámaras siguiéndome a todas partes. Ella debe estar en algún lugar bajo tierra observando todos los canales y señales de la UltraWeb al rededor de todo el mundo.

Es eso, o ya logró escapar de Ostema...

¿Cómo pudiste abandonarnos, Gisselle...?

Varias veces me detuve a pensar en otras cosas, pero fuera el pensamiento que fuera siempre terminaba en una respuesta a mis problemas que no tomaría en serio.

Ella me abandonó... ¿Debería hacer lo mismo...?

***

Afueras de la casa de gobierno.

Tal y como esperaba, la casa de gobierno estaba tan repleta de cámaras como siempre.

Tantos periodistas en mi parabrisas y ventanas me vuelven tan nervioso como es habitual, pero recuerdo inmediatamente que necesito mantener la calma y responder a la menor cantidad de preguntas posibles pero con la sinceridad que requiera cada una de ellas.

Una vez en las puertas de la gran casa un policía de negro me ordena detenerme por completo.

-Darren Novier, -Dijo él. -en nombre de la nación de Ostema me temo que no podrá ingresar a la casa de gobierno.

-Debo hablar con el presidente Salt...

-El presidente Salt acaba de salir hace unos minutos.

¡Diablos!

Fue entonces cuando los periodistas apuntaron el flash de sus cámaras a otra parte. Una limosina color negro con el símbolo de Ostema en su superior ha llegado frente a la cada de gobierno.

-¿Es él...?

El policía ignoró mi pregunta dirigiéndose hacia aquella limosina.

Todo el mundo estuvo expectante en cada uno de sus movimientos.

No pudo saber quién era hasta que cada uno de los presentes mencionó su nombre.

-Renant...

Su rostro y opiniones siendo comparadas con las mías sería una clase de Dios y yo sería como el enemigo número uno de la robótica.

Mis pies no reaccionan ante la presencia de esa joven y alta figura de autoridad frente a mí.

En ese momento sentí que con una simple mirada él podría hacerme sentir como una cucaracha a punto de ser pisoteada.

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