- De verdad, lo siento mucho, debo irme ya- comencé a respirar con dificultad, preocupando a Sasuke. Por supuesto, mi amigo aún no era consciente de las barbaridades que su hermano y la mitad de su pandilla me habían hecho hacía dos noches.
- ¿Seguro que te encuentras bien?- insistió Sasuke-. ¿Hay algo que no me hayas contado, Akari?
De inmediato pude sentir cinco pares de ojos clavándose sobre mí, amenazándome silenciosamente. No había olvidado la advertencia: si decía algo, por mínimo que fuera, Akemi saldría peor que yo.
- Es que... Es que... Yo...- tartamudeé, poniéndome de los nervios. Quería irme de una maldita vez, no podía permanecer tan peligrosamente cerca de los chicos que tanto daño me habían hecho. Peor aún, que fueran otros cinco más. Bueno... cuatro, ya que la chica de pelo azul con una rosa en su moño no me haría nada por obvios motivos.
- Estás muy pálida, cielo, aguarda a que te haga un té- insistió Mikoto. Negué enérgicamente.
- No, no, de verdad, muchas gracias, yo sólo...
No pude más y me desmayé.
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Sasuke
¿Qué diantres le pasaba a Akari? Primero viene a mi casa tras haber faltado un día, luego me la encuentro llena de cardenales y con un ojo morado aparte de que caminaba muy raro, después insiste en irse justo cuando llega mi hermano... ¡y ahora se desmaya!
Corrí hacia ella y, con ayuda de mi padre, la llevamos al salón y la dejamos tumbada sobre el sofá, aguardando a que despertara. Pude ver que sus pestañas estaban húmedas. ¿Acaso iba a llorar? ¿Por qué?
- Creo que deberíamos llevarla al orfanato- suspiró mi madre, poniéndole un paño húmedo en la frente y retirándole algunos mechones de pelo de la cara-. No tiene buen aspecto.
- ¿Al orfanato?- ladró Tobi-. ¿Por qué, qué ha hecho?
- Ella vive allí, Tobi- le expliqué (en esta historia, Tobi es como en "Atrapada con los Akatsuki". Es el rostro de Obito, sin máscara, pero se llama Tobi. Obito aquí no existe XD *Marginado social u.u Es broma pobrecito :c*).
- ¡Ohhh, pobrecita!- hizo un puchero que provocó que más de uno en la habitación rodara los ojos. Cuando quise darme cuenta, mi hermano estaba mirando a Akari con los ojos entrecerrados.
- ¿Qué?- lo saqué de sus cavilaciones. Sacudió la cabeza, sonriendo después.
- Nada, estaba pensando.
Me hundí de hombros y volví a mirar a Akari, quien ya estaba parpadeando fuerte para abrir los ojos. La ayudé a levantarse y, sin decir nada, se despidió de nosotros con la mano sin mirarnos ni de soslayo y se marchó, dejándonos en el salón como si hubiera pasado un ángel (pasar un ángel: cuando un grupo de personas se quedan en silencio de súbito se utiliza esta expresión).
Tendría que hablar con ella. Pero al mirar a los amigos de Itachi, parpadeé confuso y pregunté:
- ¿Y Sasori?
No estaba. Se había esfumado.
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Akari
De verdad, si tenía una herradura de la suerte ésta me había fallado. Primero me violan en grupo, luego preocupo a Kakashi-Sensei, a la manada de lobos y a Sasuke y ahora van los cinco impresentables y se presentan en casa de Sasuke como si me estuvieran vigilando.
Aceleré el paso, apretando los puños, concentrada en llegar lo antes posible al orfanato por si las moscas. Me quedaría con Sora y Akemi para calmar los nervios. Pero cuando estaba ya bastante lejos del distrito Uchiha y llegando a casa, sentí un par de ojos clavados en mi nuca.
