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El joven Kagamine lanzo una manzana al aire y la atrapó como las anteriores cinco veces, pacientemente esperaba que Rin saliera de los baños de mujeres. Era más que claro que llegarían tarde otra vez.

Habían pasado algunas semanas de todo lo sucedido en aquel bar, y hasta ahora no habido más situaciones como aquella, por suerte... Pues no deseaba volver a pasar tal susto en su vida.

- ¡Rin! ¡Vamos! - Le apresuro, ni siquiera podía entrar al sector, le considerarían un pervertido aunque no hubiera nadie más que su hermana allí... Pero Rin no le estaba escuchando al parecer.

Maldijo internamente al bus por tomar el sendero equivocado, porque no podía admitirle a Rin que había hecho que todos tomaran el autobús equivocado, pues aquel iba rumbo al terminal más pequeño, el que tomaba la ruta más larga y por eso todos habían llegado tarde.

La relación entre todos ellos, entre los seis o siete contando al perro de Miku no había hecho más que mejorar, y sin duda eso le alegraba mucho, habían carecido de amigos desde que estaban escapando, y sabe que para Rin era importante, ahora entiende que para él también lo era y solo no lo había pensado, porque tener personas en quien confiar, con las cuales podía hacer bromas, reír y hablar con seriedad es un gran apoyo para él, sobre todo después de lo que han estado pasando.

Tanto Miku, Kaito, Meiko y ellos dos habían subido al autobús a la hora correcta, como todas las semanas desde que se hospedaron juntos, como todos los días en que se iban haciendo más cercanos, el error fue de Rin aparentemente, o tal vez de Meiko, no se sabe con exactitud, por lo mismo habían decidido dejarlo como un error de todos, y cuando al fin se dieron cuenta se habían bajado para tomar el autobús correcto, pero para eso tuvieron que devolverse alrededor de cinco cuadras, y cuando finalmente llegaron a la escuela, cada uno partió rápidamente hacia su salón, a excepción de ellos... pues Rin quería ir al baño...

Llevando sus mano derecha hasta su frente para masajear soltó una queja. Rin era todavía lo suficientemente inmadura como para aguantarse hasta el recreo...

Camino por el pasillo vacío en donde no se encontraba nadie más que él, con una pequeña excepción.

Miro hacia el costado distrayéndose al escuchar pasos, abrió sus ojos con sorpresa al percatarse de la joven chica que corría a toda velocidad, aparentemente había alguien casi tan atrasados como ellos dos.

Debido a su torpeza generada por el simple hecho de parecer reconocer aquel rostro termino por cruzarse directamente en el camino de aquella chica provocando que ambos chocaran dándose un fuerte golpe y terminaran en el piso.

- ¡Au! - Grito la chica al momento de golpearse en el piso. Sobo su cabeza tratando de recomponerse lo más rápido posible para llegar a clases - ¿Cómo se te ocurre hacer eso? - Pregunto con molestia mientras seguía intentando que el dolor se disipara.

El Kagamine estaba casi en las mismas, agito su cabeza luego de sobarla para darse cuenta del error que los llevó a esto. Miro a la chica y preocupado se levanto para ayudarla - ¿Estas bien? Lo siento mucho, discúlpame por favor - Se disculpo más veces que las que era posible recordar, y alzando su mano para ayudarla a levantarse, volvió a caer preso de sus ojos que se le hicieron mucho más familiares ahora que los tenia de frente - ¿Nos habíamos visto antes no? - Pregunto estando casi seguro, tanto por lo que creía como por lo que estaba sintiendo en este momento.

- Creí que era imposible olvidar a la causante de un mal rato - Respondió sacudiéndose luego de levantarse por ella misma. El joven Kagamine medito las palabras dichas por ella mientras pensaba en que no ha tenido tantos infortunios en los últimos meses, más que los malos ratos generados por la torpeza de Rin, solo le quedo una opción - ¡Claro! - Grito dando con la respuesta y sintiéndose plenamente feliz de tener a aquella chica junto a él, siendo aun más reconfortante el hecho de que ella aun lo recuerda.

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