Hiccup había tardado un poco en entender todo el asunto del deseo y lo que fuera que debía encontrar. Aún sintiendo un tenue malestar en su pie devuelto, bajo las escaleras que claramente llevarían a algún lado, había encontrado una especie de espada de luz, así que enfundado con ella asomó su cabeza por una esquina
- Hiccup, finalmente bajaste. - Su madre sonrió. Hiccup noto un brillo nada natural brotando detrás de ella, ¿como era la frase?¡Ah sí! Su madre se veía radiante... De forma literal y eso daba miedo.
- Buenos días. - Respondió con un poco de duda en el tono de su voz, frente a él está su padre con lo que parecía la misma figura cuadrada que tenía en su habitación ¿Cómo se llamaba? El celular... Si su padre tenia uno y lo veía fijamente, el chico se preguntó si había algo muy importante en esos aparatos, sin peligro inminente dejo su arma de luz. La casa en sí era increíble, un poco grande para tres personas, dos habitaciones en la parte de arriba divididas por un pasillo, abajo había una sala y cocina comedor aunque Hiccup jamás hubiera elegido el color crema para un decorado, pero pensando y viendo todo tenía un aire de hogar muy parecido al que sentía cuando estaba con Astrid, eso lo hizo sentir triste, la propia casa le recordaba que no estaba Astrid a su lado
- Hijo, ahí está el orgullo de la familia Haddock - Su padre se levantó para darle un abrazo, que más bien parecía intento de asesinato por ahogamiento.
- Papá, me ahogas. -Hiccup Tardó un poco en recobrar el aliento después de semejante abrazo de oso.
- ¿Estás listo para tu nueva escuela?
- Bueno, siento como si me hubieran arrancado el intestino, lo retorcieran en mi garganta tratando de ahogarme. Todo esto es una locura ¿Dónde estamos? ¿Porque estamos aquí? ¿Dónde está mi dragón? ¿Porque vestimos así? Y por todos los dioses ¿Porque mi madre tiene una luz detrás de ella? - Hiccup señaló hacia su madre, incluso tenía un tick nervioso que estaba seguro jamás había tenido antes. - Fuera de eso sí, todo está listo para la escuela.
El chico esperaba alguna reacción por parte de sus padres, algún regaño por parte de su padre estaría bien
«Venga, vamos, que esa linda tradición de decirme que debo hacer no se pierda» Pensó el joven Haddock. Pero solo recibió silencio, seguido de más silencio y finalmente algo que parecía una verdadera cara de preocupación.
- Hijo ¿Estás bien? - Valka tocó su frente y examinó su rostro.
- Estoy bien mamá. - Hiccup apartó la mano de su renovada madre con cuidado. Había escuchado del gato mañoso del cual desconocía nombre, o si solo estaba en su imaginación; que todo era un gran regalo de bodas del dios Loki. Después de escuchar su conversación con Astrid había decidido comprobar si realmente su amor podía atravesar todo. No es que odiara a los dioses. Pero ¿Porqué de todos los dioses Loki había decidido escucharlos esa noche? ¿Y porque no le regalaba un mazo, un hacha, incluso una prueba más acordé a los vikingos? Vamos cualquier cosa sería mejor que una historia cliché (lo que sea que fuera eso) debía averiguarlo pronto. Antes había anotado algunas cosas que el gato había mencionado como Importantes. Al parecer la realidad había superado la ficción.
- Mamá... - Hiccup suspiro al ver que aquel reflejo no se iba. - Ustedes...
No termino esas palabras cuando sintió un lengüetaso en la cara, por un momento pensó que era Chimuelo, luego vio que era un gran perro negro, era lindo pero no era su dragón.
- Hiccup, acordamos que te harías cargo de sacar a chimuelo si dejábamos que te lo quedarás.
Suspiro cansado, su dragón ahora era un perro gigante. Sin duda tenía un tick nervioso en ese preciso momento.
Al menos en esa versión su padre seguía siendo tal como lo recordaba y lo mejor era que estaba vivo. No importaba si era un juego de un Dios tramposo, aquello se podía considerar como la mejor broma de Loki en el día de Loki que los gemelos jamás harían, seguro luego le decían que les había robado su momento de tener una broma de su gran dios Loki. La cabeza ya le dolía de tanto pensar en lo que se suponía debía realizar.
.-.-.-.-.-.-.-
Hiccup se sintió ligeramente abrumado, había ido a la "Escuela" y lo odiaba, odiaba ese lugar, aún así debía averiguar todo lo que pudiera de su entorno si quería descubrir la retorcida historia que se estaba cocinando a su alrededor. Él sospechaba que era una historia de terror, su pierna ardía como el mismísimo fuego de un Groncol «Tranquilo, tranquilo» Cada tanto cerraba sus ojos para tratar de despertar de aquella maldita pesadilla, pero solo terminaba con migraña.
-¡Maldita pierna! - La ironía de sus palabras lo hizo sonreír ¿Cuando alguien se quejaria por tener de vuelta un miembro amputado? Había estado pensando desde que estaba solo en la posibilidad de jamás salir de aquel juego demencial preparado por un dios qué gustaba de los engaños, la sola idea de causó náuseas, malestar, tensión, miedo y finalmente incertidumbre. Justo ahora volvía a tener dieciocho años, la ropa era extraña, la comida era extraña y el idioma era aún más extraño, aunque misteriosamente entendía aquella extraña escritura.
- Oye. - La voz de alguien conocido lo hizo voltear. - Es mi lugar. - Sin duda lo conocía, era Papatez Justin Ingerman, de todas las personas estuvieron feliz de que estuviera ahí.
- ¡Por Thor, Estás aquí! - Se levantó tan rápido que casi pierde el equilibrio. - No sabes lo extraño que es todo esto. - El castaño se detuvo y al ver la cara de la persona delante de él. - Y no tienes idea de qué hablo ¿Verdad?
No era como si hubiera albergado algún sentimiento de esperanza, o eso se decía pero la verdad era que tenía demasiada esperanza en ser lo suficientemente listo como para salir de ahí más rápido que tarde, observó al chico delante de él, aunque era casi idéntico al chico vikingo que solía conocer era diferente, tenía unos lentes algo torcidos y el cabello rubio un poco más largo de lo normal.
- Lo siento ¿Eres el Chicó nuevo? - El Papatez de ese lugar se acercó lentamente hacia el. Hiccup se sintió como un dragón salvaje del que tienen miedo, bueno tampoco era como si no lo hubiera asustado un poco.
- Si, ese soy yo. - Se señaló - El chico nuevo.
- Eres ese chico - Papatez lo señaló
- ¿Si? - Pregunto algo confundido. - ¿Me conoces?
- Saliste en las noticias, el chico que salvo a esos niños.
- Claro, yo los salve ¿De que los salve exactamente? - Se aventuró a preguntar tratando de no sonar más extraño de lo que ya parecía.
- El incendio, salió en todas las noticias, fue increíble
Eso era genial, ahora sabía que era el chico nuevo que salvo a unos niños, eso no estaba tan mal, sin duda Loki se estaba luciendo en esta vida.
ESTÁS LEYENDO
Bienvenido a tu Cliché
Fanfiction¿Que pasa cuando recibes un regalo del Dios más tramposo de todos? Hiccup quizás esperaba que no fuera tan malo. Pero estaba seguro que sería difícil salir de esa loca historia.