24.

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Miku no había dejado de sonreír, se divertía mirando a Kaito comer su sabor de helado favorito. Habían tenido ambos el día libre de trabajo, sin duda una bonita casualidad que no podían desperdiciar, estuvieron afuera prácticamente toda la mañana, y debía ser sincera reconociendo que no le molestaría estar todo el día aquí sentada viendo como Kaito era feliz con un simple helado de chocolate.

Esa mirada tierna, tal cual un niño con un capricho cumplido, adoraba esa simpleza que emanaba, y él no apreciaba más que estar así, sentados en la más recóndita banqueta del parque, con un helado cada uno mientras jugaban a entrelazar sus dedos como el par de inexpertos que eran.

Ella sonrió enfocándose en su helado a medio derretir. Llevaban unos cuantos meses de novios, sigue considerándose una inexperta en el tema amoroso, pero ha apreciado cada día a su lado, tal vez sea demasiado pronto, siempre estuvo encerrada en el mundo perfecto que sus padres le entregaron, sin embargo, ahora que salió a la vida real, ahora que tiene a Kaito, le encantaría estar así para siempre, esta rotundamente enamorada.

Sin importar lo cursi que sonora eso, moría por decírselo, solo quiere saber que podrá dormir teniendo claro que él le abrazara al despertar, esa ilusión le consume cada día, al igual que el miedo al pensar lo contrario.

— ¿Estas bien? — Kaito volvió a preguntar luego de verla dar un salto de sorpresa cuando él tomo su mano para que sus dedos volvieran a entrelazarse. Y ella volvió a sonrojarse por eso, sin importar cuando tiempo pasara, Kaito seguía provocando la misma sensación en ella — Si ya estas aburrida, podemos volver a casa o ir a otro lugar, solo si gustas — Comento atento a cada gesto en ella.

— No, no, me gusta estar aquí... Contigo, es solo que yo... Estaba pensando, es todo — Respondió tratando de parecer demasiado nerviosa. Kaito soltó una carcajada leve.

— ¿Y en que pensabas entonces? —

Pregunto. Antes de conocerla, eran raras y pocas las veces que Kaito podía reír, sentirse pleno y feliz con esa sensación en el pecho que le decía que todo iba a salir bien.

Ella bajo su mirada tímida, claro que él no tenía nada que alegar, pues le encantaba cada detalle de ella, así como adoraba sus gestos de cariño hacia el doble o el triple, porque sabía que, aunque ella estaba llena de anergia y confianza, era consciente de lo mucho que a Miku le costaba dejar su timidez en este tipo de cosas, y como ella lo hizo antes con él, respecta cada una de sus cualidades.

— Solo... — Ella se mordió el labio, avergonzada de sentir arder su rostro — Pensaba en que tal vez... No soy una buena novia, pero... Quería que supieras que enserio te quiero — Confeso intentando dejar su vergüenza de lado.

— Y yo a ti — Respondió apretando su mano.

Tal vez, debía darle un tremendo discurso sobre todo lo que siente, y lo haría, si ella fuera como las demás, porque, en definitiva, ella lo conoce, sabe cómo es y para la peli aqua, esa respuesta era más que suficiente para hacerla inmensamente feliz.

Ambos querían lo mismo, sin duda, seguir así para siempre, y era demasiado doloroso el pensar lo difícil que sería eso, así intentando dejar todo los problema a un lado, cada uno tenía los suyos por separado, sus secretos... solo les quedaba disfrutar de esa relación torpe y a la vez sana que ambos llevaban, esperado que el día de alejarse jamás llegara.

 solo les quedaba disfrutar de esa relación torpe y a la vez sana que ambos llevaban, esperado que el día de alejarse jamás llegara

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