Un mal entendido puede ser divertido

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5.

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Una sonrisa nerviosa se asomó por el rostro del joven Haddock. Brutacio lo veía fijamente mientras trataba de descifrar que se suponía que era la clase de higiene

— De acuerdo, tú tienes un serio problema de espacio personal. — Murmuró el castaño.

— Es solo que...— Brutacio lo señaló. — Ahora entiendo porque la mitad cree ese rumor, admítelo no eres el chico ejemplo de la masculinidad en persona. Tu cabello, esa extraña forma de ser sensible.

Hiccup lo fulminó con la mirada. Heather había dicho exactamente lo mismo, ni siquiera perdería segundos de su vida tratando de explicar porque todo eso no tenía sentido.

— ¿Tu hermana me está espiando? — Señaló la silueta detrás del pasillo.

— No la culpes, desde hace dos años lo hace, algún día joven Hiccup dejara de pensar que eres lindo. Espero con ansias que ese día llegué.

— Brutacio — Hiccup trato de sonar tranquilo y realmente ignorar todo el drama innecesario en su vida.— Ni siquiera diré nada sobre eso. Jamás los voy a entender en ninguna vida.

— Pero... — Brutacio sonrió ampliamente asustandolo. Las personas no deberían sonreír como si tramaran algo, mucho menos cualquiera de los gemelos Torton, porque era seguro que tramaban algo que le costaría su paz mental. — Esto es tan conveniente, deberías fingir que si lo eres, ya sabes... Tu quieres acercarte a Astrid desde que tienes 15 años y simplemente no encuentras cómo hacer que te noté, bueno ella te nota pero de una mala manera. — Brutacio lo vio con pena y eso lo alarmó ¿Qué clase de historia de vida tenía en ese lugar? ¿Era un reverendo idiota con Astrid? Vaya mala broma. Tocó su frente procesando toda esa avalancha de información.

— Supongamos que tienes razón. — Hiccup camino despacio, todos parecían ir a su ritmo sin que fuera extraño, seguro era para llevar el hilo de la trama. — Que Astrid no quiere verme cerca, aunque vivo cerca ¿Quieres que le diga que soy Gay para estar cerca? Eso es otro nivel de locura. Es una idea terrible ¡Jamás engañaría a Astrid así! ¡Jamás!

— Pero saliste con su mejor amiga, prácticamente rompiste una amistad de años. — Murmuró Brutacio sin entender de dónde salía tanta moralidad de parte de su amigo, ahora parecía diferente, no es que fuera un mal chico pero siempre había sido un poco irracional cuando se trataba de Astrid. Brutacio podía decir que era algo idiota y eso era para asustarse de muerte.

— Es el mejor plan del mundo ¿Piensas dejar que tu primo, Patán Jorgenson te gané? Porqué está muy cerca de hacerlo.

— Eso es imposible, me niego a creer que eso pase.

— Hiccup, Hiccup — Brutacio negó nuevamente.

Brutacio, dándole consejos amorosos ¡Brutacio! ¿Podía ser la vida más irónica? Se sentía mareado. La información martilleaba su cabeza con tal fuerza que terminaría haciendo un agujero en el cerebro

— Patapez, mi amigo — Brutacio saludo al chico regordete — No te he presentado a mi buen amigo, el es Hiccup Haddock. Quizás lo recuerdes de ese incidente.

— Brutacio, ya lo conozco.— Aclaro el joven Vikingo.

— Si, nosotros ya nos conocimos y déjame decirte que no creo ese rumor. Es escándalozo y es obvio que fue hecho por alguna persona que obviamente no te soporta. — Patapez se acercó lo suficiente para que nadie más lo escuchara. — Sospecho que fue Jorgenson. Él siempre habla mal de ti

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