Me tensé y traté de disimularlo, pero mi decreciente velocidad por el pánico y mis temblores apocalípticos no ayudaban nada. Una mano cálida y suave me aferró del antebrazo derecho y me hizo torcer hacia el mismo callejón donde me habían violado. Cerré los ojos con fuerza y no pude evitar llorar, con los brazos cruzados frente a la cara como mínima protección. Sabía que no me iba a servir de nada si comenzaba a manosearme, pero el miedo no atiende a razones.
- Por favor...- supliqué, dejándome arrastrar hasta el suelo y sin destaparme la cara aún, llorando presa del terror. Si pasaba otra vez... No sabría qué hacer.
- Oye, no llores- dijo una voz suave a la par que una mano forcejeaba con las mías para dejarle ver mi rostro. Me resistí-. Oye, mírame. No soy quien crees que soy. No voy a hacerte daño como lo hicieron ellos, no te asustes. Mírame. Si te sientes más tranquila, te diré mi nombre: me llamo Sasori.
- Eres amigo de ellos, no puedo fiarme de ti- protesté, ahora envolviendo mi cabeza con mis brazos y sin ceder ante sus insistentes tironeos-. Si me vas a violar, hazlo ya y deja de hacerme sufrir.
- Siendo amigo de ellos, y sabiendo lo que han hecho, ¿no crees que habría aceptado ir con ellos aquella noche? No fui parte de ese grupo por algo.
- ¿Y por qué me has seguido? Claro, te gusta trabajar solo, ¿verdad?- temblé aún más fuerte, encogiéndome más si cabe (comprimido mode: ON XD).
- Deja de decir estupideces y comprueba tú misma si yo estuve aquella noche- terminó por separarme los brazos de golpe, dejando mi rostro enrojecido y empapado por las lágrimas al descubierto y apresando mis muñecas contra la pared.
Tenía delante a un monísimo pelirrojo de ojos color ceniza y expresión ausente, aunque su mirada estaba llena de sentimientos que su rostro no reflejaba. Debía de sacarme una cabeza de alto, era musculoso y su tacto era como acariciar la piel de un gatito: tan suave que apenas se percibe entre los dedos.
- Ahora dime- insistió, pegándose más a mi rostro a tal punto que las puntas de nuestras narices se rozaron-. ¿Estuve yo aquí esa noche? ¿Acaso te toqué? ¿Acaso te maltraté? ¿Eh?
- N... No...- tartamudeé, agachando la cabeza y sufriendo un fuerte espasmo general.
- Entonces no digas que no confías en mí. Yo fui de los que se negaron a hacer tal cosa a alguien tan inocente como tú. Te llevamos viendo por la aldea desde hace bastante tiempo, pero cinco de nosotros que ya sabes a quiénes me refiero se negaron a seguir viéndote de lejos. Los demás no fuimos por distintos motivos: Pain porque está con Konan y aun así no sería capaz de hacerle daño a ninguna persona indefensa, Zetsu porque es hippie (XD El Zetsu XD), Tobi porque es infantil y yo porque no me gusta someter a alguien obviamente más débil. Akari, yo no sería capaz de hacerte daño incluso si me amenazaran de muerte. No puedo, y no quiero.
Silencio. Al parecer, Sasori se tomó eso como una continua desconfianza. Lo oí suspirar antes de que elevara mi cabeza con dos dedos en mi barbilla.
- Te demostraré que no quiero hacerte daño.
No sé cómo se le ocurrió semejante idea para hacerme sentir mejor... Pero antes de poder reaccionar, vi que sus ojos estaban cerrados, que sus manos estaban agarrando mi rostro con delicadeza por las mejillas, que su respiración parecía estar en pause... y que sus labios habían hecho un dulce contacto con los míos.
(En la foto, Sasori con su típica expresión que cada persona interpreta de manera diferente ._. Aunque hay que admitir que si un@ se fija bien, en sus ojos se captan las expresiones a pesar de que su rostro esté como en pause *w*)
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Silencio, pequeña, silencio...
FanfictionSi preguntas, nadie en toda Konoha sería capaz de decirte algo que turbe la alegría y la paz de Akari. Como su nombre dice, ella es la luz, la luz que ilumina el orfanato donde vive desde que nació. Eso va a cambiar: le falta año y medio para irse...